
El lunes, tras una corta enfermedad, falleció el padre Pablo Juan Portela, reconocido sacerdote que en Pergamino desplegó una valiosa labor pastoral durante más de dos décadas, en la parroquia Merced y en el barrio José Hernández.
Sus primeros años
En un texto titulado "Padre pablo Juan Portela Moreno y su pasión por los más vulnerables", el padre Miguel Nadur Dalla cuenta sobre la vida de este sacerdote que nació el 19 de mayo de 1951 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en el seno de una familia numerosa, donde seguramente tuvo su primera praxis en fraternidad. Tras terminar el colegio secundario ingresó en la Facultad de Veterinaria de la UBA donde cursó hasta cuarto año.
Sobre la vocación sacerdotal, Nadur sostiene: "Por vivir cerca de la parroquia de los Padres Agustinos, trabó relación con sacerdotes y religiosos de dicha orden, en especial con su director espiritual, el Padre Paramio. Estando cercana la culminación de los estudios universitarios decidió ingresar como postulante con los Padres Agustinos. Realizó el noviciado de tres años en la ciudad de Burgos, España, tras lo cual cursó los estudios de Filosofía y Teología en la Facultad de Teología del barrio Villa Devoto de la ciudad de Buenos Aires".
En la Diócesis de San Nicolás
Cursando el anteúltimo año de Teología decidió el paso a la Diócesis de San Nicolás de los Arroyos. A ello contribuyó la existencia de lazos de parentesco en la ciudad de Pergamino, en cuya zona rural su familia poseía explotaciones agropecuarias, en las que solía pasar las vacaciones de verano.
La ordenación sacerdotal
Monseñor Domingo Salvador Castagna lo ordenó sacerdote el 20 de junio de 1986 en la parroquia Nuestra Señora de la Merced de Pergamino, a la edad de 35 años, en la que quedó destinado como Vicario Parroquial en momentos en que era párroco de la misma el sacerdote Gastón Romanello, donde permaneció por el término de casi cinco años, en el curso de los cuales llevó a cabo una destacada tarea en el ámbito de la Pastoral Juvenil, inició la "Misa del joven" de los días domingo a la noche, fue coorganizador con los Hermanos Maristas de la Pascua Juvenil, acompañó las actividades de la Comunidad Terapéutica de Recuperación de Adicciones "Viaje de Vuelta" que funcionaba en la localidad de Conesa. Para un mayor contacto con los jóvenes, dio clases de zoología en el Colegio Nacional.
En José Hernández
En 1992, el Obispo que lo había ordenado decidió la creación de una nueva parroquia en el barrio José Hernández de Pergamino, sobre la base de la capilla San Carlos. La misma se denominó Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás y San Carlos Borromeo y el Padre Pablo Juan fue destinado como su primer titular. "Allí permaneció durante casi 13 años y desarrolló una labor brillante, sobre todo con los más pobres y vulnerables. Inició la capilla Laura Vicuña casi en la confluencia de los arroyos Pergamino y Chu Chu. Fundó la casa 'Familia San Martín de Porres' donde alojó a más de 300 jóvenes en riesgo social desde su fundación, en la cual residió. La sede parroquial de J. J. Valle y Colodrero recibió en su período una de las primeras réplicas de la Virgen de San Nicolás elaborada en ese Santuario, y de ese modo los pergaminenses pudieron tener la procesión y Misa los días 25 de cada mes. Trajo a Pergamino las actividades del 'Movimiento Columna' que había sido fundado en la Diócesis de San Isidro, al cual dedicó una buena parte de sus esfuerzos. Para dar continuidad a los que realizaban dicho retiro dio origen a la 'Fundación Nueva Vida'", explicó Nadur en su documento.
En Colón
En 2004 fue trasladado por el Obispo, monseñor Mario Luis Bautista Maulión a la vecina ciudad de Colón (Buenos Aires), donde se desempeñó como párroco durante casi 2 décadas, teniendo a su cargo el Colegio Parroquial Monseñor De Andrea. Durante su período celebró el centenario de la inauguración del templo parroquial, y acompañó a un grupo de laicos que fundó un hogar para niños discapacitados. Realizó una experiencia pastoral de un mes en Africa, cuyas conclusiones incorporó a la pastoral parroquial.
Los presos
Prácticamente desde un par de años después de la ordenación tuvo una especial dedicación hacia los privados de libertad, a muchos de los cuales les realizaba un largo seguimiento durante la estadía en la cárcel, así como también tras su posterior liberación. Para ello, se trasladaba asiduamente a los penales de San Nicolás, Junín y otras unidades carcelarias.
La enfermedad
Durante 2022 comenzó a tener algunas falencias en el ámbito neurológico, las que se profundizaron en 2023, lo que llevó a que tuviese que dejar la conducción de la parroquia de Colón y dedicarse a la atención de su salud. Un posterior diagnóstico vinculado a la hidrocefalia desembocó en una cirugía de colocación de una válvula cerebral, operación en principio exitosa, a lo que siguieron dificultades cardíacas, que finalmente lo llevaron a la muerte, el lunes 18 de este mes, a la edad de 73 años.
Sus restos fueron despedidos en una Misa de cuerpo presente presidida por monseñor Hugo Norberto Santiago, en la capilla Nuestra Señora de la Asunción del barrio Trincavelli, ante la presencia acongojada de familiares, amigos y feligreses.
Tras más de 35 años de servicio sacerdotal, bien se puede decir de este sacerdote las palabras que el Apóstol San Pablo aplicó a sí mismo: "He combatido el buen combate, he recorrido el buen camino, he conservado la fe".