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La Esquina de Chiky, 10 años abasteciendo la ciudad con las más ricas frutas y verduras


La tradicional Esquina no para de crecer

Crédito: LA OPINION

La tradicional Esquina no para de crecer.

Brindar productos de primera calidad en un espacio amplio, limpio y seguro es la premisa del grupo de trabajo que encabeza Miguel Angel Capriotti, que este sábado celebró su décimo aniversario. Tiempo de balance y de nuevos proyectos para la esquina de Tucumán y Nicolás Repetto.

"Fruta y camino diario y llegarás al centenario", dice una frase que cada vez se aplica más en la vida cotidiana de los argentinos, que de un tiempo a esta parte comenzaron a introducir mayor cantidad de "colores a sus comidas" buscando optimizar su salud. Ese lema entre otros, una trayectoria comercial de muchos años y la atención personalizada, hacen que "La Esquina de Chiky" se encuentre celebrando una década junto a los vecinos de la ciudad, a los cuales seduce a diario con la calidad y variedad de sus productos. 

"Son 10 años de mucho trabajo, sacrificio y, por sobre todo, de mucho aprendizaje para brindar a los clientes la mejor y más cálida atención. Como todos los inicios, el nuestro fue complicado y de constantes cambios en el camino que nos llevó a identificarnos con el patrón que queríamos seguir", manifestó Miguel Angel "Chiky" Capriotti, haciendo un breve resumen de lo que significa una década de trabajo en una esquina que se transformó en un paso casi obligado para los amantes de las frutas y verduras de calidad.

Agregó que a este aniversario lo reciben con mucho entusiasmo y con las mismas ganas que al principio, para seguir innovando, creciendo y brindando un servicio excelente. "Estamos convencidos de que unos de los pilares fundamentales de nuestro crecimiento, y de estar pudiendo cumplir una década, es todo el capital humano que tenemos. Gracias a ellos, a los trabajadores del local, podemos lograr las metas propuestas y hacerlas realidad", reflexionó el joven empresario.

El sueño del pibe

"A los 12 y 13 años mi sueño era trabajar en una verdulería que había en mi barrio; pasaba todos los días y miraba para adentro, buscando que alguien me llamará. Para mí era como que me llamaran del Barcelona. Siempre había una señora mayor junto a su marido trabajando, decía que quería ingresar para hacer cualquier cosa, limpiar o atender, porque necesitaba ganarme mi dinero debido a que mis padres no estaban bien económicamente y quería darme algunos gustos". De tanto pasar, en una oportunidad salió la señora y le preguntó amablemente si quería trabajar con ellos. "Automáticamente respondí que sí y trabaje cinco años con esa mujer, Celia Canet y con su esposo 'Bachi' Canet". Al fallecer "Bachi", Celia le ofrece hacerse cargo de la verdulería que estaba en el barrio Trocha. "Tendría 17 años y comencé con mi experiencia y ganas de trabajar, junto a la ayuda de los proveedores, hasta que un año y medio más tarde me piden el local. Tuve que levantar todo e instalar el negocio en la casa de mis padres que quedaba a dos cuadras de ese lugar. No era lo mismo, porque trabajábamos en el living. Mis viejos (Liliana Rosas y Ernesto "Tito" Capriotti), al ver que no daba para todos porque habíamos tenido que reducirnos en espacio, se quedaron atendiendo y yo empecé a buscar trabajo". 

Las "ligas mayores"

Sus padres con la verdulería en casa y Chiky trabando afuera: "Cumplí tareas de albañil, mientras jugaba al fútbol en Sports como pasatiempo. Nunca le faltó trabajo, pero ninguno lo entusiasmaba. "Hasta que llegó un primo y me dijo que su padre quería instalar una verdulería grande y quería tenerme en su equipo de trabajo. En ese momento me dí cuenta que pasaba a 'las ligas mayores' en el rubro que me apasionó siempre". Ese tío es un referente del rubro, también Capriotti, de Frutería y Verdulería Bigote. 

