El brote de dengue no da respiro en el país y motiva la preocupación de autoridades sanitarias por cuanto los reportes siguen mostrando un incesante crecimiento en el número de casos con cifras que ya están por encima del comportamiento que habían tenido brotes epidémicos anteriores. En el país, el epicentro por el momento está en la provincia de Tucumán y Salta, donde la virulencia de los cuadros clínicos ha puesto en jaque al sistema sanitario. Sin embargo, la situación es crítica en varios lugares, incluida la provincia de Buenos Aires, y es seguida de cerca por actores del sistema sanitario, abocados a la atención de los pacientes, y autoridades locales de cada municipio que son las que tienen a su cargo las tareas de control de foco y saneamiento ambiental orientadas a controlar el brote para evitar la propagación de la enfermedad.
Aunque siempre se miran de cerca aquellos eventos de salud que ocurren en la geografía cercana, hay que contemplar que la situación de los arbovirus preocupa a escala regional por cuanto son varios los países de América Latina que experimentan una explosión de casos en distinta magnitud, pero con el denominador común de ser transmitidas por un agente que está en la Naturaleza.
De hecho, la situación del dengue, Chikungunya y otros arbovirus ha sido señalada como un evento de preocupación por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha incluido estas patologías y los brotes epidémicos registrados en varios lugares entre sus eventos prioritarios.
En relación a la situación de Argentina, en una reciente publicación la OMS observó que el extraordinario aumento de casos de dengue y Fiebre Chikungunya en lo que va de este año puede haberse visto agravado por el cambio climático y advirtió que estas y otras arbovirosis podrían desencadenar brotes mundiales.
Expertos del organismo dieron la voz de alarma sobre el creciente número de casos y no descartaron que en la Región de las Américas pudieran esperarse nuevas epidemias de zika. Estas tres enfermedades son transmitidas a través de la picadura del mosquito del género Aedes Aegypti, que se está propagando a nuevos territorios a medida que las cuestiones ambientales generan cambios en el comportamiento del clima que se vuelve más tropical. Los especialistas aseguran que se está viendo transmisión autóctona en lugares donde antes solo se reportaban de manera casi excepcional casos importados, producto de viajeros que se exponían al contagio en otros lugares y desarrollaban la enfermedad en su lugar de residencia.
Según la Organización Mundial de la Salud -atendiendo la situación de varios países de América y la presencia del mosquito incluso en algunas regiones de Europa-, es esperable que con el movimiento migratorio puedan ocurrir casos por fuera de las regiones endémicas habituales.
La expansión del mosquito
Especialistas del Programa Mundial de Control de las Enfermedades Tropicales Desatendidas de la OMS explicaron que con el cambio climático se está viendo transmisión donde antes no se registraba, por ejemplo, en Argentina, en el sur de Brasil y Uruguay, y casos autóctonos reportados en el sur de Europa.
"La distribución del mosquito está aumentando y los países donde el mosquito ha sido introducido está aumentando y donde el mosquito se ha establecido es alarmante", abundaron señalando que los sistemas sanitarios deben estar preparados para buscar y detectar en forma temprana casos en lugares donde antes no se sospechaba de estas enfermedades.
"La propagación geográfica del dengue se está expandiendo", dijeron expertos de la OMS, y explicaron que sólo en Sudamérica, por ejemplo, "los países afectados por el dengue se dirigen cada vez más hacia el sur".
Esto demuestra, agregó, que el cambio climático "ha desempeñado un papel clave en facilitar la propagación del vector, los mosquitos, hacia el sur". En ese sentido, consideraron que es normal que estos tres virus "cocirculen" por las mismas regiones debido a que tienen el mismo vector, el mosquito Aedes Aegypti.
Enfermedades inesperadas que representan una amenaza
Las arbovirosis como el dengue y la Fiebre Chikungunya son infecciones víricas transmitidas al ser humano a través de las picaduras de mosquitos infectados. Estas enfermedades suponen una amenaza para la salud pública mundial en las zonas tropicales y subtropicales. Las infecciones se dan en poblaciones que habitan en los climas tropicales y subtropicales de todo el planeta, sobre todo en las zonas urbanas y semiurbanas. Los principales vectores son los mosquitos Aedes Aegypti y, en menor medida, Aedes Albopictus.
