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No pudieron ingresar ni los fotógrafos a la última reunión de la Unión Industrial Argentina, porque no querían testigos de lo que se hablaría en privado. Preveían que se podría generar una dura disputa entre los grupos internos de la entidad y preferían que todo quedara puertas adentro.
Lo cierto es que en la esperada reunión del comité ejecutivo de la Unión Industrial se trataba un tema sensible para varios de sus miembros: los acuerdos de la Argentina con China, hubo roces pero en tono civilizado, porque respecto de este tema hay fisuras en la entidad e intereses encontrados. En un almuerzo provisto por un delivery, la reunión duró más de tres horas, pero terminó con un comunicado en el que se insiste en algunas críticas, se reclama participación del sector privado en las negociaciones y se le pide audiencia a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Salvo José de Mendiguren de vacaciones familiares en el exterior, estuvo la totalidad de sus miembros para la redacción del comunicado final, que fue discutido línea por línea. Más aún, industriales que generalmente delegan la tarea en los abogados o técnicos de sus empresas, esta vez se quedaron hasta verlo finalmente escrito. Tenían sus motivos. Miguel Saiegh, en nombre de los industriales de la provincia de Buenos Aires, se resistió a que el texto se publicara.
La reunión estuvo precedida por un choque entre quienes se opusieron al acuerdo con China y da el marco a los negocios que se concretaron en la gira presidencial a Beijing y quienes lo aceptan sin titubeos. No es poca la diferencia entre unos y otros.
En las últimas semanas, el jefe de la UIA, Héctor Méndez y el secretario de la entidad José de Mendiguren, llevaron la voz cantante de los críticos. Juan Carlos Lascurain, (industriales metalúrgicos), la del apoyo. Con una posición intermedia se ubicó la Copal, que aglutina a las alimenticias. Para ellos hay que ahondar en los acuerdos con China para sumarse a los negocios antes de ejercer la crítica sin conocer los temas a fondo.
El debate arrancó con reproches hacia la conducción de la UIA por haber difundido un documento sobre el acuerdo marco con China que incluye datos económicos y compara cómo se negoció con Brasil y Beijing, “sin tantas concesiones”. Dice en el texto, que muchos socios dijeron que se publicó en la prensa sin que lo vieran siquiera.
Durante el encuentro y sólo a modo de ejemplo, uno de los cruces, para mostrar el tono de la interna: alguien se tentó de hacerle notar a Lascurain que un acuerdo como el de China, que implica importación de equipos, puede afectar a sus asociados como el grupo Pescarmona, líder en turbinas y hoy en serios problemas. “Los problemas de Pescarmona no tienen que ver con China, son deudas contraídas en otros lugares”, se atajó al recalcar que las represas de Santa Cruz o las usinas atómicas representan una oportunidad por 17.000 millones de pesos.
Como decimos al comienzo de este comentario, los intereses de cada industria marcan las posturas de quienes se sientan en los sillones directivos de la Unión Industrial Argentina.
Ante tanta diferencia entre los empresarios, que en definitiva unos ven como un peligro para sus negocios los acuerdos con China y otros como oportunidades para los suyos, es que se decidió pedir la audiencia para profundizar en el tema con la presidenta, antes de seguir ahondando en la crítica, sin conocimiento profundo de lo que se trata.
En la nota en la que piden una audiencia a Cristina Fernández de Kirchner, se cuestionaron dos artículos del convenio marco que aprobó el Senado.
Son los que se refieren a la adjudicación directa de las obras cuando sea Beijing quien las financie y el que abre la puerta al ingreso de mano de obra desde China.
“Ambas cuestiones podrían afectar la provisión local de bienes y servicios, por lo cual se señaló la importancia de contar con la aclaración sobre el contenido y alcance de dichas concesiones”, afirmó en un comunicado de la entidad al término de la reunión.
También pidieron “conocer en forma detallada la totalidad de los acuerdos complementarios que puedan incidir sobre la producción y el empleo nacional”. Y, de paso, reiteraron “la importancia de participar en forma activa de las instancias de negociación previas a la firma de este tipo de acuerdos internacionales”.
Veremos qué sucede con la reunión que mantendrán con la presidenta, porque se descuenta, queremos creer, que la primera mandataria les dará una audiencia en un plazo razonablemente breve. El Gobierno tiene en este momento demasiados frentes abiertos como para fogonear uno nuevo.
