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Los comercios especializados en el rubro han encontrado muchísimos adeptos. La variedad de locales que abrieron sus puertas en los últimos años conforman un amplio circuito cervecero, donde los pergaminenses pueden degustar los diferentes sabores que caracterizan a esta clásica bebida artesanal.
El auge de la cerveza artesanal es un fenómeno que viene creciendo velozmente en Argentina y Pergamino no es la excepción.
En el transcurso de los últimos años, en nuestra ciudad abrieron cerca de 10 bares que ofrecen las diferentes variedades de sabores que caracterizan a esta clásica bebida artesanal y entre ellos conforman un amplio circuito cervecero con diversas propuestas para un número cada vez más creciente de adeptos.
El auge se evidencia no solo en la apertura de bares especializados sino también de emprendedores, muchos de ellos fanáticos de la bebida, que fabrican y comercializan su propia cerveza.
El fenómeno es realmente llamativo. En momentos en que el sector gastronómico atraviesa una época difícil, es notable que este producto totalmente casero, muestre una curva opuesta a la del resto del rubro gastronómico.
A diferencia de aquella que se comercializa de manera industrial, la cerveza artesanal tiene un sabor particular y una textura con mayor densidad y variedades que se diferencia por la graduación alcohólica, el color y los ingredientes. El secreto está en la innovación. Los pequeños productores optan por tipos de cerveza alternativos, como las ales o de fermentación larga; oscuras como bock o la stout; llegando inclusive a incorporar sabores novedosos como la miel y algunas variedades frutales.
Poco a poco, estas propuestas novedosas se han ido abriendo paso entre un público ávido de experiencias gourmet, con necesidad de conocer nuevos sabores, respondiendo además a una estética y una visión del mundo propias del segmento de la población joven contemporáneo.
El número creciente de adeptos son los que impulsan este verdadero movimiento que se da tanto en ciudades chicas como en las grandes.
Según datos del sector, la cerveza se lleva el 50 por ciento del consumo de alcohol en la Argentina. Sin embargo, el consumo bajó de 43 litros a 40 por persona y al mismo tiempo se duplicó la venta de cerveza artesanal de la mano de productores de todo tipo: familiares, amigos, empresas medianas y también de tamaño respetable. Hay unos mil productores de cerveza artesanal.
Frente a este fenómeno es prematuro juzgar si la aparición en nuestra ciudad de cervezas artesanales es solo una moda pasajera, o constituye una tendencia perdurable y sostenible frente a las imposiciones de la producción industrial.
Es difícil predecir los vaivenes del mercado, y saber cuántos de estos productores podrán adaptarse y sobrevivir a un mundo en constante cambio, donde las crisis son algo frecuente.
Sin embargo, sí se puede estar seguro de que hoy en día están aquí a disposición de nosotros, para que las probemos y nos dejemos llevar por esos sabores novedosos envueltos en una estética que intenta rescatar la tradición.
