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La mayor cantidad de reclamos están sectorizados en el tramo final de avenida Rodríguez Jáuregui y el comienzo de la carretera provincial. En esa zona, el sábado, un automóvil embistió a un equino y su conductor no sufrió heridas de consideración.
DE LA REDACCION. Los caballos sueltos a la vera de las rutas es un serio problema de seguridad vial que ha dado varias muestras de advertencia de lo que podría ocurrir si no se toman medidas en forma inmediata.
La mayor cantidad de reclamos están sectorizados en el tramo final de avenida Rodríguez Jáuregui y el comienzo de la ruta provincial Nº 178. Precisamente allí, en los primeros kilómetros del corredor bonaerense, alrededor de las 22:00 del sábado, una tropilla de aproximadamente 10 caballos cruzó la cinta asfáltica y uno de ellos fue embestido por un automóvil VW Surán que se desplazaba en sentido Pergamino-Bigand.
El conductor del auto no sufrió lesiones de consideración pero el choque provocó la muerte del animal y daños significativos en el vehículo.
Accidente
El rodado era conducido por Hugo Espina, de 62, exintendente de la localidad santafesina de Elortondo, quien no sufrió lesiones de consideración.
El cuerpo del caballo no ingresó al habitáculo como suele ocurrir en este tipo de siniestros, sino que golpeó contra la parte superior del parabrisas y el techo del vehículo.
Espina es usuario habitual de la ruta provincial Nº 178 y asegura que en más de una ocasión, al atravesar este tramo de la carretera observó caballos sueltos sobre la cinta asfáltica, y dio aviso en todos los casos.
Sin embargo, no es el único antecedente que existe en este sector. En los últimos años se registraron varios accidentes de tránsito y situaciones de riesgo en que los conductores debieron realizar maniobras bruscas para evitar el impacto o frenar a cero el vehículo cuando varios caballos en fila cruzan la ruta.
Sin embargo, lo más llamativo de este episodio es que al pasar nuevamente por el lugar con una grúa de auxilio que remolcaba el vehículo siniestrado, el transporte se cruzó con otra yunta de caballos que atravesaba la ruta y que obligaron al conductor a realizar una maniobra repentina para evitar el impacto.
Leyes reguladoras
La ley dice que los animales deben tener una marca para identificar al dueño pero muchos no la poseen e imposibilitan la detección sobre la responsabilidad civil en caso de colisiones. Muchos responsabilizan en primera instancia a los propietarios, pero está claro que la falta de controles y sanciones rigurosas permite que esta situación se siga produciendo, lo que convierte al Estado en un responsable solidario.
No necesariamente el propietario vive en la zona donde se puede ver pastando los animales a la vera de rutas y calles. Los caballos suelen caminar largas distancias buscando alimento y, no encontrándolo en los caminos secundarios, terminan en las rutas principales, mejor mantenidas y que tienen pastos más tiernos por su corte más frecuente.
Cuando se produce el accidente, habitualmente no existe forma de demostrar la propiedad o la tenencia del animal, a fin de imputar la responsabilidad que define el Código Civil. En aquellos casos en los que sí es posible, por lo general resulta que el propietario o tenedor es insolvente.
Sin embargo, la solución de fondo no pasa por saber a quién hay que reclamar las pérdidas humanas y económicas generadas por el choque de un vehículo contra un animal suelto. Para encontrar la solución al problema genérico es necesario conocer cuáles son las causas de la existencia y persistencia de los animales sueltos en las rutas.
Vuelco en el casco urbano
En otro orden de cosas, el domingo a la mañana se produjo un vuelco de un automóvil con dos personas a bordo que por milagro no dejó heridos de gravedad.
El accidente ocurrió en inmediaciones de San Luis y Lorenzo Moreno, donde un automóvil Peugeot 308 fuera de control volcó al doblar en dicha intersección.
En rodado estaba ocupado por una pareja de jóvenes quienes fueron rescatados por personal del Cuerpo Activo de Bomberos Voluntarios. Las lesiones no revestían gravedad.
