Editorial

El tema del plus médico va y viene pero no se resuelve


Volvió a reflotarse en Pergamino un problema de muy vieja data, nunca resuelto: el cobro indebido de plus médico por parte de los médicos que atienden obras sociales, sobre todo Pami y Ioma que son administradas por el Estado, y las sindicales en general. Es por todos conocido y en general tolerado que los profesionales cobren “diferencia” por encima del bono que lleva el paciente.

La práctica lleva años, se ha extendido a la mayoría de los médicos de nuestra ciudad y en este caso particular no depende en forma exclusiva de los controles como veremos, lo que hace más complejo el análisis y la búsqueda de una solución al problema.

En principio cabe señalar el cobro de plus no se ha extendido a otras ciudades de la región, lo que deja al descubierto que no es una necesidad primaria de los profesionales para ejercer la Medicina, aunque podamos convenir que lo que se abona desde la obra social por consulta no es una suma para destacar en relación con la responsabilidad que deben asumir y el tiempo y dinero que han invertido en su formación los profesionales de la salud. Pero lo cierto es que los convenios con Pami o Ioma o los de obras sociales sindicales son suscriptos por ellos mismos, con la diferencia que en el resto de los distritos se los cumple y en nuestra ciudad no. Es grave que esto suceda teniendo en cuenta el esfuerzo que deben hacer los vecinos de menores recursos para asumir estos pagos extra, quienes a su vez teniendo obra social no quieren atenderse en el Hospital, donde deben concurrir prioritariamente quienes no tienen ningún seguro médico. No quieren y no debieran considerarla una opción compulsiva ya que de sus ingresos les es retenido todos los meses de su vida activa y pasiva un porcentaje de dinero que es destinado a cubrir las contingencias médicas de manera privada si quisieran, en nosocomios y con médicos que han decidido ser prestadores de estas obras sociales recaudadoras. Tampoco escapa al análisis que las sumas que se perciben por plus son en negro, no figuran en ningún lado y la realidad es que son fondos que ingresan claramente en la evasión impositiva. Porque es claro que no se puede blanquear dinero que se ha cobrado ilegalmente a los pacientes.

Decimos, además, que los controles no son en este caso el camino de salida excluyente del problema, porque en más de una oportunidad las obras sociales administradas por el Estado ha separado profesionales de su cartilla por cobro de diferencia y al fin han debido dejar sin efecto la medida. Esto responde a dos motivos claramente definidos: uno es que el resto de los médicos no se amedrenta por las eventuales sanciones a algunos, con lo cual la medida termina por no resultar aleccionadora. La resistencia de los profesionales y su sentido de cuerpo han sido más potentes que las amenazas e incluso las acciones que se puedan llevar adelante. Pero la otra cuestión, más humanitaria y subjetiva, es que tampoco hay una gran cantidad de denuncias formales (muchas menos que las quejas que se escuchan en ámbitos particulares), porque muchos pacientes, sobre todo cuando tienen edad, terminan por generar una corriente de afecto con el médico, sienten que el profesional los protege y los comprende y es muy probable que así sea. Y por esa razón, aunque protesten, no quieren que se sancione a su médico y mucho menos que se lo elimine de la cartilla de su obra social, porque eso implicaría tener que dejar de atenderse con quien conocen y tiene su historial médico.

En fin que la cuestión no es tan simple como parece y lo decimos desde la experiencia concreta de tantos años en que no se logró resolver este conflicto en Pergamino. Sería más fácil e hipócrita afirmar que no es legal que se incumplan los convenios con las obras sociales y que se resuelve muy fácil eliminando a los médicos de las cartillas de atención por cobro indebido de plus. Como vemos la realidad no funciona de ese modo en este caso particular.

Al fin que vecinos más jóvenes de Pergamino deciden emigrar a ciudades vecinas a atenderse porque no les cobran diferencia ni para atenderse ni para operarse. Y hay obras sociales sindicales que, en algunos casos, prefieren pagarle al paciente los viáticos para viajar a atenderse y no reconocerles el pago de plus, del que como es claro no hay recibo alguno como para poder abonarle al afiliado. Esta situación es conocida por los profesionales locales a quienes les molesta sobremanera esta cuestión. Sin embargo cuando han mantenido diálogo con las obras sociales sindicales no han logrado acuerdos significativos, porque no quieren resignar el cobro de la diferencia.

Cada tanto, como sucedió la semana pasada en el Concejo Deliberante de la mano de Arturo Terrile, algún edil reflota el tema, se hacen declaraciones de repudio, se piden mayores controles y al poco tiempo no se habla más del tema, hasta que vuelva a ponerse sobre la mesa.

Quizás debiéramos generar, en Pergamino que es donde tenemos el problema, una suerte de mesa de diálogo permanente entre autoridades de obras sociales, de los profesionales y de las clínicas, a fin de ir llevando el tema durante el tiempo que sea necesario hasta acercar posiciones. Porque si en otras ciudades no se cobra diferencia por encima del bono que trae el paciente, no debe ser imposible que en nuestra ciudad se pueda trabajar en la eliminación del plus, sobre la base del entendimiento entre las partes en conflicto. Es probable que, al comienzo las posturas sean irreductibles, pero toda mesa de diálogo va generando espacios de entendimiento con el paso del tiempo. Y ojalá fuese este el caso.

 


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