Perfiles pergaminenses

Miguel Mollo, una vida de trabajo sostenida en buenos valores


Miguel Mollo en la intimidad de su hogar trazó su Perfil Pergaminense

Crédito: LA OPINION

Miguel Mollo, en la intimidad de su hogar, trazó su Perfil Pergaminense.

Su primer empleo fue en un almacén, siendo un niño. Escribió su historia de la mano de las ventas. Con su esposa, compró el fondo de comercio de una verdulería, que más tarde se convirtió en minimercado. Con el paso del tiempo, instaló una carnicería. También vendió autos y fue chofer.

Ramón Miguel Angel Mollo tiene 72 años. Nació en Pergamino, en el seno de una familia humilde que tempranamente le inculcó el valor del trabajo. Sus padres fueron Angel "Tito" Mollo, y Blanca Davini, "Mumi". El, pintor de obra y ella, ama de casa y costurera. "Ambos trabajaron mucho para darnos todo lo que necesitábamos", refiere Miguel al comienzo de la charla en la que cuenta: "Fuimos cinco hermanos, mellizos que murieron a las doce horas de nacer; yo; Carlos, que falleció a los 3 años y medio; y Pedro, el menor. Y cuando nosotros ya éramos grandes, mis padres adoptaron a Mariana, una hermana del corazón, que tenía 2 años y a la que desde el primer día quisimos mucho".

Vivieron en el barrio Centenario en una casa que alquilaban, hasta que por cuestiones económicas se establecieron en Buenos Aires, donde un tío les facilitó un lugar. Regresaron unos años después, a la misma casa que habían dejado, pero no ya como inquilinos sino como propietarios. "Retornamos en 1960, al mismo lugar, gracias a que mi padre tuvo la posibilidad de comprar esa casa en la que nosotros habíamos nacido.

"Hasta tercer grado fui a una escuela en Buenos Aires, con el pase que me dieron, al año siguiente, comencé en Pergamino, en la vieja Escuela N° 77 que quedaba enfrente de casa", comenta y refiere que en virtud de esa cercanía jamás se pudo "hacer la rata": "Era imposible porque en los recreos, mi mamá se cruzaba y por el alambrado me daba masitas".

Cuando recrea las vivencias de su infancia, vuelve a ser un poco aquel niño que salió a trabajar temprano. Lo expresa con orgullo: "En 1961, en paralelo a la escuela, comencé mi actividad laboral en un almacén que funcionaba a una cuadra de mi casa.

"Nosotros éramos una familia muy humilde, casi rozando la pobreza, y ese primer empleo que tuve de alguna manera ayudó a mis padres", resalta.

Para cuando llegó el momento de terminar el colegio, Miguel ya estaba acostumbrado a las rutinas laborales y ansiaba egresar para poder trabajar "a tiempo completo". 

"Durante el último año de la primaria, antes de que terminaran las clases, me conseguí un trabajo en el almacén de Carlos Fontana, ubicado en San Nicolás, entre General Paz y Castelli. Me tomaron por una semana a prueba y me quedé seis años", menciona destacando la hombría de bien de ese hombre que le dio el empleo y a quien define como "un señor hecho y derecho".

Con la experiencia que había adquirido en el mostrador, cuando dejó el negocio se dedicó a hacer corretajes. "Eso me enseñó a respetar a la gente, a tratar con las personas y a vender que es lo que siempre me gustó hacer", resalta. "Realicé esa actividad hasta 1971, después vendí el reparto y me fui a trabajar a una droguería durante dos años".

Su proyecto de vida

Miguel conoció a su esposa, Mabel Fante, en un baile en 1968. Ella tenía 15 años y él 17. La relación se formalizó tiempo después, en 1969. No se separaron desde entonces. "Con nuestro noviazgo nació nuestro proyecto de vida y la ilusión de conformar nuestra familia", señala. Y agrega: "Mi suegro nos regaló el terreno, y con el esfuerzo de nuestro trabajo, comenzamos a construir esta casa, con un crédito bancario pudimos terminarla y cuando todo estuvo listo, nos casamos en 1976. Al año siguiente comenzaron a llegar los hijos".

Habla de su familia con enorme satisfacción y la mirada se le ilumina cuando cuenta lo que hacen y el modo en que cada uno se ha encaminado detrás de sus sueños: Natalia es abogada, está casada con Bruno Gobelli, y tienen a Estanislao y Clara. Sebastián es comerciante, está casado con Marcela Sosa y tienen dos hijos: Juan Sebastián y Guillermina; y Gisela está divorciada, trabaja en una empresa automotriz y es mamá de Tomás y Josefina. Es decir que tenemos tres hijos y seis nietos, todos maravillosos".

El comercio propio

En otro tramo de la charla Miguel confiesa que la actividad comercial siempre fue su pasión. Y cuenta que siendo muy jóvenes con su esposa que trabajaba en un taller de costura tuvieron la posibilidad de comprar el fondo de comercio de una verdulería, un rubro que les resultaba totalmente desconocido, pero que los entusiasmaba por lo que significaba la oportunidad de "forjar un camino propio".

"Este comercio funcionaba en Moreno 950, nos empezó a ir muy bien y comenzamos a crecer con gran esfuerzo", menciona Miguel y cuenta que al principio lo atendía él y más tarde su hermano Pedro. 

De la mano de la verdulería se fue dando el crecimiento comercial. "Siempre manejé las finanzas y mi hermano me ayudaba con las ventas. En una ocasión, se vencía el contrato del local y el dueño nos pidió que lo desalojáramos, le pedí unos días para buscar otro espacio y así fue que gracias a un cliente que tenía una propiedad en Moreno y 11 de Septiembre, nos mudamos a un espacio más grande. No fue fácil porque hubo que reforzar las compras y prácticamente empezar de nuevo. Pero nos establecimos y la misma clientela nos fue pidiendo otras cosas, así que terminamos siendo un minimercado".

