Perfiles pergaminenses

Sergio Torcigliani, policía de ley con profunda vocación de servicio para cada actividad


Sergio Torcigliani dueño de una nutrida carrera policial

Crédito: LA OPINION

Sergio Torcigliani, dueño de una nutrida carrera policial.

Fue coordinador general de la Policía Científica de la Provincia y se retiró con el mayor rango al que un efectivo puede acceder. Sin embargo, sigue considerándose "un viejo perito de criminalística", que hoy vuelca lo aprendido en la actividad docente. Es presidente del Radio Club Pergamino y ciclista, además ama profundamente esta ciudad.

Sergio Orlando Torcigliani tiene 56 años y es conocido por su trayectoria en la carrera policial. Nació en Pergamino, vivió su primera infancia en Chiclana y Salta, en el barrio Acevedo, cuando las calles eran de tierra. Más tarde se mudó a las casas redondas. Hoy vive en la misma zona. Su padre fue Orlando Torcigliani, policía fallecido hace 13 años; y su mamá es María Ester Oyarzabal, una mujer que fue costurera y que siempre lo acompaña en todo. Su hermano, un año y medio menor, es Claudio. Tiene un fuerte apego a sus raíces familiares y en el comienzo de la charla habla de sus tíos, entre ellos Pedro Torcigliani, sus primos, sus sobrinas nietas por parte de su sobrina María Gloria: Nati y Mili. También de su suegra "Cuca" Chavero, familiar de Atahualpa Yupanqui, y de su suegro, a quien recuerda como "un ser de luz". 

Se casó con Patricia Emile, a quien conoció a través de amigos en común en la legendaria Confitería "Corcho's". Tienen dos hijos: Ramiro, que es policía; y Renzo que estudió Ciencias Políticas y está de novio con Julieta. Su núcleo familiar y los amigos son el sostén de su vida. Destaca la incondicionalidad de su esposa que acompañó siempre su labor de policía, una tarea que durante muchos años lo tuvo "lejos de casa". Con ella hoy disfruta la cosecha de esa siembra, en un presente tranquilo, proyectando un futuro en el que se sueñan viajando y compartiendo un café al costado de la ruta.

De su infancia recuerda las tardes pedaleando con amigos, detrás del camión regador en aquellos veranos eternos. Fue a la Escuela Nº 10 y luego hizo un año en el Liceo Policial: "De ser un chico del barrio Acevedo que no sabía dónde quedaba la Terminal, en el año 1977 con 12 años cumplidos me fui a estudiar a La Plata donde estuve un año, no me fue muy bien, era medio flojo para el estudio porque me distraían todas las cosas que no conocía de la vida en una gran ciudad".

Regresó a Pergamino y continuó sus estudios en el Colegio Nacional, una de las etapas más lindas que recuerda. "Siendo estudiante viví el Mundial de 1978", recuerda y menciona los bailes organizados en La Vieja Barraca para pagar el viaje de egresados. También recuerda a su querido profesor "Cholo" Manzoni. Finalizado cuarto año ingresó a la Escuela de Policía "Juan Vucetich", donde cursó durante dos años: "Me encontré con los que habían sido mis compañeros del Liceo, me recibí en diciembre de 1982 y comencé a trabajar en Pergamino en 1983".

Destaca el regreso de la democracia como el momento en el que comenzó a dar sus primeros pasos como un hombre de la Policía, custodiando el proceso electoral. "Con el título de oficial ayudante comencé a trabajar en la única comisaría que había, con 140 hombres y 12 móviles. Después trabajé en Centenario, una etapa muy linda".

Fue en el año 1986 que su amigo Omar Lizzi le contó sobre un curso de accidentología que se dictaba en La Plata: "Eso significó el principio del cambio de mi carrera, Cuando egresé en 1986 me fui a trabajar a San Nicolás, en la Delegación de Asuntos Criminales, donde hice mis primeras armas en accidentología vial y pericias".

