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La Naturaleza sigue mostrando su capacidad destructiva y la furia con que se defiende ante la agresión permanente del hombre. La que viene como efecto de sistemas de producción y la que deviene de las acciones directas, como iniciar un fuego con fines recreativos donde no está permitido o con intención de hacer daño.
Los cónclaves internacionales sobre medio ambiente no han variado demasiado en sus conclusiones y recomendaciones frente al abuso que se viene cometiendo en los distintos continentes; a las ya mencionadas se suman las grandes depredaciones de árboles, que contribuye de manera directa a la contaminación ambiental y al efecto invernadero. Pero pese a los permanentes alertas es poco lo logrado. Los humanos seguimos en nuestro plan despreocupado y mientras tanto la Naturaleza se defiende, o simplemente reacciona y su fuerza puede ser arrolladora, como hemos visto en tantas regiones del mundo.
En Argentina, ahora mismo, estamos cruzados por el exceso de agua y de fuego. En Chubut, ya suman 34.000 las hectáreas quemadas en la zona cordillerana de Cholila; allí la lluvia trajo ayer algo de alivio pero donde sobra el agua, volverá a llover, según el pronóstico para los próximos días.
Nos referimos a las provincias de Santa Fe, Córdoba, San Luis y Santiago del Estero. En estas provincias el agua está haciendo estragos; se cuentan por miles los evacuados. Pueblos enteros han quedado deshabitados .
Córdoba está en alerta máxima; las zonas más afectadas son las Sierras Chicas, en el noroeste provincial, y los departamentos del noreste, pero el centro y sur también padece el aumento de los caudales de los ríos que en razón de cinco minutos han rebalsado sus cauces y arrasado con todo a su paso. En la región central, la apertura de las válvulas del dique Piedras Moras, en proximidades de la ciudad de Río Tercero, generó preocupación aguas abajo, especialmente en Villa María, Villa Nueva y Bell Ville, donde el año pasado el desborde anegó gran cantidad de barrios.
El panorama también es crítico en San Luis, donde hay rutas cortadas y unas 2.000 personas evacuadas por el temporal de las últimas horas, que provocó la muerte de una mujer. Las localidades de Concarán, Luján, Quines y Leandro Alem son las más afectadas por las inundaciones causadas por la tormenta. Y lo peor podría llegar en las próximas horas, según advierten las autoridades locales.
En Santa Fe, las lluvias obligaron a cortar la circulación en la ruta que comunica la capital provincial con Rosario, mientras que en Córdoba el alerta del Servicio Meteorológico Nacional hace temer que la situación se vuelva a repetir. Según las autoridades, las cuencas de los ríos y los diques ya están saturadas por las intensas precipitaciones del último mes.
Por otra parte tenemos las provincias castigadas por los incendios forestales que recibieron cierto alivio con una lluvia que de manera intermitente que comenzó a en la zona de Cholila, sobre la cordillera del Chubut. Sin embargo, si el agua no resultaba suficiente para apagar los focos, para colmo la lluvia cesó y en los próximos días el panorama será más complicado. La lluvia fue más importante hacia el flanco sur del incendio, donde está el Parque Nacional Los Alerces, sobre el que había alguna preocupación porque las llamas avanzaban en esa dirección y podría producirse un desastre.
La tensión más extrema la pasaron el domingo los brigadistas porque las llamas superaron un cortafuegos estratégico de 13 kilómetros que se había construido sobre ambas márgenes del arroyo El Pedregoso y comenzaron a avanzar en dirección Este impulsadas por el viento hacia la Villa del Blanco. El problema es que el fuego traspasaba todos los límites que le habían puesto y, por momentos, cundió la desesperación.
En tanto, en Bariloche, un día después del incendio generado en el centro de esa ciudad que afectó a 10 viviendas, los vecinos del barrio Belgrano continúan en alerta. Si bien una tenue lluvia pareció traer alivio, se produjo un nuevo foco que fue controlado rápidamente por personal del Servicio de Prevención y Lucha contra Incendios Forestales.
Lo más terrible de todo en este caso es que la furia del fuego fue desatada por un humano aunque todavía se desconoce si fue intencional o por negligencia. El Municipio hará una denuncia penal para investigar cómo se originó, porque ya saben que no se produjo espontáneamente.
Las pérdidas, tanto por las inundaciones como por el fuego son altísimas, pero lo más importante es que no se toma debida conciencia de que debemos cuidar el medio ambiente, más cuando se está investigando un incendio provocado, sea por negligencia o intención.
