Editorial

El peronismo provincial y local en el tsunami de las derrotas


Si una derrota genera cimbronazos en cualquier espacio político, en el peronismo se parece a un tsunami. A esa característica tan propia de esta fuerza, como lo es no concebirse lejos del poder, se suma una situación interna muy particular –no inédita porque algo similar ocurrió en 1985 con la llamada Renovación Peronista- que pone al Partido Justicialista frente a uno de los intríngulis más serios desde que nacieron como movimiento. 

El fondo sociológico de esta cuestión es que el Partido Justicialista ha funcionado siempre como una herramienta electoral esencialmente; lo importante para sus militantes y dirigentes es que ese instrumento les permita un orden lógico para ganar comicios. Así lo imaginó Juan Perón y pasadas las décadas así se concibe en la actualidad.

El problema es que con dos derrotas consecutivas, 2015 y 2017, reorganizar un peronismo roto y disperso no es tarea sencilla. Muchos dirigentes del PJ sacan cuentas y comprenden a simple vista que si hubiera un marco de unidad y de acción, es altamente probable que ganaran elecciones. Por eso quienes están empeñados en la renovación del partido afirman que es necesario abrirlo “a todos los compañeros peronistas”. Eso fue de lo que se habló en el encuentro que encabezó el titular del PJ en uso de licencia, Fernando Espinoza y su vice, María Cristina Alvarez Rodríguez. 

Lo que apura los encuentros es que el 17 de diciembre se desarrollarían las internas para elegir autoridades del PJ en la provincia de Buenos Aires, porque de lo contrario la Justicia puede quitarle la personería partidaria, al no cumplir las normas de funcionamiento legal. Podrían pedir una prórroga de 90 días a lo sumo, si el juez electoral los autoriza, pero la cuestión no deja de ser inminente.

En el encuentro estaban los intendentes del Conurbano bonaerense, legisladores y dirigentes claves del peronismo. No estaba Cristina Kirchner, que pese a estar convocada prefiere declinar meterse en el barro partidario y seguir con Unidad Ciudadana, al menos como herramienta electoral. En los últimos tiempos la exmandataria se dijo peronista pero el PJ no le interesa y podemos afirmar que, al fin, nunca le interesó. Tampoco el Partido quiere su presencia, por lo que es un “divorcio” de hecho y consensuado. Sin embargo, la legitimidad del voto y la representatividad peronista en la sociedad la encarna Cristina y su Unidad Ciudadana, pero el sello partidario está en manos de otros, que en las pasadas elecciones quedaron socavados. Entonces, ¿qué es y quiénes son el Justicialismo hoy? Pasados los comicios y ya con la mirada puesta en 2019, esta es la mayor preocupación del sector.
Porque lo trascendente es 2019 y para que otra vez no sea una derrota, se vuelve a hablar de la unidad, con todos adentro, incluidos Massa y Randazzo. El objetivo está lejos, pero ellos creen que no es imposible, al fin Massa ha perdido casi todos sus votos y Randazzo nunca los tuvo.
Pero si algo desvela en este juego de la unidad a unos y otros, es que por el momento, el peronismo no puede tener chances de ganar sin los votos de Cristina y su presencia a su vez divide aguas. Y resolver este problema es la diferencia entre ser competitivos o no en las elecciones presidenciales. Lograr renovar los candidatos peronistas pero manteniendo los más de tres millones de votos que sacó el kirchnerismo en la provincia.

Mientras tanto hay varios candidatos con intenciones de ser presidentes del PJ y hasta el mismo Espinoza pretende seguir siendo el titular, cuando fue candidato en Unidad Ciudadana, como si la posibilidad de renovación fuera solo palabras al viento. 

De todas maneras la experiencia de ir por fuera del PJ a una elección y luego quedárselo como sello partidario no es nueva en el peronismo, donde los votos mandan. Ya cuando la Renovación Peronista ganó frente a un PJ dominado por Herminio Iglesias que los llevó a la derrota en 1983, todos los renovadores volvieron y fueron los nuevos dueños del peronismo en 1985. De modo que hay un pasado que avala algunas licencias.

En Pergamino la crisis también se refleja, aunque el panorama tiene otros condimentos domésticos. En principio porque quienes quedaron en el Partido Justicialista, desde su presidente Manuel Elías y los candidatos a concejales Diego Brigati y Riky Ruggeri no lograron un solo lugar de representación. Elías y Brigati perdieron incluso las Paso y Ruggeri que las ganó, no pudo ingresar al Concejo Deliberante.

En este marco, solo Unidad Ciudadana consiguió bancas en el cuerpo deliberativo, ya que la lista de Lisandro Bormioli obtuvo tres concejales.

¿Cómo se resuelve la problemática local? 

Camino a la interna partidaria, lo único que quedó en pie en nuestra ciudad es Unidad Ciudadana, compuesta por peronistas pero también por dirigentes de Kolina. De modo que la unidad, si se logra en términos generales, partiría de este sector más que del PJ tradicional, porque si bien el kirchnerismo en Pergamino no tendría legitimidad de origen para plantarse en el PJ, tiene la legitimidad de los votos obtenidos. 

No será fácil la cuestión en Pergamino como a nivel provincial, en eso el peronismo está hermanado en la desgracia en todos los niveles, le cuesta cerrar heridas y aun cuando se pretenda unir a todos, la realidad es más dura de lo que se ve a simple vista. Los rencores se acumularon, sobre todo en la última división que sufrieran a nivel local entre K y randazzistas y luego este sector con el otro del PJ representado por Brigati en las elecciones. Así que habrá que trabajar mucho para calmar los ánimos caldeados. 

Porque también es cierto que, al tener las elecciones partidarias tan cerca de los pasados comicios generales, la cuestión de los votos, los que sobrevivieron y los que no, tiene mucho peso a la hora de lanzar una convocatoria a la unidad. Y plantearla desde una derrota tan brutal como la de Randazzo no parece viable, mucho menos desde quienes perdieron la interna. A nivel provincial es distinto a Pergamino porque hay intendentes peronistas que ganaron sus distritos, hay dirigentes que conservan territorialidad y eso les permite plantarse en la posibilidad de ser recambio en el PJ. En nuestra ciudad los peronistas “puros” quedaron irremediablemente afuera del juego institucional y eso le permite al kirchnerismo sentirse con la representación del peronismo pergaminense. Se buscará la unidad, lo que no se sabe es si se logrará.

 

Nada será fácil cuando el peronismo enfrenta derrotas consecutivas.


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