Varios médicos se quedaron a trabajar en el Hospital luego de la residencia

Este año tuvieron la posibilidad de acceder a cargos en el sistema hospitalario tras pasar por la instancia de instrucción para acceder a la especialidad. Año a año se va modificando la dinámica de las unidades de residencia. Cada vez son más las mujeres que ingresan y aunque riguroso, el sistema sigue siendo el elegido por muchos.

Recientemente en oportunidad del Día del Médico se conocieron datos de un estudio elaborado desde el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires en el marco del cual se entrevistó a cien residentes y referentes de los  equipos de Docencia e Investigación que reveló que la formación completa y acompañada es un incentivo al momento de optar por el ingreso al sistema de residencias hospitalarias, un programa de formación opcional para acceder a las distintas especialidades.

El informe revela que aunque aumentó el ingreso, en algunas especialidades siguen existiendo déficit, entre ellas las terapias de adultos y neonatal, la pediatría y la medicina general. El gran condicionante es la realidad del sistema de salud y la exigencia de la carga horaria. 

También se observa una inclinación de los profesionales hacia especialidades que resultan “más rentables” como oftalmología, dermatología, anestesia o la cirugía plástica, lo que se interpreta como una elección profesional que se orienta hacia campos de desempeños que prometen mejores posibilidades de desarrollo económico para los profesionales médicos.

Asimismo se advierte que el 60 por ciento de quienes ingresan a las residencias son mujeres, incluso en sectores como cirugía o traumatología, reservados históricamente a varones. Segú señalan esto ha cambiado la dinámica de las residencias e importa nuevos desafíos para el propio sistema sanitario. 

En relación a la permanencia de los profesionales dentro de las estructuras hospitalarias al egreso de las unidades de residencia, el estudio revela que quienes se forman en especialidades consideradas prioritarias suelen quedarse. 

En Pergamino, el Hospital Interzonal General de Agudos San José es el efector que cuenta con unidades de residencia para la formación profesional de médicos y otras disciplinas- actualmente funcionan doce, diez de ellas en especialidades médicas-. Este año, de acuerdo a la información proporcionada por el Servicio de Docencia e Investigación tuvieron posibilidad de tomar cargos médicos de interinato con guardia de 36 años varios egresados del sistema de residencias, una situación que celebran  por cuanto antes, quienes tenían la posibilidad de quedarse lo hacían por un sistema de becas que ofrecía condiciones laborales más precarias.

En esta ocasión, para conocer cómo es la experiencia de trabajo en el Hospital luego de haber pasado por el nosocomio en condición de residentes y siguiendo los parámetros de la estadística que muestra una “feminización” del trabajo médico, LA OPINION dialogó con dos jóvenes profesionales que realizaron su residencia en el nosocomio y hoy forman parte de la planta de personal del principal efector de salud pública de la región. 

Josefina Masciotta es médica clínica y María Débora Mendi es pediatra. Ambas trabajan en el Hospital San José donde también se formaron. En la entrevista hicieron un recorrido por la experiencia hospitalaria y reflexionaron sobre los desafíos que enfrentan los médicos en un sistema de salud complejo y de alta demanda.

“Yo empecé la residencia en 2012, fueron cuatro años de residencia, uno de jefatura y después quede como un cargo y hoy trabajo en Clínica Médica y la Guardia”, comienza Josefina Masciotta. 

María Débora se presenta como médica pediatra y menciona: “Empecé la residencia en 2013 hasta 2017 y pasé al cargo de médica de Guardia haciendo guardia externa de Pediatría y la guardia de internación los fines de semana”.

-¿Qué se aprende en la residencia hospitalaria?

Masciotta: Todo. Es lo más importante en la formación de un médico porque no solamente te da las herramientas para ir adquiriendo las habilidades prácticas sino también reforzar la teoría y ayuda a desenvolverse como profesional.

Mendi: Cuando recién te recibis es una incógnita lo que vas a pasar fuera de la facultad. La residencia da la seguridad para poder trabajar con el paciente y en la emergencia.

-¿Cuando ingresaron a la residencia observaban como una salida laboral?

Masciotta: Yo no lo tenía definido. Pero con el transcurso del tiempo vi que era un lugar lindo para desenvolverse y en el que uno se siente seguro y acompañado.

Mendi: En la residencia uno conoce el manejo del Hospital, donde todas las guardias son activas. Eso da mucha seguridad al trabajar. En mi caso siempre consideré a la estructura hospitalaria como una oportunidad de desempeño laboral.

-¿Qué les pasa con las dificultades del sistema sanitario?

Masciotta: Uno se va adaptando. Tratamos de buscar todos los recursos para conseguir lo que se necesita para el paciente.

Vocaciones definidas

Ambas profesionales aseguran haber tenido una “vocación definida” al momento de decidir una profesión y saben que hoy tienen la posibilidad de ejercer en el ámbito de la salud pública, con todo lo que esa experiencia supone.

-¿Cuándo decidieron ser médicas?

Masciotta: En los últimos años de la escuela secundaria. Estudié en Rosario en la UAI.

Mendi: Yo a los seis años jugaba a ser médica pediatra y nunca dudé. Al contrario cuando cursé las materias de pediatría en la facultad,  fortalecí el vínculo con la especialidad. Siempre soñé con trabajar en este Hospital. Pasaba por acá y les decía a mis papás que yo iba a ser médica en este lugar. Estudie en la Universidad Nacional de Rosario.

-A menudo se dice que los residentes son el recurso humano que termina definiendo las deficiencias del propio sistema de salud: ¿Esto lo sintieron así?

Masciotta: Sí. Porque somos los que tenemos mayor carga horaria y estamos continuamente con el paciente. Eso hace que terminemos resolviendo muchas cosas, aunque siempre estamos acompañados en nuestras decisiones.

Mendi: Los residentes cumplimos con una carga horaria estricta y pasamos mucho tiempo en el Hospital. Eso hace que aunque acompañados por médicos terminemos resolviendo muchas situaciones. Eso ocurre, pero también es parte de nuestro entrenamiento.

La mejor escuela

Actualmente funcionan en el Hospital San José doce unidades de residencia, diez son médicas, lo que significa que 45 residentes están insertos en el sistema que es opcional para quienes egresan de facultades de medicina.  Quienes pasan por la experiencia aseguran que a pesar de la exigencia es la mejor escuela, además es un sistema que tiene prestigio. Por el momento son diez los instructores rentados y en cada especialidad los residentes cumplen con un programa académico definido. Aunque existen otras formas de acceder a la especialidad el sistema sigue siendo elegido por los jóvenes profesionales.