La Federación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados de la Provincia de Buenos Aires manifestó su reclamo ante la notoria demora en abonar la facturación de septiembre. Desde la obra social argumentan la dilación a un proceso de auditoría.
DE LA REDACCION. Desde la Federación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados de la Provincia de Buenos Aires, Distrito VI, manifestaron en forma pública la preocupación creciente de sus establecimientos adheridos, prestadores del Pami, ante la notoria demora en la concreción del pago de la facturación correspondiente a septiembre de este año por parte de la obra social de jubilados y pensionados.
Según refirieron desde la entidad el plazo para cumplimentar el pago está claramente excedido y alertaron que la situación se agrava no solo por la falta de certeza respecto de la fecha en que finalmente se formalizará, sino también con relación al monto a percibir por tratarse de una cifra conforme a liquidación que el Pami unilateralmente cuantifica.
Nuestros prestadores han tomado conocimiento de la propia página Web del Pami que la facturación está retenida, sujeta a revisión o auditoría, una decisión que consideran arbitraria e intempestiva de la obra social, además de informada de forma genérica, cuando en realidad ningún establecimiento correspondiente a nuestro Distrito ha percibido la acreencia pendiente, refirieron desde la Fecliba.
La preocupación de la entidad que representa a los efectores privados del servicio público de salud se sustenta en la gravedad que conlleva este accionar del Pami, por cuanto la atención de afiliados de esta obra social resume más del 50 por ciento de los recursos e ingresos de sus instituciones miembros.
Con relación al argumento esgrimido por la obra social a través de su sitio Web, desde la Fecliba aclararon: Nuestros establecimientos no se oponen al control y auditoría de las prestatarias, siempre y cuando sea efectuado en tiempo y forma.
Una coyuntura compleja
Esta preocupación del Distrito VI de la Federación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados de la Provincia de Buenos Aires se suma a un panorama acuciante que afrontan los establecimientos sanitarios. Hace unos meses los representantes de las tres clínicas que funcionan en la ciudad acompañados por referentes de la Delegación VI de la entidad, hicieron un pronunciamiento público respecto de la difícil situación financiera que atraviesan y plantearon la necesidad de instrumentar una serie de medidas orientadas a tratar de resolver el desfase existente entre la estructura de costos que deben sostener los establecimientos y lo que reciben en concepto de aranceles prestacionales por parte de las obras sociales, principales financiadoras del sistema.