Una nueva meta

"Trabajé 10 años en Bigote y en ese lugar aprendí todo lo que sé, me sacrifiqué mucho y tuve como meta cumplir un década como empleado y después poner mi propio negocio". Esa fue su "zanahoria", para tirar del carro cada día.

"Empecé a buscar un local para arrancar solo y eso generaba mucho miedo porque cobraba por semana. Tuve la oportunidad que algunos empresarios quisieron ponerme una verdulería y ser socios, situación que no acepté, aunque siempre fui agradecido. Ya casado con Daniela Pardo, un día mi suegro Daniel Pardo me comentó que en la esquina de donde tenía la pollería se había desocupado un local, aunque habría que hacerle muchos arreglos. Fui a ver el lugar y me encantó, pero tenía poco dinero. Mi suegro me prestó dinero, hice la primera compra y comenzamos a trabajar en acondicionar el lugar y poner en marcha el sueño del negocio propio. Nos costó, pero mi experiencia en Bigote me sirvió para poder transitar los primeros meses, debido a saber comprar en el mercado. Sabía que no podía fallar porque era mi única y gran oportunidad", relata narrando la historia que dio vida a su sueño.

Primer día

"De ese día no me voy a olvidar porque se nos llenó el local durante todo el día. No había tantas verdulerías como ahora y a la gente les gustó la forma de trabajar que teníamos, por eso nos eligieron y hasta el día de hoy lo hacen", prosigue recreando el primer día.. 

"Son clientes, son amigos y hasta familia en muchos casos, así lo vivimos todos los que trabajamos en el negocio. En todos estos años nunca paramos de trabajar gracias a Dios y es por eso que soy un agradecido a todos los que forman parte de nuestra historia", agrega.

Pioneros en delivery

El delivery en el rubro llegó de la mano de Chiky. "Arrancamos con una moto y un carro con rueda de bicicletas. Era algo novedoso, que nos permitió darle otro servicio a nuestros clientes, servicio que en la actualidad seguimos ofreciendo con una camioneta y llevamos los productos a negocios de comidas y más", cuenta. 

"También en una época teníamos verdulería dentro de los supermercados Ultramar, pero ahora solo tenemos la esquina", recuerda.

Mayorista y minorista

Respecto de la dinámica de trabajo preciso que "tenemos clientes de mostrador, empresas de comida y verdulerías más chicas. Contamos con venta directa de papas desde el campo, huevos y demás productos de quinta al mejor precio y con la calidad que todos nos reconocen".

¿Cómo surgió el nombre?

 Con respecto al surgimiento del nombre, refirió que lo eligió su señora "porque decía que iba a ser mi esquina y es por eso que entre varios nombres que pensamos con mi mujer e hija mayor, quedó 'La Esquina de Chiky', que con el paso de los años se transformó en un clásico del rubro".

Agradecimiento al barrio

Transcurridos los primeros 10 años, no tiene más que palabras de agradecimiento para con los vecinos del barrio Acevedo y sus alrededores, porque "gran parte de lo que somos en la actualidad se lo debemos a ellos".

"Muchas veces los hacemos renegar por los horarios que descargamos la fruta y verduras, pero ellos entienden que es un trabajo y nos queremos como familia", agregó. 

El mejor equipo

"Tengo un equipo de trabajo impresionante, que deja todo para que logremos los objetivos que nos proponemos". Y destaca a su hermano, Mauro Capriotti, "que desde el primer día y con 15 años que está conmigo siendo responsable, honesto y trabajador". Valora los consejos de sus padres, "todo lo que logré fue por medio de la crianza que nos dieron a los cinco hermanos (Néstor, Guillermo, Diego y Mauro)". Y por último, a su señora: "Es un pilar determinante para todo lo que alcancé como comerciante, también a la familia de mi mujer que ellos siempre estuvieron en todo, eso es La Esquina de Chiky, una gran familia". 

"Mis hijas Julieta, de 15 años; Guillermina de 12, y Emilia de 5, se transformaron en el motor que alimenta nuestros sueños de seguir creciendo día a día", expresó emocionado.


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