Perfiles pergaminenses

Ana Ramírez, una vida dedicada a la educación y la salud con profundo compromiso social


Ana Ramírez dueña de una rica historia de vida

Crédito: LA OPINION

Ana Ramírez, dueña de una rica historia de vida.

Se desempeñó en diversas áreas del campo sanitario y ejerce la docencia con el entusiasmo del primer día. Trabajó en gestión y brindó servicio, en la convicción de que la educación en el sentido amplio del término es la llave que abre puertas y permite a las sociedades forjarse un buen porvenir. Su Perfil es rico en vivencias personales, pero también testimonio de enorme valor colectivo.

Ana Mercedes Ramírez es una mujer conocida por su labor en el ámbito sanitario y educativo. Fue subdirectora de la Región Sanitaria IV, jefa del Servicio de Docencia e Investigación del Hospital San José y desempeñó su tarea como docente en varios establecimientos educativos, entre ellos el Instituto "Juan Anchorena" de Urquiza. Actualmente está jubilada del campo de la salud y sigue trabajando en educación.

Tiene 65 años y una mirada transparente, de esas que solo poseen las personas honestas. Nació en Pergamino el 5 de agosto de 1957 y creció en el barrio Acevedo, en el seno de una familia de clase media trabajadora. Su papá, Juan Ramón, era ferroviario y su mamá, Isabel Guevara (86), enfermera del Policlínico Ferroviario. Cuenta que su padre falleció tempranamente a causa de una afección cardíaca y lo extraña como el primer día. Lo mismo sucedió con su hermano, Juan, que murió repentinamente y dejó un vacío profundo en la vida de una familia que desde entonces quedó conformada por tres mujeres: ella, su mamá y su hermana "Leli", también enfermera de reconocida trayectoria. 

Ana relata que hizo la primaria en la Escuela N° 4, que pasó a llamarse Escuela Experimental N° 4 cuando allí comenzó a implementarse un proyecto revolucionario para la época: el octavo y noveno años. "José 'Pepe' Salauati, Marisa Pagliarisi, Claudio Abad y otros tantos fuimos parte de esa generación de alumnos de Pergamino que conformamos el primer grupo de estudiantes de Argentina que participamos del desarrollo de ese proyecto que se hizo como experiencia pedagógica experimental en nuestra escuela", menciona y recuerda que entraban antes de las 7:00 de la mañana y salían a las 5:00 de la tarde y tenían materias como físico-química y antropología filosófica. "Tuve una escuela primaria extendida en años y conocimientos que resultó muy provechosa", reconoce.

Fruto de esa formación, al egresar ingresó directamente a tercer año del Colegio Nuestra Señora del Huerto. Allí hizo el secundario con orientación en Ciencias Biológicas. "Siempre me acuerdo que en algunas clases me aburría porque había contenidos que ya había visto en la primaria y mis compañeras no me creían".

Hoy, "casi una vida después" da clases de Salud y Adolescencia en su querida Escuela Nº 4. "Tengo todavía la sensación de los olores, el recuerdo de los recreos, los biscochos, la directora que vivía en la escuela, fue una escuela modelo", resalta.

La salud y la educación, de la mano

Eligió la carrera de Educación Sanitaria. "Se había traído de Centroamérica, tenía mucha formación epidemiológica, un perfil humanístico y una visión holística de la medicina. Cursaba en el Instituto de Formación Docente con profesores que venían de La Plata y de la UBA hasta que irrumpió el golpe militar y la carrera se cerró".

En esas circunstancias, decidió estudiar enfermería en la Escuela "Luciano Becerra"; homologó su título en el Ministerio de Educación de la Nación y más tarde hizo la Licenciatura en Enfermería en la Universidad Maimónides. Buscaba el modo de nutrirse de saberes que le permitieran desarrollarse y plasmar su vocación en una tarea "de servicio a la sociedad".

