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Angel Ramón Robles declaró durante casi tres horas ante el Tribunal y cuerpo de jurado civiles. Hizo un relato de su vida y la dura infancia que atravesó. Recordó lo que pasó la mañana del 11 de octubre de 2015 previo al homicidio. Este viernes se pronunciarán los alegatos y el jurado de civiles dará a conocer su veredicto.
La tercera jornada de juicio por el asesinato de María del Rosario Díaz fue la más extensa e incluyó el testimonio del imputado, Angel Ramón Robles, quien declaró durante casi tres horas y dijo no recordar nada del momento del asesinato.
La audiencia comenzó cerca de las 10:00 y finalizó minutos antes de las 18:00 con la declaración de testigos propuestos por la Fiscalía y la Defensa, entre ellos un hijo adolescente de un matrimonio anterior de la víctima, quien relató, en forma coincidente a los demás familiares que atestiguaron el día anterior, la situación de permanente violencia en el seno familiar. Este viernes se pronunciarán los alegatos y el jurado de civiles dará a conocer su veredicto.
Audiencia
El primer testigo que compareció ante el Tribunal Oral y el cuerpo de jurados fue un adolescente de 17 años, con quien supuestamente la víctima mantenía una relación.
El joven fue interrogado por la Defensa a cerca del vínculo que mantenía con María y se refirió a las cartas que se enviaban con la víctima.
Luego declaró el hijo de una relación anterior de María, momento en el cual el acusado pidió no estar presente y fue retirado de la sala. El chico contó los tormentos que vivió desde que era muy chico hasta los 13 años, cuando no soportó más el maltrato y las agresiones y se fue a vivir con su padre. También relató la situación de violencia que padeció tanto en los dos campos y en la vivienda donde convivió con su madre, sus hermanos y Angel Robles. Describió varios episodios de violencia y recordó que en una oportunidad cando su hermano más chico rompió algo de la casa, el imputado le propinó tal paliza que tuvieron que sacárselo para que no lo matara. Además reveló que después de una golpiza su mamá lo vestía con pantalones largos para que no se notaran los moretones”.
Finalizada la declaración del hijo de la víctima, atestiguó un miembro de la Policía Forense que participó en el peritaje en la escena del hecho.
Más tarde fue el turno de los testigos aportados por la Defensa, uno de ellos vecino del barrio, propietario de un almacén, quien mantenía una relación de amistad con el imputado. Respecto a la mañana en que se produjo el asesinato el testigo dijo haber observado el momento en que Robles salió de la vivienda, dejó a su hija menor en la puerta y huyó del lugar corriendo. Contó que seguidamente vio salir del domicilio al hijo de la pareja, el cual le pidió que llamara a la Policía por que “el HDP de mi papá mato a mi mamá”.
El coordinador de la agencia donde el acusado tomó un remis, también fue convocado a declarar. Lo interrogaron sobre cómo había visto en esa ocasión al imputado y este dijo que parecía estar tranquilo y que incluso hablaron de una carrera de autos que estaban dando en la televisión.
Antes del cuarto intermedio, también se oyó la declaración de una empleadora de María quien se refirió a la relación laboral.
Testimonio del imputado
Tras el receso, el juicio se reanudó con la declaración del acusado. Robles habló delante del Tribunal y el jurado durante tres horas. Hizo un relato de la dura infancia que vivió, contó que su mama murió cuando él tenía cinco años y que el padre los dejó en un instituto hasta los 12 años. Vivió durante dos años con él hasta a los 14 se fue de la casa. También relató cómo conoció a María y cómo era la relación con ella y con sus familiares.
Al ser consultado sobre lo acontecido la mañana del 11 de octubre de 2015, recordó que salió de trabajar y pasó por la panadería y por la carnicería porque tenían pensado ir a comer un asado al Parque Municipal en un intento de recomponer la relación. Pero al llegar a su casa y ante la negativa de María se desencadenó una discusión. Sin embargo, respecto al momento del homicidio, dijo que le puso todo blanco y manifestó no recordar nada de eso.
Después del imputado declaró la psicóloga que le hizo las pericias psicológicas y psiquiátricas días después del asesinato, quien habló de una personalidad muy precaria para lidiar con ciertas situaciones debido a que su psiquis estaba marcada por la pérdida y el abandono. Sin embargo, la profesional dejó en claro que a pesar de que todos sus sentidos estaban “contaminados” por una infancia dura, esa situación no lo exime de las responsabilidades.
