Editorial

El momento en que el Gobierno empieza a jugar con fuego


El Gobierno sigue abriendo frentes de tormenta en este año no electoral, en el que planea dejar sentadas las bases definitivas de su propuesta de administración. 

El triunfo de octubre pasado afianzó el liderazgo de Mauricio Macri y dijimos en aquel momento que recién allí comenzaría su Gobierno, desarrollando su programa en profundidad. No nos equivocamos.

Esto supone que el Gobierno pague costos muy importantes, como se pudo ver con la reforma jubilatoria que implicó una baja importante en la imagen presidencial, porque de todas las medidas antipáticas a tomar, fue una de las más rechazadas por la ciudadanía.

Paralelamente comenzó la pelea a campo abierto con el sindicalismo, una lucha que tiene sus bemoles, porque la propuesta de un techo salarial del 15 por ciento sin cláusula gatillo fue ampliamente desechada por los gremios. Aunque en este caso el presidente sabe que trabaja con una dirigencia profundamente desprestigiada, lo que a la postre lo favorecerá, pero las medidas de acción directa, paros y marchas, las tendrá que soportar porque el poder sindical puertas adentro de las organizaciones está intacto. No estamos diciendo que la pelea con la CGT sea un paseo, será un camino espinoso lograr acuerdos, pero no podemos asegurar que la sangre llegue al río. Porque todavía hay muchos vasos comunicantes entre gremios y Gobierno.

Un frente no menor se abre esta semana cuando se recorten unos 28 mil programas de empleo. El Ministerio de Trabajo dará de baja 5.537 planes de asistencia el jueves. En febrero se sumarán otras 8.000 bajas. Según fuentes oficiales, son solo los casos de beneficiarios que no pudieron demostrar una contraprestación durante 2017 para mantener el beneficio.

En total hay unos 283 mil programas de empleo bajo la órbita del Ministerio de Trabajo, que maneja Jorge Triaca. La revisión es nacional y la provincia más perjudicada será San Juan (que tendrá una baja de 13 mil planes) y en menor medida Jujuy. Es que en la revisión, los técnicos de Trabajo encontraron falta de documentación que acredite la contraprestación que en muchos casos se solicita para justificar la asistencia.

Las irregularidades se concentraron en los planes Entrenamientos para el trabajo, una asistencia que se ofrece para quienes buscan insertarse en el mercado laboral capacitándose. En total son 80.000 programas de este tipo que tenía hasta ayer el Ministerio de Trabajo y que se entregan a través de organizaciones sociales como Barrios de Pie o el Polo Obrero. Según fuentes oficiales, unos 28.000 no pudieron demostrar que están entrenándose o tomando cursos que luego les permita el ingreso a un empleo y se darán de baja durante el verano. El recorte representa el 35 por ciento del total de estos programas.

En este caso, la ciudadanía sabe que hay todo tipo de abusos con estos programas y que muchas veces terminan abultando las organizaciones que los cobran y no los vecinos que los necesitan. De modo que lo más probable es que la gente de a pie lo tome como una medida positiva, el hecho de que se vaya cortando el exceso de programas que no están beneficiando al que corresponde. Pero no se ignora que en la medida que se empiezan a tocar estos intereses sectoriales, los sectores piqueteros más duros darán batalla y no será fácil de calmar las aguas turbulentas de la protesta en las calles. Podrían haber  cortes, enfrentamientos con la Policía, quema de gomas, ollas populares, un panorama que se prometió cambiar, sin tener conciencia de que era mucho más fácil decirlo que hacerlo.

El Gobierno sabe, no obstante, que su suerte no depende de la intensidad de la protesta o de sus peleas con el sindicalismo, sino con la conformidad del ciudadano medio que es quien lo vota mayoritariamente. Ese es el caudal político que tiene que cuidar, sobre todo el año que viene con vistas a los comicios presidenciales de 2019.

Y la realidad es que vemos que el macrismo empieza a jugar con fuego cuando se combina la pelea en la calle y los gremios, pero con Pymes que pagan altísimos impuestos y caros servicios, lo que ha llevado al cierre de muchos emprendimientos generando más desempleo, a la vez que la clase media soporta incrementos de todo tipo en forma constante, por vía de los servicios, del revalúo inmobiliario, de las tasas comunales y de la inflación que va carcomiendo los salarios y las jubilaciones.

Sin dudas que los sectores medios vienen reaccionando en las encuestas mostrando que aparece el descontento respecto a la inflación que no cede porque no tiene forma de defenderse de este ataque de precios y, por lo demás los servicios siguen escalando. Es un sector que tiene baja sindicalización y que no ve con buenos ojos al movimiento piquetero, pero no quiere resignar el nivel de vida que tiene. 

El problema de jugar con fuego es que cualquiera puede quemarse y es allí donde el Gobierno tiene que comenzar a caminar en un difícil camino de equilibrio para que la  ciudadanía pueda asumir los cambios que se proponen sin que se sienta colapsado en su economía doméstica.

Nos esperan meses difíciles. Esperemos que sea con la mayor paz social posible y que quienes eventualmente protesten, lo hagan de manera genuina, no dirigidos por sujetos u organizaciones que claramente persiguen el objetivo de la desestabilización del Gobierno, como quedó demostrado en las manifestaciones de diciembre frente al Congreso de la Nación.


Otros de esta sección...

Cuidarse del dengue

23 de Marzo de 2024 - 05:00
BuscaLo Clasificados de Pergamino y su región
Buscar en Archivo
Tapa del día
00:00
15:42
Errores:  0
Pistas:  38

Tu mejor tiempo:
12:07
Registrate o Ingresá para poder guardar tus mejores tiempos.

Nueva Partida
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Editorial
Funebres
Perfiles Pergaminenses
Lejos del pago
Farmacias de turno

LO MÁS LEÍDO