"Para trabajar en educación o en salud hay que tener mucha vocación y yo la tuve desde siempre", resalta. Ingresó a trabajar en la Clínica Pergamino e integró el plantel de Neonatología cuando se armó ese servicio. "De la mano de la doctora Capuccio y el doctor Dal Bó se conformó ese espacio, habían llegado con toda la experiencia de la Maternidad Sardá los doctores Manattini, Albornoz y Vardi. Trabajaba de noche y estudiaba de día".

"Tuve la fortuna de formarme de la mano de grandes maestros como los doctores Derisi y Zini", agrega. Inquieta por el conocimiento, estudió instrumentación quirúrgica. "El doctor 'Masín' Ramella me convocó para que fuera instrumentadora en sus cirugías. Fue una actividad desafiante".

Restablecida la carrera de Educación Sanitaria decidió rendir las materias que le faltaban y obtuvo su título. "Una noche estando en Neonatología vi a Susana Sharry, directora del Instituto de Formación Docente; fue ella quien me comentó que se había reabierto la carrera y quien me hizo toda la documentación de apelación para que pudiera retomarla rindiendo en La Plata. Me pude recibir y eso me abrió las puertas de otro campo de ejercicio profesional".

Deseosa de ganar experiencia, se contactó con el doctor Julio Maiztegui y le manifestó su vocación de poder colaborar ad honorem en el seguimiento de pacientes con tuberculosis: "El aceptó gustoso, así que me tomé esa experiencia como una instancia de formación práctica que me sirvió mucho. En ese momento el campo de la educación sanitaria estaba bastante inexplorado y había pocos cargos disponibles".

Ingresó a trabajar en el Centro Antirrábico de Pergamino y estando allí el doctor Gustavo Marino Aguirre, que había asumido como secretario de Salud la invita a que se preparara para rendir para ingresar a Zona Sanitaria. "Había un proyecto para formar un equipo que integrara el trabajo de Educación para la Salud, Trabajo Social y Enfermería. Me preparé, rendí y accedí al cargo, y ahí comencé mi carrera en el ámbito provincial".

La experiencia en región

Su paso por la Zona Sanitaria la nutrió de experiencia en muchos aspectos, desde humanos hasta profesionales: "Teníamos 14 municipios bajo nuestra órbita, viajábamos mucho, coordinábamos acciones, era fascinante, lo que aprendí en el territorio fue increíble".

"Trabajé con Leandro Peñaloza y cuando Néstor Pobliti asumió me convocó para que fuera su secretaria técnica", menciona.

Con cierta sorpresa un día recibió el ofrecimiento para asumir como subdirectora de Región Sanitaria IV: "Me tocó tomar ese desafío en un momento de mucha conflictividad. Habían tomado el Hospital de Capitán Sarmiento y se había generado otra situación difícil en el Hospital de Carmen de Areco. Producto de establecer acuerdos, logramos municipalizar el Hospital de Sarmiento y pasar a la órbita provincial el de Carmen de Areco".

Su paso por la gestión sanitaria fue "un ejercicio inigualable". Cuando la cuestión política comenzó a "pesar" hubo cuestiones que para ella resultaron innegociables y fiel a sus principios presentó su renuncia indeclinable. "Tuvimos un conflicto muy grande, nos presionaban para recibir coimas y participar de negociaciones en las que no estábamos dispuestos. Nos querían sumergir en hechos de corrupción que no admitíamos. Renuncié con convicción de que no me interesaba hacer negocios", relata recreando aquellos tiempos.

"Me mandaron a trabajar al CAP Viglierchio, volví a mis raíces porque me había formado en el territorio, fue un gran aprendizaje. Estuve allí hasta que Leandro Laguía me pidió para el Hospital y comencé a trabajar en Docencia e Investigación, área en la que estuve hasta que me jubilé".

"Tuve jefes que adoré como Horacio Martínez Couto, Daniel Caldentey y compañeros con los que trabajé muy cómoda. Siempre recuerdo a Patricia Chiarandini con mucho cariño. Con Angela Pacífico trabajé un tiempo hasta que ya me jubilé".

La docencia

Siempre a la par del trabajo en salud, ejerció la docencia. Tiene una nutrida experiencia en el campo de la educación superior.

