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El director del Museo Malvinas dijo que “si somos David no podemos hablar como Goliat”


 Federico Lorenz es el director del Museo Malvinas (NA)

'' Federico Lorenz es el director del Museo Malvinas. (NA)

Federico Lorenz, deslizó una crítica hacia la canciller Susana Malcorra por la forma de comunicar las negociaciones con Londres para avanzar en distintos aspectos de la relación bilateral. «No puedo creer que gente con responsabilidad haya planteado tan mal este tema», afirmó en un cuestionamiento, que podría ser extensivo al presidente Mauricio Macri.

Buenos Aires, (NA) - Por Dario Brenman. Federico Lorenz, director del Museo Malvinas bajo la administración de Mauricio Macri, planteó la necesidad de establecer un abordaje integral e inteligente de la cuestión que involucra a las islas.

Es además investigador de la cuestión Malvinas -recibió una beca Guggenheim para indagar sobre esa experiencia bélica.

- ¿Qué balance hace de lo que fue la diplomacia argentina en relación al tema Malvinas desde 1983?

- Lo dividiría en dos planos. La cuestión diplomática formal y una cuestión que tiene que ver más con la retórica. Es poco lo que pudimos hacer en el largo plazo para torcer la situación de status quo que claramente favoreció a los británicos.

Primero hay que tener en cuenta que siempre hubo presencia militar británica en Malvinas. Lo que produjo la guerra de 1982 es que haya más bases militares en la zona. En ese contexto la diplomacia argentina lo que intentó fue retomar el sendero de las negociaciones y lograr que el plano económico y la explotación de los recursos no fuese tan unilateral y mientras avanzar en la satisfacción del reclamo.

En ese sentido uno puede ver una época de bastante acercamiento en términos económicos en los años 90. Durante el kirchnerismo uno vio una especie de endurecimiento de las relaciones pero a la vez una construcción importante de apoyatura regionales.

- Los británicos han reemplazado el tema soberanía en la discusión por los derechos de los habitantes.

 - Eso es cierto. Los británicos han desplazado desde 1982 la disputa por el territorio a la disputa por los derechos de los habitantes. El discurso es “ya intentaron militarmente y perdieron, no jodan ahora vamos por este tema”.

Argentina no se ha ocupado lo suficiente o lo ha hecho mal de enfatizar de todas las formas posibles que nuestra disputa no es por las almas de los isleños sino por el territorio. Buena parte de nuestra retórica fue en contra de quienes habitan las islas con lo cual hemos favorecido ese mecanismo británico.

Me parece que tiene que haber una cuestión de mayor inteligencia, en reconocer esa realidad y abordarla. Si nosotros somos en la práctica David no podemos hablar como si fuésemos Goliat, retóricamente eso es un contrasentido.

- El año pasado en una charla que dio la canciller Malcorra en una universidad dejó entrever que hay sintonía con empresas inglesas para invertir en Argentina. ¿Puede conspirar esto para el tema de la soberanía?

- Seguramente es un elemento de presión. Por eso es muy importante la coherencia en la propia postura, porque si no termina siendo un acuerdo coyuntural que puede perjudicar al Gobierno. Me parece que es la prevención que muchos legisladores de la oposición tienen. Inclusive pienso por ejemplo en una voz oficialista como Elisa Carrió que últimamente hizo declaraciones que van en este sentido.

Nos falta mucha discusión acerca de qué queremos con las Malvinas y qué significa este territorio, mas allá de los que simbolizaba hasta 1982. Supongamos que el lunes que viene recuperamos las Malvinas. ¿Qué hacemos? A mi criterio falta en términos históricos ver en el largo plazo cómo se fue ocupando esa región. A la vez tenemos que revisar cosas que se habían hecho antes para aprender de nuestros aciertos y nuestros errores. Mientras nosotros no hagamos eso vamos a estar entrampados en una lógica que no nos favorece.

- Según el presidente de la Asociación de Excombatientes de Malvinas, Gustavo Pirich, “el Gobierno avanza en acuerdos con Gran Bretaña, con beneficios para ellos y no para nosotros”.

- Entiendo la postura de estos excombatientes pero carezco de elementos en profundidad para poder afirmar esto.

- ¿Qué opinión le merece la polémica que se suscitó con el mapa realizado por el Ministerio de Desarrollo Social donde no se incluye la Islas Malvinas?

- No creo que haya sido intencional, aunque más no sea por mero pragmatismo nadie haría eso. Por supuesto que es grave que un documento de un organismo público argentino omita a las islas en un mapa. No ha sido ni la primera ni la última vez que se haya cometido errores de ese tipo.

- ¿Qué desafíos representa hoy Malvinas para el Gobierno, el Estado y la sociedad?

- Para el Estado la articulación de distintas políticas públicas e institucionales que tengan que ver con el sostenimiento de un reclamo. Desde mi perspectiva es proyectarnos como país atlántico. En relación a los gobiernos satisfacer una gran demanda social asumiendo que es algo de muy largo plazo. Por otro lado haciendo un esfuerzo muy grande para sustraer en la medida de lo posible, la cuestión Malvinas de la disputa política interna y ubicarla en un tema de política exterior. Socialmente hay un compromiso sin duda con los que combatieron, por eso me pareció notable la iniciativa por la identificación de los NN.

Igualmente me parece que no alcanza sostener el tema únicamente con las fechas de conmemoración o cuando se suicida un excombatiente. Pero entiendo que existe un mandato constitucional que nos obliga a recuperar esos territorios y en ese sentido hay que ser creativos.

- ¿Cómo evalúa el trabajo de la canciller Malcorra en relación al tema Malvinas?

- Me parece que cierta forma de comunicar los avances o no de las negociaciones fueran erróneas. Malvinas es muy funcional a la política interna, eso también ha empastado la posibilidad de avanzar, porque cualquier negociación puede plantearse como una claudicación. Me parece que la canciller ha quedado presa de esa situación. Claramente afirmar a la ligera o erróneamente que una conversación de pasillos es un compromiso de discusión por la soberanía es de mucha ingenuidad. Por eso no puedo creer que gente con responsabilidad haya planteado tan mal este tema. Pienso que a lo mejor hay un error de valoración o una voluntad de trasmitir buenas noticias. Hay algo que sí me gusta y es intentar salir del punto muerto.

- Hace años en Plaza de Mayo existe un acampe de exsoldados de guerra que reclaman ser reconocidos formalmente como veteranos de Malvinas, después de haberse desempeñado en bases aéreas ubicadas en el litoral marítimo patagónico durante el conflicto bélico de 1982.

- Lo que alienta el reclamo es una cierta indefinición por parte del Estado en definir legalmente quién es veterano de guerra y quién no lo es. No hay una definición tajante al respecto, existe una cuestión que buena parte de la disputa tiene que ver con que obviamente no es lo mismo haber combatido en Malvinas, que haber quedado en el continente. Esto no quiere decir que los que fueron movilizados al sur desde el punto de vista de la experiencia no consideren algún tipo de situación que los atravesó de un modo diferente al resto de los que hicieron el servicio militar obligatorio.


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