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Después de muchas gestiones del Municipio, se avanzó con el proyecto para mudar a familias que habitan en cercanías de las vías y la zona del arroyo Chu – Chú, a metros de avenida Drago. Las viviendas tendrán un núcleo habitacional financiado por la Comuna, un módulo sanitario y kit eléctrico con calefón para ducha con agua caliente.
La Municipalidad inició un proceso de relocalización de las familias en estado de riesgo urbano ambiental en un asentamiento irregular en el barrio Jorge Newbery; es por eso que la Secretaría de Tierra, Vivienda y Obra Pública Social elaboró las estrategias para coordinar tareas que permitan mudar a estos vecinos que hoy están ubicados al borde de las vías y a metros del arroyo Chu – Chú en la zona de avenida Drago. En relación a esto, el proceso se inició en los primeros meses del año tras la recurrencia de inundaciones sufridas por las personas que habitan esa franja; el titular de esta área municipal, Juan Manuel Batallánez, explicó la gestación y los alcances del proyecto.
“A comienzos del ejercicio mantuvimos una reunión con los vecinos ante el intento de toma de nuevos lotes en terrenos más elevados que impidieran el riesgo de inundación que sufren las familias asentadas en el lugar. Lo primero que le planteamos es que las soluciones nunca pueden ir de la mano de más irregularidad o en el marco de la ilegalidad, por lo que la gente entendió que si bien esa podía ser una respuesta transitoria a su problema no era la forma ni la solución definitiva a su situación de vulnerabilidad”, señaló el funcionario.
La predisposición del intendente Javier Martínez de trabajar la problemática seriamente, y de disponer los medios para realizar un trabajo que llevaría más tiempo de realización pero otorgaría a las familias directamente afectadas la posibilidad de ser beneficiarios de un proyecto de generación de hábitat planteado como un proceso integral que no contemple solo un módulo habitacional si no la accesibilidad a los servicios sanitarios, la regularización de los nuevos lotes donde se levantarán las viviendas y un servicio de suministro de energía eléctrica en las condiciones de seguridad que corresponde.
“Lo primero que se llevó adelante fue un censo de los grupos familiares que tienen consolidada su presencia en esa área para plasmar en un relevamiento la composición y condición de cada familia y actuar sobre cada caso acorde a la necesidad”, dijo Juan Manuel Batallánez. Se consensuó localizar en las mediaciones los terrenos aptos para el levantamiento de los nuevos módulos habitacionales teniendo en cuenta un radio de proximidad a su ubicación actual considerando motivos de escolaridad, vecindad y cercanía con familiares que asisten en el cuidado de los más pequeños.
Terrenos a otorgar
Delimitado el predio indicado para el proyecto de relocalización se ejecutaron obras de extensión de los servicios de agua potable y de desagües cloacales a los efectos de garantizar el acceso a estas mejoras que eleven la calidad de vida de las personas comprendidas en el proyecto remarcando que estos trabajos fueron realizados por personal de la Dirección de Redes de Infraestructura Básica.
“A lo largo del año se analizaron distintas opciones para el levantamiento de los módulos teniendo en cuenta distintos métodos constructivos, costos y tiempos de ejecución. Finalmente se resolvió trabajar en conjunto con la organización no gubernamental (ONG) ‘Techo’ para lo que fue fundamental la gestión realizada por la directora de Tierras, Victoria Martínez White”, señaló Batallánez. Tras una serie de reuniones con miembros de la ONG donde se interiorizaron de las necesidades y demandas del proyecto se acordó la construcción de las viviendas mediante la adquisición por parte del Municipio de los materiales que produce Techo con el asesoramiento y dirección de la organización en la construcción, aunque también estarán las familias junto al trabajo de voluntarios que solidariamente se comprometan con el proyecto.
“Se escogió un modelo de re diseño de vivienda dado que el tamaño de cada módulo varía en función de la necesidad por familia teniendo presente la cantidad de miembros que la componen. Cómo el cálculo excede los metros cuadrados de la vivienda estandarizada de Techo, se resolvió encarar la construcción de viviendas tipo semilla, llamadas así porque a partir de un mismo módulo se pueden ir generando ampliaciones funcionales de acuerdo a las necesidades biológicas y posibilidad de recursos de sus propietarios”, destacó el secretario.
Equipamiento de las casas
Las viviendas tendrán un núcleo habitacional financiado por el Municipio, un módulo sanitario, kit eléctrico con calefón para ducha con agua caliente. Para el listado de voluntarios se trabaja en conjunto con la Dirección Municipal de Juventud, grupos de estudiantes, otras organizaciones no gubernamentales y todos aquellos miembros de la comunidad que solidariamente quieran participar. En los últimos días se produjo en la sede de Techo, en Buenos Aires, una reunión en la que se acordó el cronograma de actividades junto a su director Ejecutivo, Virgilio Gregorini; y el director General de Regiones, Pedro Passerini. “Ya hablamos con los beneficiarios para interiorizarlos de las características del proyecto y con los voluntarios para explicarles el carácter fundamental que tiene su participación en la concreción de todo este proceso”, señaló Juan Manuel Batallánez. En febrero volverán a realizarse charlas con las familias y los voluntarios. Y de acuerdo a las posibilidades de ejecución presupuestaria está programado llevar adelante la construcción de las viviendas en abril. “Lo trascendental de este proyecto es la firme convicción compartida con el intendente Martínez de que el asistencialismo no resuelve la cuestión de fondo. Que los recursos de los que disponemos deben ser empleados de manera estratégica para atender tal vez menos casos, pero de una manera seria e integral”, señaló el funcionario.
