Carini: “El Gobierno dio una clara señal al designar un nuevo director de Salud Mental”

Tras la fuerte reacción que generó un posible cambio a la Ley de Salud Mental, el Ministerio de Salud de la Nación nombró a Luciano Grasso como nuevo responsable de impulsar políticas en este campo. Para conocer las implicancias de esta designación, LA OPINION consultó a Marcos Carini, quien destacó el perfil del funcionario.

El año 2017 cerró con un profundo debate en torno a una iniciativa del Ministerio de Salud de la Nación de imponer cambios a la Ley de Salud Mental a través de un decreto reglamentario que motivó el rechazo de gran parte de los actores vinculados a esta materia que se pronunciaron desde distintos ámbitos. En este contexto el ministro de Salud de la Nación decidió remover a quien se desempeñaba como director nacional de Salud Mental y en el rearmado de los equipos de trabajo dentro de la cartera sanitaria ofreció este cargo al licenciado Luciano Grasso, un profesional de procedencia radical que en la ciudad de Tandil se desempeñó como director de Adicciones. El funcionario asumió días pasados, en lo que significó un viraje en el posicionamiento oficial respecto de una cuestión tan sensible como generar reformas en el sistema de salud mental y avanzar en la construcción de consensos en relación a la normativa vigente en esta materia.

Para conocer cuál es el horizonte que se aventura en este campo, LA OPINION dialogó con el psicólogo Marcos Carini, especialista en adicciones. “La manifestación masiva de la gran mayoría de los profesionales de la salud mental frente a posibles cambios por decreto a la Ley de Salud Mental motivaron la renuncia de quien era el director nacional de Salud Mental y se designó en su lugar al psicólogo Luciano Grasso, un profesional que fue director de Adicciones de Tandil y que tiene una conocida trayectoria”.

Consultado sobre si esta designación es indicativa de un cambio en la intención de modificar la Ley de Salud Mental, Carini refirió que “la postura de Grasso respecto de este tema es conocida públicamente, entiende la necesidad de avanzar en la implementación de la Ley de Salud Mental, por lo que se puede presuponer que su trabajo irá más en concordancia con el planteo de los actores que públicamente manifestaron su postura cuando comenzó a hablarse de un decreto que contradecía el espíritu de la ley”.

“Ahora bien, también plantea la necesidad de incluir la opinión del grupo de psiquiatras que exigen cambios urgentes en la Ley, pero no haciendo un viraje de 180 grados como sí se pretendía con el decreto reglamentario”.

Sobre este decreto, Carini recordó que “además de ser incongruente con la Ley estaba mal redactado y quedó expuesto que no se puede cambiar una ley con un decreto, que cualquier modificación radical requiere del paso por el Congreso”. En esta línea opinó que “es probable que se ponga en debate alguna modificación de la ley tanto en el Congreso como en el seno del Ministerio de Salud, pero con cambios más sutiles si es que se dan”.

“La realidad es que se va a ir hacia la implementación de la Ley de Salud Mental. Ese es el horizonte que avizoramos quienes trabajamos en el sector y conocemos el perfil del nuevo director”, sostuvo Carini. En esta línea refirió que también en la dirección provincial de Salud Mental la titular Marta Suárez se ha mostrado “alineada a favor de la implementación definitiva de la ley”.

Perfectible

El experto en adicciones insistió en que la Ley de Salud Mental es perfectible y cuestionó que “así como están quienes se oponen a la norma, están los que no quieren cambiar nada”.

“La norma es perfectible y muchas de las cuestiones que se le critican nunca fueron implementadas, es decir que se la critica sin que se haya puesto en práctica a pleno”, resaltó y recordó que son pocos los dispositivos como el Centro Padre Galli que funcionan en concordancia con lo que expresa el texto de la ley. 

En relación a cuáles son a su criterio los aspectos que deberían observarse de la normativa, el funcionario que también asesora en materia de adicciones en el campo legislativo, sostuvo que “había que avanzar en cuestiones como redefinir lo que se entiende como riesgo cierto inminente, algo que no está en el texto de la ley pero si en el decreto reglamentario anterior”. Y explicó: “Es un concepto algo confuso que hace alusión a una certeza y esta no existe en la previsión de las conductas humanas futuras. Habría que redefinir este concepto porque limita al profesional y distiende el compromiso”. 

“También habría que seguir trabajando mucho sobre la resistencia de los propios profesionales que vienen trabajando desde hace muchos años de una manera y ahora deben cambiar de paradigma.  Empezar a pensar la problemática desde otro paradigma es una cuestión urgente”, resaltó.

Dotar de recursos

Una de las mayores críticas que se hacen respecto de la aplicación de la ley de Salud Mental es que no se ha dotado a los servicios de Salud de los recursos necesarios. En este aspecto Carini consideró necesario conseguir “avances”

“El Gobierno nacional ha dado una clara señal nombrando a este director de Salud Mental porque es un profesional que se ha manifestado en forma pública en la necesidad de implementar la ley y dotar a los dispositivos de recursos para que pueda ser implementada realmente. Nombrarlo es una cuestión que va más allá de lo nominal. Claramente es una modificación basada en la construcción de consensos y el fortalecimiento de los dispositivos alternativos a las internaciones”, destacó.

Por último, consideró entre las acciones necesarias redefinir el objetivo de que a 2020 desaparezcan los dispositivos manicomiales y la adaptación de todas las comunidades a lo que establece la ley por cuanto se está “muy cerca de esa fecha”.

“Estamos muy cerca de 2020 y me parece que esa fecha va a tener que ser reformulada.  Esto debe ir acompañado del fortalecimiento de los servicios de Salud Mental de hospitales generales y dispositivos como centros de día, casas de medio camino que no están en el Hospital pero que son alternativas claras a una internación”, concluyó y estimó que la gestión que se inicia supondrá una mayor articulación de todos los sectores provinciales y municipales que trabajan en la temática. “En la actualidad esta articulación estaba muy desarticulada y cada Municipio definía su propia política. Entendemos que se avecina un tiempo de un trabajo más articulado y consensuado porque hasta donde sabemos el director nacional va a sugerir e impulsar una modalidad de acción sobre la base de un consenso más fuerte. Después estará en la responsabilidad de los gobiernos provinciales y nacionales de apropiarse de esto. Se puede construir y Pergamino ha demostrado que se puede construir un dispositivo acorde. Habrá que buscar un compromiso en las provincias y en las municipalidades”.