Nuevos desafíos

Ya consolidados como comerciantes, en 1987, cuando se inauguró el barrio Virgen de Guadalupe, ganaron la licitación para instalar una verdulería en el centro comercial de ese complejo habitacional. "Mi hermano se fue a atender allá y yo me quedé en el centro. Llegamos a tener cuatro empleados, más mi esposa, mi hermano y yo".

Al año siguiente, también en las 512 Viviendas ganaron la licitación de la carnicería. "Eso sí que fue volver a empezar, porque tuve que aprender el oficio de carnicero", refiere.

Para abocarse de lleno a esa tarea, le dejó el fondo de comercio a dos de sus empleados y con su esposa se dedicó a la carnicería. "Fue un gran desafío", afirma este hombre que ya por entonces y desde 1976 en paralelo al negocio se dedicaba a vender autos.

"Tuvimos la carnicería de las 512 Viviendas hasta el año 2000. Las ventas habían caído, el barrio también había cambiado mucho. Mi hijo estaba conmigo, y ya no sacábamos para vivir los dos. Así que él continuó con el negocio y yo abrí otra carnicería y pollería en la misma esquina donde había tenido el minimercado, en Moreno y 11 de Setiembre, en un local más chico ya que esa propiedad se había remodelado", relata y refiere que tuvo ese comercio hasta 2011 en que se quedó solo con la venta de autos.

"Desde 1961 hasta 2011 mi historia laboral se escribió de manera ininterrumpida y fueron años de muchísimo sacrificio, después seguí haciendo cosas, pero a un ritmo más pausado. Cincuenta años de mostrador me habían enseñado mucho, pero también me habían demandado tiempo", afirma. 

En la actualidad ya no tiene actividad laboral, pero nunca está quieto. "Acompaño a mi hijo en la carnicería que él tiene; eso me contiene y sostiene", afirma convencido de que no es fácil abandonar el ritmo de una vida que ha estado dedicada al trabajo y al contacto con la gente. 

La combi, otra experiencia

El inventario de la historia laboral de Miguel no se agota en la actividad comercial. Fiel a un espíritu activo, siempre encontró el modo de estar ocupado en distintas cosas. Una de ellas fue equipar una combi que había podido comprar y adaptarla para el traslado de pasajeros. Fue así que comenzó a viajar a la ciudad de Salto cada semana para llevar a un grupo de jugadores de fútbol de Pergamino que integraban el equipo de Alumni. "En 1994 compré la Fiat Ducato, la equipé y empecé a llevarlos. Al principio era el chofer y después me transformé en el amigo y hasta en el ayudante de campo y utilero", menciona y recuerda que viajaba los lunes, miércoles y viernes para los entrenamientos, y los domingos para el partido.

"Fue una experiencia hermosa. El equipo comenzó a andar bien y en 1995 salieron campeones. En Salto conocí a mucha gente, entre ellos a los hermanos Danura, excelentes personas; Héctor Concilio, Antonio Balbiano, y al grupo de muchachos que jugaban".

Con ese mismo vehículo también realizaba viajes de compras. "Llevaba al dueño de una zapatería a Buenos Aires a buscar mercadería; también al propietario de un comercio de 'Todo 2 pesos' y trasladaba prendas de las fábricas de costura", describe y comenta que había días que hacía hasta tres viajes, siempre a la par de la actividad comercial y gracias al acompañamiento y soporte incondicional de su familia.

Su presente

Miguel disfruta de la cosecha de esa siembra y transita un presente sin sobresaltos, acompañado de su esposa, rodeado del amor de sus hijos y nietos y de la presencia de los buenos amigos. 

Tiene un universo rico en experiencias y en saber. Es parte de una generación que pudo concretar los sueños de la mano del esfuerzo y el trabajo y esos valores, aprendidos de sus padres, son los que también transmitió a sus hijos. 

Imagina una vejez tranquila y acompañado. "Tuve la vida que soñé. Cada cosa que me propuse, la logré a fuerza de sacrificio y trabajo. La vida me ha tratado bien y de los golpes aprendí. He sido una persona honesta. Esa es la herencia que tomé de mi padre, para quien la palabra era un documento, no hacía falta papel y lápiz, con un apretón de manos y con mirar a los ojos alcanzaba para que el trato estuviera hecho".

Sin asignaturas pendientes, viaja, baila el tango, hace los asados y las papas fritas, y ve cómo la mesa se amplía cada vez que llegan los hijos, los nietos, las novias y novios que se suman. "Me hace muy feliz cuando vienen. Por momentos la casa nos queda grande, porque estamos los dos solos como cuando arrancamos. Pero de repente llegan y todo se colma de ruido", reflexiona. Y en esa apreciación aparece lo esencial, eso que tiene inmenso valor y que habla ni más ni menos de la familia, esa construcción que merece todos los esfuerzos, y que es al final del camino, seguramente, la mejor recompensa.


Otros de esta sección...
BuscaLo Clasificados de Pergamino y su región
Buscar en Archivo
Tapa del día
00:00
15:42
Errores:  0
Pistas:  38

Tu mejor tiempo:
12:07
Registrate o Ingresá para poder guardar tus mejores tiempos.

Nueva Partida
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Editorial
Funebres
Perfiles Pergaminenses
Lejos del pago
Farmacias de turno

LO MÁS LEÍDO