El 20 de este mes, un hombre negro disparó a quemarropa y mató a Ramos y su colega Wenjian Liu, luego de decir en las redes sociales que vengaría las muertes recientes de dos negros a manos de agentes del orden en Ferguson (Misuri) y Nueva York.
NUEVA YORK, (AFP-NA) - Miles de policías uniformados asistieron ayer en Nueva York al funeral de uno de sus compañeros asesinado la semana pasada, en una impresionante demostración de solidaridad tras las críticas de las que ha sido blanco la policía en Estados Unidos en los últimos meses.
El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, el gobernador de Nueva York, el alcalde de la ciudad y el jefe de la Policía estuvieron también presentes en el sepelio del agente de origen puertorriqueño Rafael Ramos en la iglesia protestante Christ Tabernacle, en el distrito de Queens.
Pero evidenciando la tensión persistente entre el alcalde Bill de Blasio y su cuerpo de policía, cientos de oficiales que seguían la ceremonia desde fuera de la iglesia optaron por colocarse de espaldas a la pantalla cuando, dentro, el alcalde tomó la palabra.
El 20 de este mes, un hombre negro disparó a quemarropa y mató a Ramos y su colega Wenjian Liu, luego de decir en las redes sociales que vengaría las muertes recientes de dos negros a manos de policías en Ferguson (Misuri) y Nueva York.
Este asesinato ha tocado el alma del país, dijo el vicepresidente Biden, asegurando entre aplausos que la policía de Nueva York era probablemente la mejor del país.
Creo que esta policía y esta ciudad increíblemente diversa mostrarán al país la manera de superar las divisiones, añadió.
Nada va a derrotar o dividir a nuestra familia de Nueva York, dijo por su parte el gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, durante la ceremonia.
Muy criticado por algunos agentes de policía, De Blasio aclamó a Rafael Ramos como un héroe, un hombre de paz y amor, y ofreció sus condolencias a otra familia, la de la policía de Nueva York, que sufre mucho en este momento.
Sus palabras despertaron un tibio aplauso mientras que las del vicepresidente, el gobernador y el jefe de la policía neoyorquina, Bill Bratton, fueron recibidas calurosamente.
Bratton, que hizo especial hincapié en la necesidad de una reconciliación, aseguró que miles de policías llegaron desde todo Estados Unidos e incluso desde Canadá para asistir al funeral.