Apasionado por el conocimiento

Inquieto por el conocimiento, siempre acompañó su ejercicio profesional con experiencias de formación para mantenerse actualizado. "En el año 1988 me inscribí para cursar Derecho en Rosario, pero desistí porque el ritmo del trabajo comenzaba a ser intenso, y las responsabilidades mayores. Lo que nunca dejé fue de hacer cursos", comenta. "En el año 1989 se inauguró la delegación de la Policía Científica en Pergamino y trabajé allí con mi superior, el comisario Conti", refiere.

Ya con su familia conformada y sus hijos nacidos, seguía viajando mucho para capacitarse. "Soy un apasionado del conocimiento, siempre estoy queriendo aprender cosas nuevas", sostiene.

Hacía adicionales en el Hospital y de la mano de esa tarea también estudió Enfermería, pero la carrera policial lo llevó por otros caminos: "En el año 1998 cuando estaba estudiando me convocan para realizar un curso que daba en La Plata la Policía Federal de Alemania, con gente que vino a entrenarnos sobre procedimientos e investigación. Luego nosotros fuimos agentes multiplicadores de esos conocimientos.

"Al regresar de ese curso, me habían relevado de mi rol de coordinador en el Hospital y solo me quedé con mis horas de guardia; cubría diez noches por mes", menciona y el recuerdo lo retrotrae al día que nació su primer hijo: Sergio estaba prestando servicios en el Hospital, era una guardia voluntaria de las tantas que realizó a lo largo de su carrera. "Le había dejado un handy a mi esposa y cuando me llamó salí corriendo para llevarla a la Clínica. Cuando llegué ya se me habían anticipado los radioaficionados que habían escuchado el llamado por radio. El nacimiento del más chico también se transmitió por radio, y gracias a un radioaficionado que dio aviso que me había roto el auto, mi hermano pudo ir en mi auxilio".

Otro amor

Lo que cuenta sobre el nacimiento de sus hijos conduce el relato hacia otras de sus pasiones: es radioaficionado desde hace 30 años. Se había comprado un equipo para comunicarse por su trabajo desde donde lo llamaban para realizar pericias. "Escuchando a la Policía, los Bomberos, me hice radioaficionado", recuerda.

Hoy es presidente de Radio Club Pergamino, una entidad que está cumpliendo 55 años. "Un radioaficionado es un ciudadano que le gusta la radio, la tecnología, la intercomunicación. Nosotros nos definimos como servidores", describe.

"Prestamos un servicio muy importante a la comunidad que hoy no se ve tanto por el enorme desarrollo de las comunicaciones, pero que está muy vinculado al servicio comunitario", resalta y entre las múltiples actividades que realizan relata: "Junto a Jorge Katsikaris colaboramos con las comunicaciones del Same, en el Edificio Azul también tenemos una repetidora de radioaficionados y el sistema que da la posición de Pergamino en el mundo". 

Una nutrida carrera

Retirado hace seis años como comisario mayor, reconoce que ser policía le brindó enormes satisfacciones. Cada recompensa fue la contrapartida del compromiso con el que ejerció la tarea en cada lugar que le tocó ocupar. "En el año 1998 cuando terminé el curso con los alemanes, me ofrecieron ser director de la Policía Científica de Mercedes. Fue un gran reto profesional, acá teníamos 37 muertes al año y allá esa cifra en un mes. Estuve un año en esa jurisdicción y pude inaugurar una dependencia en Moreno, un lugar inaccesible para Mercedes", destaca.

"Fue una época de mucha exigencia. En 1999 fui al Operativo Sol y al regresar me convocaron para ser jefe de la Policía Científica en Junín. En mayo de 2004 el superintendente me llamó para decirme que volviera a Pergamino, y fue en ese momento que me hice cargo de la delegación de Policía Científica. Estuve hasta 2006 en que me enviaron nuevamente a Junín donde trabajé hasta 2009. Regresé a la ciudad y dos años después me nombraron coordinador regional, con asiento en Junín", precisa.

