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Cuando algunos países del mundo se disponían a levantar las restricciones y estrenar una "nueva normalidad" producto de haber alcanzado altos porcentajes de inmunización para proteger a sus poblaciones del virus Sars-COV2, la aparición de una nueva variante, llamada Delta, volvió a encender luces de alarma, a desacelerar el ritmo de las aperturas y, en algunas geografías, a regresar a estrategias de confinamiento. Lo que prima es la cautela porque se está frente a una mutación que alarma a la comunidad científica del mundo por lo que se sabe de ella en términos de capacidad de transmisibilidad del virus.
Que los virus mutan todo el tiempo es algo que ya se sabe. Y que cuanta más circulación del virus hay en el mundo, se harán más copias con errores o mutaciones que pueden aumentar su capacidad para transformarse en más infectivos, más contagiosos e incluso más dañinos es un concepto que vamos aprendiendo a medida que la pandemia de coronavirus avanza y muestra su capacidad de no agotarse.
Ahora bien, ¿de qué hablamos cuando hacemos referencia a la variante del virus Sars-COV-2 identificada en la India?
De acuerdo a lo que ha señalado la Organización Mundial de la Salud la variante B.1.617 (Delta) es una transformación del virus Sars-COV-2, que causa la enfermedad Covid-19. El organismo precisa que se detectó por primera vez en la India, en diciembre de 2020. No obstante, se informó de esta variante apenas el 24 de marzo, luego de que el Ministerio de Salud de la India dijera que las mutaciones L452R y E484Q no habían sido detectadas antes de diciembre en análisis de muestras.
Hace unos días, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reclasificó los tres subtipos conocidos de la variante del virus de Covid-19 detectada en India hace ocho meses. Uno solo de esa familia, el B.1.167.2, continúa en la lista de variantes de preocupación internacional por su mayor transmisibilidad y las primeras señales de la necesidad de completar los esquemas de vacunación.
En Reino Unido, donde más de la mitad de las "cepas" del Sars-COV-2 que están circulando en la población son Delta, investigan si esa variante está asociada con una mayor capacidad de causar reinfecciones y de enfermar más gravemente, además de poder evadir el sistema inmunológico, como también lo señala la OMS en su última actualización epidemiológica, de acuerdo con la evidencia científica disponible.
Hay expertos que aseguran que esta variante es más contagiosa y advierten que está lista para arraigarse en distintas geografías si no se toman medidas adecuadas. La propia Organización Mundial de la Salud señaló que hay indicios de que sería capaz de vulnerar la inmunidad que aportan algunas de las vacunas disponibles y realizó un llamamiento a los países a acelerar la aplicación de segundas dosis para asegurar que la población tenga completo su esquema de inmunización. Varios de los laboratorios productores de vacuna se han pronunciado en los últimos días intentando llevar tranquilidad, pero resaltando la idea de que es necesario que se completen los esquemas y en algunos casos se habla de la conveniencia de pensar en una tercera dosis.
Argentina está entre los países que ya notificaron a la OMS la detección local de las cuatro variantes que más preocupan actualmente por su impacto clínico y la eficacia de las vacunas disponibles: Alfa (B.1.1.7 Reino Unido), Beta (B.1.351 Sudáfrica), Gamma (P.1 Manaos, Brasil) y Delta (B.1.617.2 India).
Otro de los tres subtipos de la variante de India, el B1.617.1, es considerada "de interés" para los sistemas de vigilancia epidemiológica y genómica; la OMS la denominó Kappa en la nueva nomenclatura. El tercer subtipo conocido -B.1.617.3- no aparece entre las variantes de interés o preocupación.
"Hasta el momento, no se detectaron las combinaciones de mutaciones características de las variantes Beta, Delta o Kappa", informó el Proyecto País, del Consorcio Interinstitucional para la Secuenciación del Genoma y Estudios Genómicos del Sars-COV-2.
Reforzar los cuidados
Con varios casos detectados en el país en personas con antecedentes de viaje al exterior, se sigue sosteniendo que en Argentina aún no hay circulación comunitaria de esta variante aunque se insiste en la necesidad de que aquellos que regresen de países donde esta variante circula activamente, cumplan la cuarentena de manera estricta para evitar su propagación.
A nivel global, y a medida que las variantes del nuevo coronavirus se expanden en distintos países con diferentes consecuencias, las políticas de salud pública y las respuestas en materia de programas han sido en gran medida coherentes: vacunar lo antes posible, usar mascarilla y mantener el distanciamiento físico. Sin embargo, a medida que han avanzado los planes de inmunización, se ha producido un relajamiento colectivo en el cumplimiento de algunas medidas, que con la irrupción de variantes como Delta exigen extremar la vigilancia y los cuidados. Impera la necesidad de ser conscientes de que, aunque puede parecer un primer paso intuitivo hacia "la nueva normalidad" recuperar los hábitos de antes tras la vacunación, nada debe anular la cautela y la conciencia de saber que estar vacunados no previene las infecciones. Es tiempo de mantener activa la vigilancia y seguir de cerca el comportamiento de esta variante que fue capaz de devastar a la India y hoy asecha transformándose en una importante amenaza sanitaria internacional.
En este escenario, los objetivos de las políticas nacionales ya no deberían centrarse en el porcentaje de personas que han recibido al menos una dosis de la vacuna, sino en el porcentaje de personas que están totalmente vacunadas. Esto puede parecer una diferencia sutil, pero es clave a la hora de evaluar el nivel de inmunidad contra la variante Delta.