Durante 22 años dio clases en el Instituto Juan Anchorena de Urquiza: "Había renunciado al cargo en la Región, fui a la Capilla del Huerto, y al entrar una religiosa me dijo que habían estado hablando de mí, que una docente que era directora en Urquiza me quería para su colegio. Era Graciela Deibe y al darse cuenta que yo estaba ahí me dijo: 'Te trajo la Virgen'. Al día siguiente estaba viajando con ella a un lugar que quise como a mi propia casa". 

En la actualidad trabaja en la Escuela Técnica N° 1, en la Escuela Técnica N°2, en las secundarias N° 6, Nº 4 y Nº 15 y en el Centro de Adultos. Ejerce con el entusiasmo del primer día y en cada clase pone el alma. "Me formé para brindar servicio y educar en el sentido más amplio del término y me siento honrada de la tarea que todos los días me permite poner mi granito de arena para cambiar comportamientos y actitudes", refiere y confiesa que "el ejercicio de la docencia vino casi como un deseo de mi madre que abracé con pasión propia".

Es una convencida de que la esperanza está puesta en los jóvenes y sabe que la principal tarea de un docente es acompañar ese proceso de crecimiento. "Hoy el conocimiento está en todos lados, pero hay que ayudar a tamizar esos saberes", sostiene esta mujer que tanto en lo sanitario como en la educación ha sido impulsora de proyectos que marcaron un camino. "Desde Urquiza impulsamos la donación de órganos en épocas en que esa conciencia no estaba tan instalada, con un camión que habíamos acondicionado recorríamos escuelas rurales con una obra de teatro para promover la prevención de adicciones. Desde el Hospital también trabajamos mucho en actividades de docencia", describe, agradecida por el eco que siempre encontró en cada iniciativa. "La comunidad y las personas con las cuales trabajé han sido siempre muy generosas conmigo".

En lo personal es un ser sensible, respetuosa de sus raíces, del esfuerzo realizado por sus padres para que ella y sus hermanos pudieran estudiar. Su familia y los amigos que cosechó a lo largo de la vida son sus pilares afectivos más importantes. Es soltera y no tuvo hijos. Le hubiera gustado tenerlos. Lo dice con una emoción que la invade cuando la pregunta la interroga sobre la maternidad. "Me hubiera encantado ser mamá, sé que hubiera sido una madraza", expresa y recuerda que era su papá el que siempre le decía que tuviera hijos, a lo que ella respondía que en verdad su anhelo era tenerlos en el seno de una familia. "Pero no se dio", agrega, conmovida, aceptando el destino que forjaron sus decisiones personales.

El cuidado de los suyos la desvela. "Fue un legado que me dejó mi padre que estando en Terapia Intensiva me pidió que cuidara de mi mamá y mis hermanos; aunque yo era la del medio me encomendó esa tarea porque me veía aguerrida", menciona y se define como "una mujer brava".

Amante de la Naturaleza, necesita el contacto con lo simple, quizás por eso disfruta de salir a caminar todos los días con esa mirada atenta que permite cada vez descubrir algo nuevo en el paisaje cotidiano. 

"Tengo una linda vida", afirma cuando llega el momento de hacer el balance. Y en la balanza están los logros personales, pero también todo lo que puso de sí en su profesión tan orientada al servicio. 

Su proclama de vida

"Creo en la política constructora, no sirvo para negociar, la mediocridad me irrita, la desidia me enloquece y el 'copio y pego' me mata. Me seduce lo tecnológico, pero estoy convencida de que se necesita volver a la comunicación cara a cara y hacer de la empatía ese valor que se instale nuevamente en la esencia de lo humano", afirma en una apreciación que define su concepción de la educación y de la vida.


Otros de esta sección...
BuscaLo Clasificados de Pergamino y su región
Buscar en Archivo
Tapa del día
00:00
15:42
Errores:  0
Pistas:  38

Tu mejor tiempo:
12:07
Registrate o Ingresá para poder guardar tus mejores tiempos.

Nueva Partida
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Editorial
Funebres
Perfiles Pergaminenses
Lejos del pago
Farmacias de turno

LO MÁS LEÍDO