Colocaron una Baldosa de la Memoria en recuerdo de “Chicho” Serenelli

Es la quinta que se ubica en Pergamino para recordar a los desaparecidos de la última dictadura. Fue dispuesta en las puertas de la vivienda de Serenelli. Su hermana Susana lo recordó con afecto.

El sábado en horas de la mañana, los integrantes de la Asociación por la Memoria de Pergamino colocaron una nueva Baldosa de la Memoria, en Larrea 913, en la casa que habitó el detenido desaparecido Hugo Roberto “Chicho” Serenelli. Las Baldosas por la Memoria constituyen una marca en el barrio. Señal de la existencia de los militantes populares detenidos-desaparecidos o asesinados por el terrorismo de estado.  Comenzaron como iniciativa de organizaciones de barrios militantes por la memoria, la verdad y la justicia, quienes se propusieron desandar el camino del olvido. Permiten reconstruir la historia de vida, reivindicar su compromiso político de los militantes populares secuestrados, torturados y desaparecidos por la última dictadura cívico militar.

Desde hace algún tiempo,  la Asociación por la Memoria y los Derechos Humanos de Pergamino recuerda a los desaparecidos de nuestra ciudad y confirman que “queremos que las veredas de nuestra ciudad también hablen de ellos y ellas. Recoger las historias de su vida, la de nuestros desaparecidos, nos transforma y también transformó y transformará el afuera. Lo que se mantenía oculto se muestra en las veredas”.

Chicho, presente

El acto comenzó cuando se dio el presente a este militante pergaminense que fue una de las víctimas del terrorismo de Estado en la época de la última dictadura en nuestro país. Acto seguido, los familiares de “Chicho” fueron los encargados de descubrir la baldosa colocada en la vereda de la puerta de la vivienda de calle Larrea.

Luego, la hermana de “Chicho”, Susana Serenelli, lo recordó con ternura. “Hugo hizo la primaria en la Escuela Nº 53, también asistió a la Escuela Nº 2, continuó en la Escuela de Ferré y culminó sus estudios en el Colegio Nacional. Para él concurrir al Nacional fue la gloria”, señaló Susana. Dando cuenta de que “Chicho” era una persona muy querida, Susana afirmó que “tenía muchos amigos, producto de haber asistido a diferentes colegios. Pensaba que los amigos son hermanos de la vida que se elijen. También tuvo distintos apodos, entre ellos ‘Chicho’ y ‘Colo’ por el color rojizo de su cabello”.

Educado en valores

La educación en valores fue propia de los Serenelli, así lo dejó entrever Susana al manifestar que “nuestros padres siempre nos educaron en valores, sobre todo el de la solidaridad. Nos decían que teníamos que ayudar a quienes menos tenían. Esa enseñanza estuvo marcada a fuego por “Chicho” y por eso siempre estuvo pendiente de los más desprotegidos”.

Fuertes ideales

Mientras cursaba sus estudios de abogacía en la ciudad de La Plata, “Chicho” trabajaba en una librería mientras que los fines de semana se desempeñaba en el área de ordenanza de un hospital. “El día que tenía libre iba a las villas miserias a ayudar a las personas carenciadas.

Cuando venía de visita a Pergamino, asistía al barrio Güemes a ayudar a los más desprotegidos. Hugo era de la idea de que había que ser solidarios y trabajar en pos de los menos beneficiados para generar el crecimiento del país. El consideraba que los políticos tenían que ser funcionarios públicos por vocación y cobrar el mismo sueldo que una maestra, y sostenía que el presidente de la Nación  debía ganar tres sueldos de un gerente de banco. El consideraba que distribuyendo mejor la ganancia, pregonando con la equidad, el país iba a crecer. Sus ideales eran muy simples y sensatos”, concluyó Susana.

Por su parte, Jorge Sharry, que fue compañero de “Chicho” Serenelli en el Colegio Nacional, recordó a su amigo y fue el vocero oficial no solo de la promoción 70 del Colegio Nacional sino también de parte de los exdirectivos y exdocentes del establecimiento educativo.

“Uno agradece a la vida el haber conocido a gente y yo agradezco por haber conocido a ‘Chicho’ con quien pergeñábamos nuestros sueños, no solamente por tener la misma ideología peronista sino también por  haber viajado, junto a Néstor Pobliti, y haber convivido un tiempo en La Plata donde estudiábamos abogacía”, explicó Sharry que también marcó la solidaridad de ‘Chicho’. 

“Era una persona con profundos ideales y una gran sensibilidad, un tipo bueno con mayúsculas, que se preocupaba por las personas necesitadas, un hombre con una fuerte militancia social aplicada sobre todo en los barrios más desprotegidos”, sostuvo Sharry.

Bandera de solidaridad

Por último se dirigió a los presentes, la presidenta de la Asociación por la Memoria de Pergamino, Ana Scarcella. Recordando a Serenelli, aclaró que “la vida de la militancia de ‘Chicho’ Serenelli y de tantos otros compañeros no solo transformó el afuera sino también a cada uno de nosotros”.

Haciendo alusión a su experiencia personal, Scarcella sostuvo que “a mí me hizo conocer que existía este tipo de lucha por un país mejor, de militancia, logró que mucho de nosotros tomáramos esas banderas para no abandonarlas. Estamos viviendo un tiempo muy difícil donde la palabra crisis es cotidianamente escuchada pero también es verdad que existieron, existen y existirán luchadores, como ‘Chicho’ y como otros que creían en la construcción de un país mejor, en el todo para todos. Esas banderas de solidaridad fueron las banderas de estos militantes que hoy nosotros retomamos y no pensamos abandonar”.

Por último, Scarcella enfatizó en que “‘Chicho’ hizo algo que yo como docente no puedo dejar de reconocer por el efecto que provoca en la sociedad, llevó adelante la pedagogía del ejemplo a pesar de que sabían que, en épocas de la dictadura, era un trabajo riesgoso. Esa pedagogía del ejemplo es la que no tenemos que dejar caer”.