El patógeno causante del dengue (Denv) es un virus de ARN perteneciente a la familia Flaviviridae del cual existen cuatro serotipos distintos, pero estrechamente emparentados: Denv-1, Denv-2, Denv-3 y Denv-4. La infección por uno de ellos confiere inmunidad duradera contra ese serotipo concreto, pero no contra los demás y precisamente las infecciones secuenciales aumentan el riesgo de contraer la forma grave del dengue, que puede provocar shock o dificultad respiratoria debido a la extravasación del plasma, hemorragias profusas e insuficiencia multiorgánica, con el resultado de muerte.
La detección temprana de los casos, el reconocimiento de los signos de alarma de la forma grave de esta enfermedad y el tratamiento adecuado de ellos son elementos fundamentales para evitar las muertes, ya que pueden reducir la tasa de letalidad por la infección grave a menos del 1 por ciento.
La Fiebre Chikungunya es una enfermedad vírica que causa fiebre y dolor intenso en las articulaciones. Según la duración de las manifestaciones clínicas, la enfermedad puede ser aguda, subaguda o crónica y los síntomas graves que empeoran hasta devenir mortales son muy poco frecuentes. Los pacientes de muy corta o de muy avanzada edad corren más riesgo de sufrir un cuadro clínico grave. Desde el punto de vista clínico, la enfermedad se caracteriza por la aparición súbita de fiebre, con frecuencia acompañada de artralgia o artritis grave y debilitante, de duración variable; se han descrito complicaciones neurológicas, como el síndrome de Guillain-Barré o la meningoencefalitis. La mayoría de los pacientes se recuperan completamente de la infección, que puede conferir inmunidad de por vida. También se ha descrito la Chikungunya neonatal.
Un impacto alto
A juicio de la Organización Mundial de la Salud, el impacto que puede tener el aumento de la transmisión de arbovirus en la región es potencialmente alto y el futuro dependerá de varios factores, entre ellos, de la capacidad de cada país para dar una respuesta coordinada de salud pública y prestar atención médica. Las altas densidades de mosquitos debido a la interrupción de las actividades de control antivectorial durante la pandemia de Covid-19 complica la situación e incrementa el riesgo.
Las prioridades contrapuestas y el riesgo de confusión con otras enfermedades pueden repercutir negativamente en el control de la enfermedad y en el tratamiento correcto, debido a diagnósticos erróneos, dado que los síntomas de la Chikungunya y del dengue pueden ser inespecíficos y semejantes a los de otras infecciones, lo que puede derivar en un tratamiento inadecuado de los casos; el desbordamiento de los establecimientos de salud en ciertas zonas por el gran número de casos y la concurrencia de otros brotes infecciosos; y los efectos de la pandemia de Covid-19, que han mermado los recursos disponibles para los programas contra las arbovirosis. En virtud de estos factores, la OMS entiende que "el riesgo a escala regional se evalúa como alto".
Los casos en Pergamino
La Secretaría de Salud confirmó a LA OPINION que en Pergamino se reportaron hasta el momento 100 casos de Fiebre Chikungunya y cinco casos de Dengue.
En relación al dengue, cuatro de ellos fueron importados y uno está en estudio de nexo epidemiológico, aunque se presume que es un caso secundario de uno importado.
De los casos de dengue registrados en la ciudad, dos fueron determinados como de Denv- 1 y uno de Denv- 2 y los restantes dos- aún están en estudio para determinar la cepa.
De acuerdo a lo confirmado por la titular de la cartera sanitaria local, María Martha Perretta, ninguno de los pacientes requirió internación ni evolucionó hacia formas graves de estas enfermedades por el momento.
Efectores del sistema sanitario local ratificaron que se observa un alto nivel de demanda en atención a nivel de los servicios de guardia, sin que ello tensione la capacidad de respuesta. En el marco de la vigilancia y la alerta vigente, hay una búsqueda activa de casos y por esta razón ante la aparición de síndromes febriles inespecíficos se indica la realización de los estudios de diagnóstico correspondientes.
Fuentes consultadas: para la producción de este informe se tomaron como referencia los Partes sobre brotes epidémicos divulgados por la OMS y las consultas efectuadas a referentes sanitarios locales y regionales.