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Cuando los perros callejeros se convierten en una amenaza


 Algunos perros callejeros demuestran actitudes violentas hacia las personas (SAN JOSE AHORA)

'' Algunos perros callejeros demuestran actitudes violentas hacia las personas. (SAN JOSE AHORA)

La presencia de animales domésticos en las calles de nuestra ciudad genera una opinión dividida en la sociedad. La tolerancia disminuye cuando provocan situaciones de riesgo. ¿Cómo trabaja el Municipio en este sentido? El rol de los proteccionistas y un testimonio del peligro del “libre albedrío” canino.


Uno de los problemas sociales que existen en la mayor parte de las ciudades del país es la superpoblación de animales domésticos (perros y gatos) que hacen su vida en la calle, ya sea por el abandono de sus propietarios o porque así nacieron y se criaron.  Pasan a ser parte de la postal ciudadana, se convierten en mascotas de todos y reciben cuidados comunitarios. Pero también generan situaciones imponderables, provocadas por su naturaleza territorial, por el instinto sexual y también el carácter defensivo que profesan a consecuencia del hambre, la sed, las enfermedades y los maltratos que les propician algunas personas. Son los menos de los casos que se ven en nuestra ciudad, donde mayormente están contenidos y asistidos a nivel sanitario por proteccionistas y la Dirección Veterinaria. No obstante, por estas cuestiones instintivas, son frecuentes las situaciones de peligro que generan para peatones, ciclistas, motociclistas y para ellos mismos frente a la potencia de un automóvil. En estos casos la indefensión es mucha y se genera un vacío de responsabilidades, lo que provoca repudio.

Sucede en todos los barrios de la ciudad, pero es en las calles del radio céntrico donde la peligrosidad se acrecienta dado el alto flujo de circulación de personas. Allí es habitual observar a algunos perros callejeros, los menos, que ladran y adoptan una postura de vigilante de los espacios, incluso algunos comercios, que le dan refugio cuando cae el sol, los alimentan y se encargan de su bienestar. También se encuentran aquellos que son los “personajes” de las calles, aquellos que buscan el mimo de los peatones.

Hasta ese punto la situación es admisible y tolerada por la mayoría, criticada por algunos en función de la higiene, principalmente. Pero se han registrado episodios en que estos canes se movilizan en grupos que rodean a biciclos, garroneando a sus conductores y provocando su desequilibrio en plena calle, incluso caídas con severos daños. Además del inconveniente físico aparece el problema de las responsabilidades, ya que los seguros no cubren este tipo de accidentes. 

 

Contraposiciones

La presencia de animales domésticos en la zona céntrica de nuestra ciudad genera una opinión dividida entre quienes gustan de los animales y quienes no. Para los primeros, los perros no generan molestia y en más de una esquina se observa un tarro de agua y un puñado de alimento para que “los callejeritos” no sufran hambre ni sed; tampoco frio ya que cuchas armadas con cajas de cartón forman parte de la postal céntrica de nuestra ciudad.

La opinión contraria reclama mayor control de parte del Municipio sobre los perros que pululan por la vía pública y que en definitiva “no son de nadie y son de todos”, sobre todo teniendo en cuenta la actitud violenta de algunos perros que ladran a peatones y a quienes se movilizan en bicicletas y motos.

 

Control

En materia de debate, esta problemática abre las aguas. 

De acuerdo con lo expuesto por el Municipio, por fortuna en nuestra ciudad la situación de los perros en las calles se encuentra controlada gracias a la campaña de castración gratuita y tenencia responsable de mascotas que difunde el Gobierno local que va en paralelo con la intensa labor que desarrollan los integrantes de diferentes asociaciones proteccionistas cuyo fin último es la adopción responsable de animales domésticos y en el mientras tanto, colaboran con su atención y salubridad, tanto en los caniles como en las calles, en las que los mantienen en consideración a que en algunos casos su naturaleza es esa, callejera.

Ambas formas de trabajo coinciden en que la única solución efectiva y ética es las campañas masivas de esterilización y la educación de las personas que deben entender la importancia de la castración para poner el freno de algún modo a la reproducción descontrolada de perros y gatos que se genera en aquellos que se encuentran en situación de calle.

Del otro lado de la vereda, se encuentran los ciudadanos que a diario sufren las persecuciones,  ladridos y hasta ataques de parte de algunos perros. Son estos los ciudadanos que, amén de querer a los animales, se encuentran siendo parte de un torbellino de sentimientos encontrados cuando son decepcionados por la actitud violenta de los perros.

En contacto con los referentes de la Dirección de Veterinaria y Bromatología y de “Rincón Animal”, LA OPINION pudo advertir la satisfacción que genera el progresivo cumplimiento de los objetivos ya que se registra un mayor compromiso por parte de los ciudadanos a la hora de adoptar o decidir tener un animal. Asimismo se registra un incremento en los niveles de demanda del servicio de castración gratuito que ofrece el Municipio.


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