El lunes larga el 18° Gran Premio Argentino Histórico de ACA desde Potrero de los Funes, San Luis, y la meta es en la ciudad de Pergamino el jueves 28 a las cinco de la tarde.
Los autos pergaminenses que participarán de la tradicional competencia de regularidad, organizada por el Automóvil Club Argentino (ACA), son: Rosendo Godoy acompañado por Pablo Ramognino -de San Isidro- con un Ford Falcon TC de 1972; Héctor Martínez y José Eslava con un Fiat 1.500 de 1967 y Quique D'Andrea y Javier Ferzzola a bordo de un Torino 380W de 1968.
La prueba consiste en cuatro etapas; de las cuales tres de ellas se realizarán en todas las sierras cuyanas. Y la última empieza en Potrero de Los Funes y termina en nuestra ciudad. En Pergamino los automóviles llegarán a la meta que estará ubicada en avenida Rocha entre Pueyrredón y Saavedra, dónde se hará la entrega de premios en el Club Compañía.
Los vehículos estarán en exhibición a partir de las cinco de la tarde en avenida Rocha entre Saavedra y Dorrego. El público puede presenciar el arribo de los vehículos, con el clásico arco de llegada. Cada auto y su tripulación donarán cinco kilos de alimentos no perecederos para donar a Caritas.
Los organizadores de la competencia y los pilotos locales agradecen la predisposición y la colaboración de la Municipalidad de Pergamino, en las personas del intendente Javier Martínez y el Secretario de Deportes, Maximiliano Greganti.
Carrera de regularidad
El secreto de esta carrera de regularidad está en la importancia de la navegación en la hoja. La participación del navegante es tan importante como la del piloto; dónde no ganan los binomios que andan más rápidos; sino los que logran la mejor regularidad durante las distintas etapas de la competencia.
La convivencia y el compañerismo de los distintos competidores durante la extensa competencia a lo largo de los tres mil kilómetros en vehículos de más de cuarenta años de antigüedad es una de las características de esta carrera. En las rutas suelen surgir averías y los demás participantes suelen solidarizarse en los caminos con los competidores en desgracia.