Perfiles pergaminenses

Mario Pellicioni: una historia de vida escrita sobre la pasión por volar


Mario Pellicioni un enamorado de la ciudad a la que le brinda servicio desde su labor en el aeródromo

Crédito: LA OPINION

Mario Pellicioni, un enamorado de la ciudad a la que le brinda servicio desde su labor en el aeródromo.

Tiene una amplia formación como piloto y desde 2007 es jefe del Aeródromo Provincial de Pergamino, una tarea que despliega con enorme compromiso. Dueño de una profunda vocación de servicio heredada de su padre, cumple su función una labor con placer y entrega. También es empleado de Bingo Pergamino y atesora ricas experiencias de anteriores ocupaciones.

Hay historias de vida que se escriben ancladas en la pasión por alguna actividad. Es el caso del Perfil de Mario Ariel Pellicioni, un hombre que ama la aviación y que ha forjado desde esa vocación un modo de vida. Tiene 58 años y nació en Pergamino. Desde 2007 es jefe del Aeródromo Provincial de Pergamino, una función que desempeña con marcado compromiso y dedicación. Tomó la pasión por volar de su padre, Nicolás Cristino Pellicioni, un escribano que fue varias veces presidente del Aeroclub Pergamino y le inculcó no solo el amor por los aviones sino la vocación de servicio.

En el inicio de la entrevista cuenta que creció en la casa de calle Dorrego, entre 25 de Mayo y San Nicolás, y menciona que hoy vive en el barrio Centenario. También refiere que su mamá, Angela, falleció cuando él tenía apenas 4 años. Eso marcó su infancia y la de su hermana Silvia: "Nos quedamos solos al cuidado de mi papá, un gran hombre que nos brindó lo mejor", remarca. Y lo recuerda con profunda gratitud. "Casi no tengo recuerdos de mi madre", lamenta, y hace referencia a algunas fotografías y a retazos de historias rescatadas de relatos narrados por otros que le ayudaron a configurar una imagen de esa mujer que falleció tempranamente a causa de una enfermedad oncológica. "Mi papá siempre nos contaba que cuando ella estaba embarazada de mí salíamos mucho a volar". Cuando lo dice, su voz se entrecorta, quizás porque en esa referencia capturó la esencia del modo en que sus padres vivían y la pasión que compartían. 

Con profundo agradecimiento habla de sus abuelas, Anunciata y María; y de su tía Dora Lucca, a quien define como una segunda mamá. "Con su hijo Jorge Lucca, hicimos juntos el curso de piloto comercial; desde hace 15 años él vive en Inglaterra y es comandante de la línea aérea inglesa Ryan Air".

Pasión por volar

Mario hizo hasta tercer año en el Colegio San José de los Hermanos Maristas y terminó el secundario en el Colegio Nacional. Pero su pasión siempre fue la aviación y lo señala: "De chico empecé con los aeromodelos radiocontrolados. A los 16 años obtuve mi primera licencia de planeador".

"Tuve grandes satisfacciones con el planeador, he estado volando cinco o seis horas sin bajar y he permanecido entre los 2.800 y 3 mil metros", refiere.

"En 1980 obtuve la licencia de piloto privado de avión y comencé toda mi carrera en la aviación", comenta y menciona que obtuvo esa licencia con un avión Cessna que era del Aeroclub Pergamino. "Era un avión que mi padre había comprado durante su presidencia", destaca, recreando algunas de las muchas gestiones realizadas por ese hombre que marcó en él una impronta: "Mi padre sentía pasión por los aviones y me transmitió ese amor".

"A los 22 años seguí mi carrera en Buenos Aires, me recibí de instructor de vuelo de avión y de planeador. Me dio muchas satisfacciones estuve varios años dando instrucción en el Aeroclub y formé a más de 50 ó 60 pilotos privados, instructores de vuelo y fumigadores, gente que está volando en distintas partes del país actualmente. Fue un orgullo muy grande. También formé a 12 pilotos de planeador que están en actividad".

