Pergamino

La Asociación de exResidentes de El Socorro pone en valor la labor de monseñor Saá


Monseñor Sa dejó huellas muy profundas en la comunidad socorrense

Crédito: EXRESIDENTES DE EL SOCORRO

Monseñor Saá dejó huellas muy profundas en la comunidad socorrense.

El prelado ecuatoriano se destacó como sacerdote, periodista y escritor. Trabajó intensamente en la catequesis, fue investigador y sacerdote de consulta. Además fue el primer párroco de la Capilla Nuestra Señora del Carmen de El Socorro.

La Comisión Permanente de Homenaje a monseñor Saa se encuentra constituida por quienes integran la comisión directiva de la Asociación de exResidentes de El Socorro, con sede en Rivadavia 648.

En adhesión al centenario de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen de la vecina localidad de El Socorro, los referentes de la Comisión Permanente tienen por objetivo destacar la personalidad de su primer párroco, doctor monseñor Nicolás Segundo Alvarez Arteta, más conocido como monseñor Saá fallecido en la casa parroquial, el 12 de julio de 1928 y sepultado en el cementerio de dicho pueblo.

De Ecuador a Argentina

La historia de Nicolás Segundo Alvarez Arteta se remonta a 1908, año en que llega a Buenos Aires, ocupando en primer lugar, importantes cargos en parroquias de la Capital Federal.

Por razones de orden político, monseñor Saa, con autorización de la Iglesia, cambió su identidad.

Alvarez era ecuatoriano, de la ciudad de Quito. La Iglesia de su país le brinda la prelatura de obispo. Desterrado de Ecuador lo destinan con la misión de estudiar la cuestión de límites entre Ecuador y Perú, en los archivos del Vaticano y Sevilla.

Durante su vida se destacó como sacerdote, periodista y escritor. Trabajó intensamente en la catequesis, sacerdote de consulta y promotor de la persona humana, marcó huellas muy profundas en sus feligreses.

En El Socorro

La llegada del prelado a nuestra zona se dio mediante Angélica Ocampo de Ocampo, que gestiona ante las autoridades eclesiásticas en La Plata, el nombramiento de un párroco para la capilla levantada a la memoria de su esposo, Manuel Anselmo Ocampo, en El Socorro en el año 1925.

Los contactos con la Embajada de Ecuador por parte de la Comisión de Homenaje socorrense tuvieron como gestor en Buenos Aires a Marcelo Ferraro.

En 1993 se recibió en El Socorro la visita del agregado cultural de la Embajada, doctor Leonardo Barriga López. En ese momento se descubrió una placa, en el atrio de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen.

En 1996 el embajador doctor Horacio Sevilla Borja fue el encargado de descubrir una placa en su tumba con la que monseñor Saa fue declarado huésped de honor mediante el Decreto Nº 2357 /96.

En 1997, llegaron a El Socorro el embajador doctor Eduardo Mora Anda y el agregado cultural de Ecuador, doctor Patricio Garcés. Ambos fueron declarados huéspedes de honor por el Concejo Deliberante de Pergamino.

En todas las ocasiones las visitas fueron recibidas en la plaza de El Socorro, frente al busto del prócer ecuatoriano Francisco Javier Espejo, donde se depositaron ofrendas florales en cada oportunidad. Luego se visitaba la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, el cementerio, la Escuela Nº 24, el Instituto Comercial El Socorro, la Biblioteca Melchor Echagüe. En todo momento se destacó la personalidad de monseñor Saa, con la lectura de trabajos alusivos realizados por los alumnos y aportes de antiguos vecinos.

Se quedó acá

En 1997, por referencias del padre Gastón Romanello, llegó desde Ecuador el sobrino nieto de monseñor Saa: Diego Mosquera Pesantes y su esposa Susana Palacio de Mosquera, con el fin de repatriar los restos de su tío abuelo a Quito.

Ermelinda Ninona los condujo hasta El Socorro. Al momento de llegar al cementerio, los familiares de Monseñor Saa se encuentran con el cartel con el nombre de su tío (gestionado por la junta vecinal de El Socorro). Cuando llegaron a la tumba advirtieron todas las placas descubiertas en homenaje a monseñor Saa, además de la declaración

de su tumba como lugar histórico. Valorando el reconocimiento de El Socorro a su tío abuelo, los familiares decidieron dejarlo en el pueblo, llevando solo a Ecuador tierra de la tumba y un trozo de mármol de la antigua lápida, guardada bajo el granito que la cubre actualmente. No obstante Mosquera, que también era escultor, en su paso por El Socorro, esculpió en el panteón de la familia Pelliccioni las figuras de la niñez, la juventud, la madurez y la ancianidad.

Libros sobre Monseñor Saa

El escritor Luís Barrantes Molina publicó en 1928, a pocos meses de la muerte del ilustre cura, el libro "Un alma sacerdotal", sobre su vida y obra.

Elsa Gómez de Kegay reúne en su libro "Monseñor Saa" documentación y testimonios. Un ejemplar se encuentra en la biblioteca Melchor Echagüe, como material de consulta.

Agradecimiento

La comisión directiva de la Asociación de exResidentes de El Socorro, como Comisión Permanente de Homenaje a Monseñor Saa, expresa su agradecimiento a la delegada de El Socorro, María Nieves Maroevich, por su interés y apoyo al mantenimiento y entorno del sepulcro y expresaron: "Si sabemos valorar e interpretar el pasado, estamos dando un punta pie al futuro".


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