Volver a estudiar

Aceptó cada destino en su carrera como una oportunidad de crecimiento y nunca abandonó el anhelo de acceder a su título universitario. "A fines de 2013 nos informaron que el Ministerio de Seguridad había firmado un convenio con la universidad que nos daba la posibilidad de hacer la Licenciatura en Criminalística, yo ya había hecho la tecnicatura en Seguridad Pública, en el Centro de Altos Estudios de Especialidades Policiales", comenta y señala que luego de algunas negativas recibió la autorización para inscribirse. 

"Cuando me negaron el permiso me quise retirar porque sentía que estudiar era una deuda que tenía conmigo", confiesa y agradece haber encontrado el modo de insistir en su pedido: "Pedí disculpas, volví a expresar mi deseo y tuve una respuesta extraordinaria; recibí un llamado de la superintendente, que me habilitó para que me inscribiera en La Plata y pasados unos meses me convocaron para ser el coordinador general de la Policía Científica con despacho en esa ciudad".

Recuerda que primero estuvo en un hotel y más tarde alquiló un departamento en el que vivió con sus hijos que también estudiaron allá. "Compartimos la experiencia de ser estudiantes universitarios, fue algo inolvidable. Fue un emprendimiento familiar", sostiene, agradecido. Se graduó en 2016 y actualmente está cursando en La Plata el trayecto pedagógico en el Centro de Altos Estudios de Especialidades Policiales.

La docencia

Cuando terminó la carrera consolidó su actividad en la docencia. Ya había dado clases en la Escuela Vucetich, también en la Escuela de Policía de Rafael Obligado y en Pergamino, en la carrera que dictó la Unnoba. Es profesor en Lincoln, siempre formando a nuevos policías. Confiesa que ama la docencia y dedica a esa actividad buena parte de sus días. "Enseño con pasión y responsabilidad, es un modo de retribuir a la sociedad todo lo que pude aprender siendo policía", resalta este hombre que se define a sí mismo como "un coordinador", quizás por esa particularidad innata de organizar y liderar procesos en la búsqueda de soluciones. "Yo no sé todo, pero tengo el teléfono de los que saben y sé pedir ayuda. En todos los ámbitos donde camino, soy coordinador", resalta y confiesa que la criminalística ha sido una pasión. Y lo sigue siendo, porque nunca se deja de ser policía. 

Una vida intensa

Bromea con la idea de tener "varias vidas" para mostrar la multiplicidad de cuestiones que concitan su interés. Cuando no está dando clases, disfruta de la radio, la familia. Le gusta andar en moto y es ciclista. Fue uno de los fundadores del grupo Mortadela, de cicloturismo. Aunque ha competido, se reconoce como uno de esos ciclistas a los que les gusta ir despacio, disfrutando el trayecto. También ama viajar en moto y ha tenido la posibilidad de hacerlo. En cada ámbito ha forjado vínculos de amistad que mantiene. "Nombrar a cada uno de mis amigos sería ingrato, pero no puedo dejar de mencionar a los de la 'Peña Científica' de La Plata, a los de la infancia y el colegio, a los del trabajo y la docencia, a los del Radio Club, a los del grupo Mortadela, a Cachi Castro del ciclismo, y a Oscar Bichara del motociclismo, ya fallecido. En ellos, vaya mi gratitud a tantos otros que han hecho mi vida muy grata".

"Siempre digo que tengo varias vidas que transitan de manera paralela y todas confluyen en la pasión con la que emprendo cada desafío", concluye este pergaminense de alma que, a pesar de haber alcanzado el máximo cargo en su carrera, sigue sintiéndose "un viejo perito de criminalística", que encuentra en el aprecio y el reconocimiento de la comunidad y de los suyos la mejor recompensa.


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