Editorial

El plan “Empalme” va directo al corazón de la desocupación y los planes


Mauricio Macri anunció lo que denominó como el plan “Empalme”, una herramienta destinada a reconvertir planes sociales en empleos en blanco, ayudando a crear más trabajos por un lado y ayudando a aliviar la pesada carga laboral que tienen los empresarios que, como hemos planteado en otras ocasiones, actúa como un disuasivo de la ampliación de personal. 

En el acto del 1º de Mayo en el que anunció la nueva medida, que va directo al corazón de un serio problema que tenemos de desocupación y es reemplazado por subsidio del Estado, Macri dijo que la idea es reconvertir a aquellos que recibieron un plan social desde la crisis de 2001 y que fueron pensados como una transición, pero que “pasaron los años y siguen en la misma situación”. El planteo es que estos ciudadanos pasarán a ser empleados formales sin dejar en principio de percibir el plan, que en lugar de actuar como un subsidio del Estado y sin contraprestación, pasará a ser una ayuda al empresariado, al que de esta manera el empleado no le costará tanto. A su vez, el empleador, al poner este personal en blanco, lo dignifica con beneficios sociales y hace ingresar más recursos al sistema previsional presente y futuro. Es decir que, si todo funciona tal lo anunciado, es una jugada en la que todos ganan.

Ayer salió del Ministerio de Trabajo un decreto, abarca unos 280.000 planes sociales que administra el Estado, una cifra enorme que tampoco cubre todos los sectores que atraviesan por un estado de pobreza. El proyecto incluye que los 4.000 pesos que cobra cada beneficiario serán descontados del salario de quien sea contratado por una empresa privada, en rubros como construcción, textiles y empleos rurales. “Este proyecto permite que aquellos que están desde hace mucho dentro de los programas sociales tengan la posibilidad de incorporarse al mercado formal asalariado, eso les cambia el panorama en cuanto a la cobertura previsional, social, de salud, y les asegura un nivel de ingresos distinto”, detalló Triaca. 

Tengamos en cuenta que quienes recibían un plan social, cuando tenían posibilidades de acceder a un empleo, que eventualmente podía ser temporario, optaban por no tomarlo  por temor a perder el plan, ya que si no los seguían empleando luego se quedaban sin ningún ingreso. Hacían la cuenta de que entre el plan y algunas changas, redondeaban el equivalente a un salario. Otros aceptaban siempre que los pusieran en negro, para que no figuraran legalmente con un trabajo, siempre pensando en quedarse sin ese plan. Claro que en ningún caso se ponía en la balanza la carencia de seguros, obra social y jubilación; mucho menos la falta que ese aporte -que existe solo cuando hay un trabajo en blanco- le hace al sistema. 

Esta propuesta trae la posibilidad de que quienes reciben planes puedan ir incorporándose al mercado del trabajo y que lo hagan en blanco, porque lo que la Argentina necesita es empleo registrado. Esto implica que ese trabajador tenga obra social, aguinaldo, vacaciones y aportes jubilatorios. Su situación cambiará radicalmente para bien propio y de su familia; también la del empresario, que podrá producir más y mejor y finalmente la del país, que comenzará a percibir en las arcas públicas los aportes de las leyes sociales de estos trabajadores, en lugar de que su sostenimiento solo implique, como hoy, el gasto de un subsidio sin contraprestación. 

En la práctica el Estado le dará el monto del plan a la empresa que contrate a un desocupado que además sea beneficiario de esa ayuda por un plazo de 24 meses. Si el trabajador es despedido vuelve a cobrar el subsidio. El límite para el cálculo del beneficio serían los salarios brutos de hasta 12.000 pesos y podría haber excepciones según la región donde esté radicada la empresa que recibirá el auxilio. Para poner un ejemplo, si una empresa contrata, por ejemplo, a un beneficiario de Argentina Trabaja con un sueldo neto de 12.000 pesos durante dos años, el Estado le pagará a esa firma el monto de ese plan, que hoy equivale a 4.030 pesos por mes.

Para que una empresa tenga este beneficio debe adherir al Programa de Inserción Laboral del Ministerio de Trabajo y se aplica a nuevos empleados o regularizar empleados preexistentes respecto del total de los declarados al 31 de diciembre de 2016.

Hasta aquí todo lo que tiene de idílico la teoría, sin embargo, la práctica se vuelve un poquito más complicada. El Gobierno tiene por delante a los piqueteros y las organizaciones sociales que han basado su existencia en la mensualidad que entrega el Estado a miles de personas por caminos diversos. Y aunque reclamen empleos, la realidad es que en la medida que sus adherentes se vayan sumando al mercado formal (y ojalá sean muchos los que tengan esa posibilidad) estas organizaciones irán perdiendo fuerza de choque, presencia numérica y, en consecuencia, sus referentes perderán poder político. El interrogante es si los líderes de estas organizaciones que son, al fin, las que se llevan la parte del león en esta problemática, van a entregarse mansamente o van a intentar boicotear al Gobierno con este programa.

Por el momento las organizaciones no se han expedido públicamente porque el anuncio es muy reciente y además tienen la experiencia de un programa que aplicó el kirchnerismo por un tiempo y que no dio un resultado importante. En aquella oportunidad se trabaja de subsidios directos que daba el Gobierno a las empresas que tomaran nuevos empleados (tuvieran o no un plan) para que se tomara como parte del salario a pagar por dos años. Pero si la propuesta del macrismo comienza a dar resultados interesantes estos jefes piqueteros pueden generar complicaciones, para mantener su espacio dirigencial. Lo que llevará a un claro nuevo enfrentamiento con el Gobierno (no muy distinto al que tienen ahora, dicho sea de paso).

Sin embargo, es fundamental que un proyecto de estas características tengan éxito, la Argentina necesita reconvertir planes sociales en trabajo registrado si realmente pretende salir de la encerrona económica que tiene. Al tiempo que es muy importante que quienes reciben un plan social recobren la dignidad de tener su propio empleo, su cobertura de salud, sus aportes jubilatorios. 

 

La propuesta es muy interesante y es de esperar que la implementación sea exitosa, porque si bien es un empujón para que los empresarios tengan más empleados registrados, la idea es que la recesión vaya cediendo para que se conjugue la necesidad de la creación de nuevos puestos de trabajo.


Otros de esta sección...
BuscaLo Clasificados de Pergamino y su región
Buscar en Archivo
Tapa del día
00:00
15:42
Errores:  0
Pistas:  38

Tu mejor tiempo:
12:07
Registrate o Ingresá para poder guardar tus mejores tiempos.

Nueva Partida
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Editorial
Funebres
Perfiles Pergaminenses
Lejos del pago
Farmacias de turno

LO MÁS LEÍDO