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El reencuentro de Carlotto con su nieto reavivó el trabajo por los que faltan


 Ignacio Guido Montoya Carlotto (nieto 114) y su abuela  (NA)

'' Ignacio Guido Montoya Carlotto (nieto 114) y su abuela. (NA)

El episodio emocionó a todo el país y les provocó un nudo en la garganta a los que iban enterándose de la novedad, luego de que la jueza María Servini de Cubría le informara personalmente del hallazgo a la principal referente de derechos humanos del país.  

Buenos Aires, (NA) - Tras una búsqueda incansable que duró 36 años, el pasado 5 de agosto un análisis de ADN confirmó el hallazgo de Guido, el nieto de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, lo que reavivó el trabajo por los cerca de 400 que aún faltan encontrar. 

El episodio emocionó a todo el país y les provocó un nudo en la garganta a los desprevenidos que iban enterándose de la novedad, luego de que la jueza María Servini de Cubría le informara personalmente del hallazgo a la principal referente de derechos humanos del país. 

El 114 fue el número de la suerte para la presidenta de la entidad, que todavía busca a otros 400 bebés nacidos en cautiverio durante la última dictadura militar, aprovechando además el récord de consultas que se registraron en los últimos meses. 

Es que el reencuentro de Ignacio Guido Montoya Carlotto con sus familiares biológicos y el impacto que tuvo la noticia sirvió para reavivar el sentimiento de duda de muchos jóvenes que poco después del 5 de agosto comenzaron a acercarse a Abuelas para hacerse las pruebas de ADN. 

Tras el emblemático caso, de hecho, se les restableció la identidad a otros dos nietos, Ana Libertad Baratti de la Cuadra y Jorge Castro Rubel, aunque son muchos los que aún están en trámite, por lo que este 2015 podría traer nuevas celebraciones. 

Ignacio Guido Montoya Carlotto vivió 36 años como Ignacio Hurban, criado en Olavarría por una familia humilde, que lo anotó como propio: tras enterarse de que no era hijo biológico de la pareja, Guido se presentó voluntariamente para hacerse los análisis de sangre porque tenía dudas acerca de su identidad y su ADN fue cotejado con sus abuelos paternos, arrojando un 99,9 por ciento de compatibilidad.

A su familia paterna, compuesta por un tío y una abuela de 91 años, la conoció días después de reencontrarse con los Carlotto, en una cita íntima en La Plata. 

Cuando la secuestraron, el 26 de noviembre de 1977, Laura Carlotto, que era militante de la JUP, estaba embarazada de dos meses y medio de su pareja, Oscar Montoya, militante montonero de Caleta Olivia. Según reconstruyeron testigos, el 26 de junio de 1978 tuvo un bebé al que llamó Guido -en honor a su padre- en el Hospital Militar Central de la Ciudad de Buenos Aires y tras estar unas pocas horas con su hijo fue devuelta al centro clandestino “La Cacha”. 

Luego del asesinato de Laura, el 25 de agosto de 1978, Estela de Carlotto, junto con otras abuelas, se sumó a las tradicionales rondas en Plaza de Mayo y encaró una larga búsqueda para encontrar no sólo a Guido sino a los 500 niños que se estima fueron apropiados ilegalmente durante la última dictadura militar. 

El pasado 23 de octubre, Carlotto y su nieto se reunieron con la presidenta Cristina Kirchner en la Quinta de Olivos. 

“El es muy templado, es como yo. Para que yo demuestre tengo que llevar a este extremo el sentimiento. En la familia están todos enloquecidos. El cariño de la gente llega y demuestra esta oleada de necesidad de esta reparación que necesitamos los argentinos. Necesitamos saber que la lucha tiene que seguir porque acá las cosas no pueden quedar sin resolver”, resumió Carlotto tras el primer abrazo con su esperado nieto. 


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