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Al menos siete pergaminenses se hallaban en la zona donde ocurrió el atentado en Barcelona


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Fernando Carballo se encontraba en compañía de su esposa Florencia y sus hijos Federico y Gastón almorzando en un restaurante. Juan Ignacio Etchebehere también se hallaba en una tienda comprando regalos. Rebeca Ugarte y su hija Camila Querede paseaban por la rambla. Carballo contó su experiencia a LA OPINION.


El reciente atentado ocurrido en Barcelona el jueves pasado conmocionó al mundo entero. Centenares de personas paseaban por la rambla cuando una furgoneta a toda velocidad arrolló todo a su paso causando la muerte de 14 personas.

Con el transcurso de las horas se supo que entre tantos visitantes que se encontraban ese día en la zona del atentado, había al menos siete pergaminenses que vivieron una de las experiencias más fuertes de sus vidas.

Fernando Carballo se encontraba en compañía de su esposa Florencia y sus hijos Federico y Gastón cuando se produjo el ataque terrorista. Juan Ignacio Etchebehere también se hallaban en la zona, al igual que Rebeca Ugarte y su hija Camila Querede.

“Es sorprendente cómo las cosas que parecen tan lejanas de repente suceden a pocos metros de tu cara”, reflexionó Fernando Carballo en diálogo con LA OPINION.

El y su familia habían estado paseando por el lugar donde la furgoneta arrolló a decenas de personas algunos minutos antes de que ocurriera el hecho. En el momento del atentado los cuatro estaban almorzando a una cuadra del lugar donde terminó el trayecto la furgoneta. “Vimos entrar corriendo a una pareja de alemanes que comentaron que se había producido algo similar a un atentado. Comenzamos a averiguar en los medios de noticia locales y al instante nos enteramos que efectivamente se había producido un ataque terrorista. Había mucha gente en las calles buscando refugio, se escuchaban las sirenas de la Policía y helicópteros sobrevolando el lugar”, relató Carballo. 

La recomendación de las autoridades era quedarse dentro de los negocios y no moverse de los lugares. Fue el propio Carballo quien le pidió al dueño del restaurante que cerrara las rejas del local. 

“La policía estaba abocada al operativo de captura del terrorista prófugo y no brindaban información. Lo que sabíamos era a través de los medios y lo que sí tuvimos en claro inmediatamente fue que una furgoneta había atropellado a muchas personas y que supuestamente había un terrorista que se había atrincherado en un restaurante de la zona” relató Carballo.

El restaurante “Fargas” donde se encontraban, estaba colmado de turistas. “Había varios argentinos, también franceses y alemanes los cuales sabían cómo debían actuar. Eso habla del grado de conciencia y preparación que tienen hacia este tipo de cosas con las que están empezando a convivir”, explicó.

El pergaminense también destacó “el nivel de solidaridad de la gente ante este tipo de acontecimientos y la hospitalidad que brindaron quienes estaban a cargo de los comercios de la zona”. 

Casualmente, el local gastronómico había quedado en la vereda del frente al perímetro que marcó la Policía en torno al lugar del hecho. “Estuvimos allí dentro por más de dos horas. Cuando comenzamos a ver que había algunas pocas personas circulando con precaución y que por la información que escuchábamos la zona estaba segura, salimos del restaurante y fuimos directo hasta el hotel que quedaba a una cuadra del lugar. Desde ese día no volvimos a salir del hotel porque la recomendación era dentro y evidentemente con alguna razón lo decían porque más tarde se produjeron los demás atentados”.

En su visita por diferentes lugares de Europa, Carballo comentó “el grado de preparación que tienen los países ante este tipo de atentados con autos que atropellan gente. En algunas ciudades, en los lugares donde hay mucha concentración de gente han colocado columnas de hierros de un metro de ancho por tres de largo para impedir el paso de vehículos”. Sin embargo aclaró que “los residentes de Barcelona comentaban que en ese lugar evidentemente no habían tomado las medidas necesarias para minimizar, no evitar, el impacto de un atentado”.

 

Otros pergaminenses

LA OPINION también se puso en contacto con Juan Ignacio Etchebehere. El joven de 33 años se dirigía hacia la rambla de Barcelona, un lugar obligado para los turistas. A pocos metros de allí se detuvo en un comercio a comprar un presente para la familia cuando se produjo el ataque terrorista.

En cuestión de minutos el lugar se colmó de policías. El joven comentó que la gente corría desesperada y que entró en pánico y se refugió en la tienda de un amigo porque la información que circulaba es que uno de los terroristas estaba prófugo”. Allí permaneció hasta que la situación se normalizó.

Las otras dos pergaminenses presentes en el lugar del hecho son Rebeca Ugarte y su hija Camila Querede. Poco se conoce sobre la experiencia que vivieron ambas mujeres, pero según trascendió se encontraban en la rambla en ese momento y que incluso tuvieron contacto visual con la furgoneta de los terroristas.


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