"También en Buenos Aires hice la carrera de piloto comercial de avión. Y cursé la carrera de bimotor", agrega en un inventario de ricas vivencias. 

Reconoce que el hecho de no haber estudiado inglés representó una limitación para poder dedicarse a la aviación como piloto nacional o internacional. No se arrepiente, se conformó con lo que podía hacer y se valió de todas las herramientas de capacitación a su alcance para forjar experiencia y seguir su vocación. "Saqué todas las licencias que pude, entre ellas la de jefe de aeródromo, que obtuve en Ezeiza, en un instituto modelo al que vienen personas de toda Sudamérica a formarse. Allí obtuve la licencia de jefe de aeródromo sin servicio de tránsito aéreo.

La jefatura del Aeródromo local

Está a cargo del Aeródromo de la ciudad desde 2007. "Durante el gobierno de 'Cachi' Gutiérrez se abrió un concurso para cubrir ese cargo y lo gané por mi formación y experiencia".

Desde entonces despliega una tarea casi sin descanso- salvo cuando toma vacaciones y es reemplazado por Gustavo Carreras, con quien maneja el mismo idioma-. Reconoce que le apasiona su trabajo al que define como una tarea de servicio. "Es como un médico que debe estar en guardia permanente porque a Pergamino por su condición de ser la única pista operativa de la región llegan vuelos de distintos lugares, sanitarios, privados, ejecutivos".

La publicidad aérea y el circo de Balá

Entre 1993 y 2005 con dos aviones se dedicó a la publicidad aérea con sonido. "Promocionaba empresas privadas y eventos. En una oportunidad llegó el Circo de Carlitos Balá y me contrataron; como la publicidad resultó efectiva, comenzaron a convocarme. Durante seis años acompañé al circo por muchos lugares y así conocí a Carlitos, un personaje entrañable. Parábamos en el mismo hotel y compartíamos lindas charlas, me hablaba de su película 'Locos del aire'. Lo recuerdo siempre impecable con su pelo, su pantalón blanco y su perfume Carolina Herrera".

La actividad de la publicidad aérea tuvo también algunos sinsabores: "Había gente a la que le molestaba el avión y aunque había una ordenanza que respetábamos, la actividad dejó de existir, me fundí y tuve que emprender otro camino".

En el Bingo

Desde el año 2005, Mario es empleado del Bingo Imperial Pergamino, donde realiza tareas administrativas durante el turno mañana. "Llevo 17 años en el Bingo y 15 en el Aeródromo y gracias a la buena predisposición tanto de los dueños como de la gerencia de la empresa puedo compatibilizar ambas tareas".

La vida familiar

En lo personal, Mario está divorciado de Claudia, la mamá de sus hijos y una mujer con la que tiene buena relación. "Tengo tres hijos, Nicolás (35) que es abogado, está casado con Lorena, y tienen a Simona (7) y Federica (6) y viven en Buenos Aires. Julieta (29) que trabaja en el Banco Provincia y es mamá de Mateo (4). Y Santiago que trabaja en el Banco Provincia San Nicolás, pero vive con su hermana en Pergamino".

Tiene una linda familia y lo destaca en la charla. Disfruta de sus hijos y de sus nietos y todos se acompañan. Mario vive solo y cuando no está trabajando le gusta salir a caminar, tiene varios grupos de amigos: "Tengo una peña con mis amigos de la infancia y del secundario, con quienes nos reunimos los viernes desde hace treinta años. Y comparto otra peña los sábados con amigos del Aeroclub y de la vida".

Hincha fanático de Boca Juniors, gracias a su relación con Daniel Angelici, titular del Bingo y dirigente, tuvo la posibilidad de conocer La Bombonera y de integrar la Peña de Boca. "Disfruto mucho del fútbol, aunque por mi trabajo no puedo ir a ver todos los partidos que quisiera".

