Editorial

Macri y Trump cara a cara para reflotar la relación bilateral


Una muy buscada audiencia se concretará una vez que el presidente Mauricio Macri visite el jueves 27 a su par de los Estados Unidos Donald Trump en la Casa Blanca. La agenda, como siempre sucede en estos casos, suena anodina y muy genérica y los temas más sensibles, si surgen, se hablarán personalmente. Conversarán, dicen oficialmente, por primera vez como jefes de Estado sobre la ampliación del comercio bilateral, la cooperación en seguridad y el deterioro de la situación en Venezuela, entre otros temas.

El encuentro de ambos mandatarios, que se conocen desde hace décadas, cuando intentaron llevar adelante negocios inmobiliarios, se dará sin la presencia de embajadores. Esto era una jugada de pizarrón dado que el Gobierno aceptó oficialmente la renuncia de Martín Lousteau, que planea lanzarse a la carrera electoral, y además que la sede diplomática norteamericana en la Argentina está vacante desde que llegó el republicano.

La canciller Susana Malcorra subrayó la necesidad de retomar las cuestiones pendientes de la relación bilateral, particularmente la situación de freno en la que se encuentra el permiso para exportar limones al mercado del norte. La cuestión de los limones fue acordada y aprobada técnicamente, por lo que hay interés de que se revise rápido.

El objetivo de Macri, además, será acelerar la llegada de inversiones de ese país y reactivar la agenda bilateral que había iniciado en 2016 con el entonces presidente norteamericano, Barack Obama. Sin embargo no hay que desarrollar demasiadas expectativas en esta cuestión, porque la política nacionalista de Trump es más bien cerrada a la posibilidad de que emigren capitales a otros países. Por el contrario el mandatario intenta repatriar empresas que siendo estadounidenses fabrican artículos en otros países.

Macri viajará acompañado por la primera dama, Juliana Awada; por el jefe de Gabinete, Marcos Peña; la canciller Susana Malcorra, y el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo. Será un viaje muy corto ya que el presidente llegará el jueves 27 a Washington y regresará el mismo día por la noche. Trump estará acompañado por la primera dama norteamericana, Melania Trump y parte de su equipo. Hasta ahora, Macri y Trump solo conversaron por teléfono el 15 de febrero último. Si bien no son amigos, ambos se conocen desde la década del 80, cuando en su condición de empresarios negociaron proyectos inmobiliarios conjuntos en Nueva York, que nunca prosperaron.

No fue tan fácil para Macri llegar a esta audiencia, el presidente estuvo en la Casa Blanca el año último cuando Obama recibió a los jefes de Estado que participaron de la Cumbre de Seguridad Nuclear. Luego Obama visitó al presidente argentino en Buenos Aires, donde fijaron una intensa agenda. El Gobierno argentino descontaba que Hillary Clinton sucedería a Obama y que esa agenda se mantendría. Pero el sorpresivo triunfo electoral de Trump forzó a replantear la relación con Washington, un objetivo que el primer mandatario buscará cumplir el jueves 27. En ese marco Macri intentará borrar el recuerdo del pasado apoyo del Gobierno argentino a Hillary y renovar su relación con la nueva gestión norteamericana.

En esta reunión entre dos presidentes de raíz empresaria, se dirimirá si la Argentina logra alguna negociación en la que podamos aventajar nuestro comercio exterior bilateral, en función de lo que podamos comprar pero también lo que podamos vender al país del norte. De eso se trata una relación entre dos países, aun cuando estamos frente a una nación muy poderosa en comparación con nosotros y en esto no hay que llamarse a engaños. Si logramos cierto equilibrio en la balanza comercial en el intercambio podemos sentirnos victoriosos.

No podemos ignorar que en este momento Trump está participando activamente de conflictos en Oriente Medio, incluso llevando la delantera a los países europeos en sus ataques y en este sentido, la Argentina en el pasado ha pagado caro los alineamientos automáticos a Estados Unidos. Baste recordar que durante el menemismo acompañamos a las fuerzas de paz como observadores al conflicto en Kuwait y padecimos dos atentados, la embajada de Israel y la Amia. En cuanto a esto, la relación bilateral que se renueve con el país del norte debe ser de mutua conveniencia intentando no mezclarnos, en lo posible, en asuntos bélicos que están muy lejos de la realidad latinoamericana.

Hecha esta aclaración, es saludable que restablezcamos relaciones bilaterales con ellos y todos los países centrales buscando una Argentina que pueda ampliar sus exportaciones, siempre en la búsqueda del desarrollo, con más inversión, más producción y más empleo. Si tenemos esa premisa cuando salimos al mundo a promover nuestro país, no podemos equivocarnos.


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23 de Marzo de 2024 - 05:00
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