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Merma en las ventas, inflación y falta de liquidez para la reposición y el costo creciente de los alquileres resulta una combinación letal para pequeños emprendedores que, agobiados, optan por “bajar las persianas”. Según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came), se registró en 2014 una importante baja en los niveles de venta.
DE LA REDACCION. Los locales vacíos en las zonas comerciales más requeridas de Pergamino son un cabal termómetro de un mercado en retracción. La mayoría de estos emprendimientos resultaron fugaces; sus hacedores se lanzaron con ilusión, apostando su capital o comprometiéndose en un crédito pero hicieron agua a poco de andar. Otros, que supieron afianzarse, no lograron resistir una nueva saga de dificultades.
La pérdida del poder adquisitivo de los ciudadanos influye directamente en el ámbito comercial, haciendo que el consumo se dirija casi exclusivamente a los bienes de primera necesidad. Lo demás, llega si se puede y valiéndose del crédito. Es allí donde radica otro inconveniente para el pequeño comerciante: la falta de liquidez para afrontar la reposición de mercadería y los gastos fijos, especialmente el alquiler. La inflación hace lo suyo, porque no siempre se pueden trasladar la totalidad de los aumentos al precio final.
En algunas arterias se puede advertir más de un negocio cerrado por cuadra, tal es el caso del Paseo de Compras San Nicolás Norte, entre calles Pinto y Echeverría. Allí se puede observar que son alrededor de cuatro los locales que anuncian en sus vidrieras: “Liquidación total por cierre”.
No alcanza
Pasado el período de las Fiestas, que es una de las mejores temporadas para el comercio, en los albores de 2015 se reavivó la tendencia que marcó todo 2014: bajas en los niveles de ventas.
Según la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de nuestra ciudad, esta realidad crítica que viven los minoristas, que comienza con períodos de equilibrio a la espera de repuntes en fechas específicas del año, suele terminar en el cierre porque, en números totales, se vende menos y es difícil afrontar los mayores costos por los salarios, los impuestos y fundamentalmente el precio de los alquileres. Es decir, no alcanza para cubrir los gastos con que en vísperas de fechas como Día del Padre, del Niño, de la Madre o Navidad los locales rebalsen de gente si el resto del año las ventas se dan a cuentagotas y financiadas.
El comerciante tiene que vender una determinada cantidad que le permita hacer frente a los gastos fijos y los costos de los alquileres que son altos, además de las erogaciones que genera el tener empleados.
En muchas oportunidades, los comerciantes especulan con las fechas especiales para recuperar muchas veces las pérdidas que pueden darse en un determinado mes pero a veces las expectativas no son superadas y se ven obligados a perder rentabilidad para vender los artículos que tienen en stock.
Testimonios reales
En una recorrida realizada por LA OPINION, se pudo advertir el malestar de algunos comerciantes que, desalentados por la situación económica, manifestaron que se ven obligados a cerrar sus locales debido a que las bajas en las ventas, registradas en 2014, no dan las ganancias suficientes a la hora de hacer frente a los costosos gastos de alquileres y servicios.
Si bien se puede ver que son varios los locales comerciales, en diferentes puntos de la ciudad, que quedaron vacíos, llama poderosamente la atención la triste coincidencia de que en una misma cuadra de San Nicolás Norte, precisamente entre calles Pinto y Echevarría, en poco tiempo cuatro negocios bajaron sus persianas.
Informe de Came
De acuerdo con las estadísticas realizadas por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came), las ventas minoristas cayeron 6,5 por ciento en todo 2014.
Es el tercer año consecutivo que las ventas minoristas se retraen. En diciembre las ventas repuntaron 2 por ciento pero no alcanzó para revertir la tendencia negativa de 2014.
Las ventas minoristas cayeron 6,5 por ciento en 2014, marcadas por un año donde el poder adquisitivo de las familias se redujo y se desaceleraron visiblemente los gastos de consumo.
El dato surge del Indicador de Evolución de Ventas Minoristas que elabora Came en base a datos sobre cantidades vendidas brindados mensualmente por más de 900 comercios del país.
Los comercios comenzaron 2014 con su actividad en baja. Por precaución primero y por pérdida de ingresos después, desde principio de año, la demanda familiar se movió con cautela, con más consultas que operaciones, y esa tendencia se mantuvo a lo largo del año.
El patrón de comportamiento que prevaleció, sobre todo en los sectores de ingresos bajos, medios, e incluso en el segmento medios-altos, fue controlar el presupuesto, establecer prioridades de consumo, aprovechar las oportunidades de financiamiento, y esperar las ofertas del mercado. Alrededor de ese esquema giró el movimiento comercial de casi todo 2014.
Tampoco las fechas especiales tuvieron la fuerza de otros años para estimular las compras, e incluso en festejos donde el regalo tiene un rol importante como son el Día de la Madre, del Padre o del Niño, las ventas finalizaron en baja.
Pequeño repunte
A partir de septiembre el consumo se vio algo reanimado con el programa “Ahora 12”, que fue una buena posibilidad para que las Pymes captaran el público que se orientaba a comprar en cuotas en los grandes comercios. Más de 100 mil comercios pequeños del país ofrecieron esa opción de pago. Así, el efecto de ese programa, sumado a los acuerdos Came-Atacyc lanzadas en el interior para financiar compras en 6 cuotas, permitieron que desde noviembre, con una economía más tranquila y sin sobresaltos, se observara algo más de movimiento en el consumo.
El año concluyó con un diciembre activo, donde las ventas minoristas subieron 2% anual luego de 11 meses consecutivos en baja. Pero si bien ese repunte permitió dotar de liquidez a muchos comercios que venían financieramente debilitados, no alcanzó a revertir la tendencia del año.
