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A la hora de definir cómo será la construcción de una vivienda o una oficina es fundamental analizar quien va a habitarla, cómo, y bajo qué circunstancias.
El objetivo es que funcionen como soporte para las actividades humanas. Sin dudas que los modos de habitar actuales se han visto modificados por varios de factores, entre ellos la llegada de nuevas tecnologías y las nuevas configuraciones familiares principalmente.
Estos son factores que afectaron las formas que nos apropiamos de los espacios de un modo radical. Años atrás, cada necesidad correspondía a un ambiente, y este se traducía, a lo que llamamos “una caja”.
La tendencia actual es que los espacios se han ido liberando en varios sentidos. En principio de estructuras rígidas, de materiales y de muros para crear ambientes abiertos, que sean flexibles, donde puedan realizarse varias actividades y que puedan albergar a familias dinámicas.
Cocinas integradas a los comedores, barras e islas de cocinas, comedores y livings, habitaciones más grandes con áreas de juegos, vestidores, baños incorporados.
También encontramos galerías y distintos tipos de pérgolas que conectan el interior con el exterior, y le van ganando lugar a los quinchos apartados de la vivienda.
En cuanto a la tecnología, ya debemos pensar las conexiones desde otra manera, se empiezan a incorporar en las viviendas racks tecnológicos, un área específica de conexiones. Ya no es un enchufe para el televisor y otro para el teléfono. Empezamos a tener sistemas de alarmas, conexiones inalámbricas, y yendo aún más lejos, sistemas de automatización, como la domótica. Esta última es una tendencia que se está instalando de a poco. Es un conjunto de tecnologías combinadas, que se aplican para lograr la automatización de una vivienda que integran la tecnología en los sistemas de seguridad, gestión energética, bienestar o comunicaciones. Actualmente se encuentra en desarrollo, pero varias empresas lo están ofreciendo en el mercado.
Una de las cosas que podemos lograr con esta tecnología, es crear para cada espacio una configuración especial, por ejemplo, cada tecla de nuestro panel representa una escena, es decir que tocando esa tecla, (en vez de prender una luz como estamos acostumbrados) podemos encender determinada luz, la televisión, bajar las cortinas del comedor al mismo tiempo. Lo bueno es que podemos elegir el nivel de automatización, desde situaciones puntuales, como un portón eléctrico, programar el aire acondicionado, encender luces desde una aplicación de celular, hasta una vivienda completamente inteligente, dependiendo el sistema instalado.
A cada tiempo su espacio, y como señalamos al comienzo si el objetivo es que la vivienda funcione como soporte para las actividades humanas, hay que tener en cuenta las características de las actividades de estos tiempos.
Pero no solo son viviendas las que se construyen, sino oficinas, depósitos, locales comerciales, obras públicas y, naturalmente, cada emprendimiento debe tener como objetivo satisfacer el fin para el que ha sido pensado, adaptado al presente y proyectado para que tenga una prolongada vida útil.
En esa empresa entran en juego numerosos rubros, que deben ser coordinados de manera perfecta para que el resultado sea el deseado. Desde la idea primaria hasta ser plasmada en un plano; desde la elección de los materiales a la selección de los colores para decorar cada ambiente; desde la la iluminación hasta la grifería; en fin, desde el piso hasta el techo.
En esta ocasión LA OPINION presenta una serie de datos para ser tenidos en cuenta a la hora de encarar una construcción.
