La llegada al país de la vacuna contra el dengue abre un horizonte de expectativas en relación a la posibilidad de morigerar una enfermedad de la que se reportan anualmente un importante número de casos y que resulta difícil de controlar porque está sujeta a múltiples determinantes sociales y ambientales que dificultan su prevención.
Se trata de la vacuna Qdengue, desarrollada por el laboratorio Takeda, y aprobada por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica, que podrá adquirirse con una orden médica en vacunatorios privados y se estima que próximamente también en farmacias. Su costo es cercano a los 40 mil pesos y su compra aún no está cubierta por obras sociales y prepagas.
A nivel público, el Ministerio de Salud de la Nación, con el asesoramiento de la Comisión Nacional de Inmunizaciones, recién está empezando a evaluar qué estrategia seguir, si bien cada provincia puede tomar la decisión de adquirir por su cuenta las vacunas, algo que no sucede habitualmente con ninguna porque se espera siempre la directiva y la compra por parte de Nación.
Hay algunas provincias que ya se han aprovisionado de dosis destinadas a poner en marcha alguna acción puntual. Se trata fundamentalmente de aquellas donde la enfermedad es endémica y genera brotes epidémicos de manera recurrente. En estos casos se prevé que pueda aplicarse en forma gratuita. En el resto del país, aquellas personas que deseen recibirla deberán pagarla.
La vacuna consta de dos dosis que deben ser aplicadas con un intervalo de tres meses. Está habilitada para ser aplicada desde los 4 años en individuos que pueden o no haber tenido dengue. Al ser una vacuna a virus vivo atenuado no puede ser colocada a toda la población, y por lo tanto es imprescindible contar con indicación y receta médica.
La seguridad y eficacia están avaladas por estudios científicos incluido un ensayo clínico con 20 mil voluntarios durante cinco años que demostró una reducción del 84 por ciento de las hospitalizaciones por dengue y la disminución del 61 por ciento de los casos de dengue sintomático.
Argentina es uno de los primeros países que la tiene disponible. Fue aprobada además por la Unión Europea, Reino Unido, Islandia, Brasil (que a su vez está desarrollando su propia vacuna), Indonesia y Tailandia, entre otras naciones.
Una realidad sanitaria compleja
En la comunidad médica y los decisores de políticas sanitarias el dengue aparece como una preocupación por su incidencia. El panorama en América Latina y en Argentina habla de la extensión de la enfermedad a zonas donde antes no había circulación del virus. Solo durante este año hubo 18 provincias comprometidas a causa del dengue, con diferentes impactos y por primera vez en 25 años de presencia de dengue en el país no hubo corte de la transmisión durante todo el año, por eso podemos hablar de que es ya una enfermedad endemo-epidémica que va camino a la endemicidad.
Especialistas en dengue entienden que la existencia de una vacuna propone un escenario alentador. Sin embargo, son cautos al referir que hay que pensar muy bien las estrategias de implementación. Evaluar cuál es el objetivo en cada zona o región de acuerdo a su realidad. Además, aunque cada provincia puede adquirirla en forma autónoma, entienden que el Estado nacional no debe desentenderse y una vez tomada la decisión de una posible compra, las directivas deben partir del Ministerio de Salud de la Nación. En este sentido, observan que la posibilidad de que la vacuna ingrese al calendario oficial y gratuito está aún lejos, lo mismo que una compra masiva.
Por estas razones sostienen que la existencia de una vacuna no anula la necesidad de reforzar las medidas de prevención. Así, remarcan que aunque la existencia de un desarrollo vacunal ayuda mucho, refieren que la efectividad debe ir acompañada de otra serie de decisiones enfocadas en la prevención. En este punto, las campañas de educación para la salud y las acciones de saneamiento ambiental resultan patas fundamentales de una tarea que debe ser sostenida, ejecutada bajo los lineamientos rectores del Estado pero inclusivas del conjunto de la comunidad.
Los expertos aguardan la llegada de una temporada estival en la que esperan una alta circulación viral, favorecida por cuestiones ambientales y desde esa perspectiva instan a la población a no relajar las medidas de cuidado.
Dengue en cifras
El dengue constituye una importante amenaza para la salud pública mundial, con riesgo de infección en más de 125 países, incluidos muchos de América Latina, se transmite a través de la picadura de un mosquito infectado, el Aedes aegypti en el continente americano.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el número de casos de dengue en las Américas se incrementó en las últimas cuatro décadas y pasó de 1.5 millones de casos acumulados en la década del '80, a 16.2 millones en la década de 2010-2019.
En Argentina, según el reporte del Boletín Epidemiológico Nacional en su semana 43, se registraron 132.237 casos de dengue desde enero: 123.538 autóctonos, 1.584 importados y 7.151 en investigación.