Al servicio de otros

La pasión por lo que hace se expresa en distintos momentos de la conversación. "Siento un placer enorme de atender a quienes llegan al Aeródromo, trato de orientarlos y asistirlos en sus necesidades. Hay gente que no conoce Pergamino cuando llega y si tengo la oportunidad y el tiempo los acompaño a recorrer esta ciudad que es tan hermosa. Hay quienes se llevan Alfajores Pergamino o bizcochitos Reverter", comenta, sabiendo que para quienes arriban al Aeródromo el modo en que son recibidos es como la carta de presentación de la ciudad.

Valora la tarea que realiza el Municipio para mantener el Aeródromo. "Aunque es provincial, depende de la Secretaría de Gobierno, hoy a cargo de Juan Manuel Rico Zini".

"Tenemos una pista muy buena, somos los únicos de la zona norte de la Provincia que está operativo las 24 horas y eso hace que la actividad sea intensa", sostiene y menciona que fruto de su función ha tenido la posibilidad de conocer a importantes personalidades, desde presidentes, gobernadores, empresarios y referentes de la aviación deportiva y artistas. Menciona a varios, entre ellos cantantes como Luciano Pereyra, Carlos Baute, Karina "La Princesita". 

Una de las dimensiones de su trabajo que resalta es la que tiene que ver con la asistencia a los vuelos sanitarios. "Desde que asumí han sido más de 600 y ninguno ha tenido que reprogramarse por el estado de la pista o por las condiciones climáticas. Detrás de cada uno hay vidas que se salvan y eso le da mucho sentido a la tarea que realizamos desde el aeródromo, es servicio", resalta. "Cada vez que hay un vuelo sanitario, nuestra tarea cobra sentido"

La pista, su desvelo

Agradecido a todas las áreas del Municipio por la tarea que realizan en el mantenimiento del aeródromo, Mario asegura que la repavimentación de la pista es su desvelo en términos de gestión: "Es una obra ambiciosa que demanda de una importante inversión que no puede realizar el Municipio que ya hace un esfuerzo enorme por mantener el aeródromo. Personalmente no quiero quedarme con los brazos cruzados, así que estoy en esa lucha, tocando puertas y pidiendo, como hacía mi padre. Hace poco me llamaron del Ministerio de Transporte de la Provincia de Buenos Aires por este tema, así que albergo la esperanza de que en algún momento esa obra pueda concretarse porque le serviría no solo a Pergamino sino a una amplia región, porque nuestra actividad alcanza a Rojas, Colón, Salto, Arrecifes, San Nicolás y Junín". 

Un enamorado de la ciudad

Confiesa que le encanta vivir en Pergamino, aunque por su actividad ha tenido la posibilidad de conocer prácticamente todo el país. "Desde Bahía Blanca hasta Salta y Jujuy conozco casi todos los aeródromos, aeropuertos y aeroclubes".

"Siempre quiero volver a Pergamino y volar en esta ciudad. Las imágenes que te devuelve desde el cielo de noche, son increíbles", afirma.

La libertad

Cuando la entrevista promedia habla de la sensación que le provoca volar: "Es una experiencia sublime que me da un enorme placer".

Aunque a lo largo de su larga carrera sufrió algunos accidentes, ninguno hizo menguar su coraje ni su pasión por lo que hace. "Volar es algo indescriptible y lo hago en salidas que comparto con mis hijos, con mis nietos y con amigos cada vez que puedo".

Agradecido, sabe que en todos los órdenes de la vida volvería a transitar el mismo camino si volviera a nacer. De fe católica, es un agradecido a Dios y a la vida: "Me ha dado mucho, más de lo que merezco, y esta actividad que realizo es un modo de poder retribuir lo mucho que he recibido", asevera. Y sobre el final, vuelve sobre la memoria de su padre: "Si lo viera nuevamente, le diría que era un iluminado y que tenía razón en todo lo que decía. También le agradecería que siempre me impulsó a seguir mi vocación, lo que hizo por mí es lo que hoy me ayuda a vivir", finaliza con el brillo en la mirada que surge del agradecimiento.


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