Alcanza con acercarse a la Guardia del único efector de salud pública del segundo nivel de la ciudad para observar que la demanda de atención es permanente y que se ve significativamente incrementada los fines de semana por distintas situaciones. Generalmente es cuando se producen más accidentes viales o peleas callejeras. La nocturnidad de por sí le imprime al trabajo un ritmo diferente y eso conlleva mayor complejidad. En paralelo a ello, durante fines de semana y feriados crece la demanda de atención por consultas clínicas, debido al carácter activo de la Guardia hospitalaria.
En cualquier caso, independientemente del día y del horario, siempre se privilegia la atención de los pacientes que llegan con cuadros agudos que revisten gravedad. Toda la atención de esos pacientes se hace en la Guardia. Eso supone que los recursos humanos y materiales se aboquen de lleno a resolver esa emergencia y que como consecuencia de ello otras situaciones deban esperar, algo que no siempre es bien recibido entre quienes están en una sala de espera. Esto, si bien encuentra su espacio neurálgico en la Guardia de Adultos, también se expresa en la Guardia Pediátrica, donde por la calidad de la atención de Pediatría con la que cuenta el nosocomio y el tipo de complejidad que puede resolver, trabajan todo el tiempo con niveles de demanda sostenidos y en aumento.
Distintos espacios, mismo problema
En el caso del Hospital San José, el nosocomio tiene dividida la Guardia de Adultos de la Guardia Pediátrica. La primera funciona con ingreso por calle Monteagudo. La atención de niños hasta los 15 años se realiza en la vieja Guardia, cuya vía de ingreso es por calle Italia.
En ambos servicios la atención se brinda durante las 24 horas los 365 días del año. Pero las dinámicas de funcionamiento de uno y otro son independientes.
Por su carácter de ser Hospital Interzonal de Agudos, a los servicios de Guardia llegan pacientes no solo de Pergamino sino de una amplia región, además de que se recibe en el nosocomio toda la accidentología vial y la emergencia que ocurre en la vía pública, lo que hace que el caudal de atención sea permanente, incrementado por el elevado número de pacientes que acuden de manera espontánea para recibir atención por distintas patologías.
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