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La situación generó un enfrentamiento entre los presos que estaban resguardados entre mantas y colchones y provistos con piedras y los uniformados que pretendían ingresar al sector de los calabozos. La Policía debió utilizar gas pimienta e incluso disparar con postas de goma. Dos presos se descompensaron y uno fue hospitalizado.
DE LA REDACCION. Un tenso motín en los calabozos de la Comisaría Primera, comenzó el sábado por la noche y continuó durante la jornada del domingo luego de un intento de suicidio por parte de uno de los internos alojados en la seccional. Ante esta situación el resto de la población de presos se armó con piedras y trozos de hierro y trabaron las puertas de acceso para impedir que ingresara el personal policial.
En estas condiciones se generó un enfrentamiento entre los internos que se encontraban atrincherados con mantas y colchones y los uniformados que pretendían ingresar al sector de los calabozos, lo que llevó a los uniformados a utilizar gas pimienta e incluso disparar con postas de goma hacia el techo y el suelo.
Una vez que lograron normalizar la situación y luego de requisar a cada uno de los internos y el interior de las celdas, la llegada del preso que había sido trasladado al hospital por un intento de suicidio, volvió a enervar los ánimos e incitó al resto de los reclusos a golpearse contra la pared.
En el interior de las respectivas celdas, los reos incendiaron colchones y trapos que arrojaron a través de los barrotes de las celdas, lo que requirió la presencia de Bomberos Voluntarios. Uno de los internos que padece asma, debió ser hospitalizado, como consecuencia del humo que inhaló.
Comienzo del motín
El acta de procedimiento policial de los hechos ocurridos el sábado indica que alrededor de las 22:15, luego de que uno de los internos hubiera intentado suicidarse, el subcomisario, junto a los imaginarias pretendían reorganizar la población de detenidos y les solicitaban que ingresen a sus respectivas celdas. Los 18 internos se negaron tomando una actitud agresiva, por lo que al verse superados en número solicitaron la colaboración del Grupo de Apoyo Departamental, así como también del Comando de Prevención Comunitaria.
Mediante la persuasión verbal se trató de calmar los ánimos pero lejos de eso los reos trabaron las puertas de acceso y se armaron con piedras que obtuvieron al romper la mampostería y además fabricaron una especie de boleadora con trapos, hierros y piedras.
Cuando el personal del GAD pretendía ingresar al sector de los calabozos, fue recibido a piedrazos, por lo que utilizaron gas pimienta y efectuaron disparos con postas de gomas dirigidos al suelo y al techo ya que los amotinados se encontraban atrincherados con mantas y colchones.
Una vez que consiguieron abrir la puerta que separa al sector de imaginaria con los pasillos y las celdas y con un nivel menor de agresividad, los presos quedaron alojados en sus respectivas celdas y colocaron los candados de seguridad para iniciar una requisa exhaustiva.
Se reavivó el motín
Mientras se realizaba la inspección de las celdas regresó del hospital el detenido que había intentado suicidarse, el cual fue alojado en el sector del pasillo y aislado del resto de la población. Su llegada volvió a elevar la tensión cuando comenzó a incitar a los demás y a golpearse contra la pared mientras aducía que era el personal policial quien lo hacía.
Con todos los presos en sus celdas, los efectivos se retiraron del sector pero inmediatamente después uno de estos logró romper el candado de la celda y ganó nuevamente los pasillos. Los presos se encontraban cada vez más agresivos, por lo que se decidió cerrar todas las puertas y apostarse en la parte externa del sector de calabozos.
La actitud hostil de los reos continuó con el incendio de trapos que arrojaron a los pasillos, lo cual requirió la presencia de Bomberos Voluntarios.
Trascurridos algunos minutos y después de que se retiraran los bomberos, los presos incendiaron nuevamente una almohada y trozos de colchones que también arrojaron a la puerta de acceso, lo cual fue sofocado con matafuegos.
Esta situación provocó la descompensación de dos de los internos, uno de los cuales se recuperó después de tomar aire fresco y el otro fue trasladado al Hospital, puesto que padece asma. Horas más tarde regresó a la Comisaría Primera donde quedó alojado.
Ante los hechos sucedidos, el instructor judicial de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio Nº 8, Andrés Maquiavelo, dispuso que se inicien actuaciones por resistencia a la autoridad y daño agravado.
