Editorial

Argentina en desacato tensa la cuerda con Estados Unidos


Así como en estos días habíamos logrado un pequeño triunfo al poder pagar bajo el banco del Citigroup a parte de los bonistas que ingresaron al canje, llegó, como un balde de agua helada, la decisión del juez Thomas Griesa de declarar a la Argentina en desacato. La decisión se produjo cuando el magistrado se entera de los planes del Gobierno para efectuar los pagos de la deuda de Nueva York en Buenos Aires. 

En su fallo, el magistrado afirmó que la Argentina no puede afrontar los vencimientos de sus bonistas que entraron en el canje a menos que pague antes la sentencia a su favor a los demandantes NML, Aurelius Capital y Blue Angel y los 13 ahorristas argentinos, denominados popularmente fondos buitre. 

Los abogados de estos acreedores llevaron ante el tribunal la ley de pago soberano que se publicó en el Boletín Oficial y se la tradujeron al juez Griesa, con la intención de que advierta una posible violación de la Argentina de su fallo.

En tanto, los letrados que representan a la Argentina insistieron en los riesgos de la vigencia de la cláusula Ruffo, que hasta fin de año impide al país hacer pago a los demandantes que sea mejor lo estipulado por canje de 2010 hasta el año próximo. Este es el meollo del asunto, lo que traba todo avance y que ya parece una conversación entre sordos: por un lado, Argentina admite que debe pagar el 100 por ciento a los holdouts pero solicita que esto se efectivice después del 31 de diciembre; caso contrario debería conceder lo mismo al 93 por ciento de tenedores que oportunamente entraron a los canjes y que están percibiendo sus pagos con las ingentes quitas dispuestas. Pagar el 100 por ciento a todos es imposible para el país, por eso el pedido de prórroga (stay) para abonar a los fondos buitre. Por el otro lado, el juez tiene ya trabadas en el Bank of New York dos cuotas de los tenedores de los canjes, hasta tanto Argentina salde con los holdouts. Así las cosas, para Griesa el país no está pagando ni a unos ni a otros, por lo que declaró el desacato.  

Una negociación con mucha intransigencia y ortodoxia de parte del magistrado norteamericano, al que no se le cuestiona el fallo sino los plazos para hacerlo viable. La verdad es que el magistrado ha mostrado poca objetividad en sus fallos, apoyando siempre a los fondos especulativos. O bien los negociadores no han sido lo suficientemente hábiles como para lograr un acuerdo que, además de obligar al pago, contemplara la cláusula Ruffo que, incluida por Néstor Kirchner en los canjes, es el punto que ha detonado todo este problema. 

Ante la negativa a este pedido es que el Congreso sancionó la Ley de Pago Soberano que Griesa recibió y que estipula que, habida cuenta de la imposibilidad de movilizar el dinero del banco neoyorquino, Argentina pagaría a los tenedores de los canjes en otra plaza. De hecho ayer 30, fueron depositados los pagos de intereses de los Bonos Par, 161 millones de dólares, en Nación Fideicomiso. Habrá que ver si efectivamente los tenedores pueden cobrar. De todos modos, el magistrado consideró que con esta maniobra nuestro país está eludiendo el fallo.

Los fondos buitre, deseosos de que la Justicia siga presionando para que se haga efectivo su pago, no sólo respaldaron la decisión de Griesa sino que además sugirieron una multa de 50.000 dólares diarios hasta recibir el pago. Esto último no fue considerado por el juez. El desacato quedó así sin consecuencias materiales inmediatas, pero deja a la Argentina en una posición más vulnerable ante la Justicia y genera más complicaciones en el mediano plazo a la deuda.

Si bien esta victoria es simbólica por falta de la multa, no lo es tanto si consideramos que a partir de este momento las negociaciones con el Gobierno continuarán, por ahora, congeladas. 

En los hechos, la voluntad de pago argentina no existe, por eso el desacato; los fondos depositados en Estados Unidos para pagar a los bonistas del canje están en un limbo legal. Sólo se autorizó el pago a una parte, que está en el Citigroup, pero no los que están en el Bank of New York, que son la mayoría.

Más que una multa diaria, lo que sería grave es que se limitaran las operaciones económicas con Estados Unidos, un país con el que nuestras relaciones se han vuelto tensas, ya que el caso que primero se circunscribía a la órbita judicial, pero tras haberse ventilado en la ONU y Europa ha pasado a ser tema también del Departamento de Estado americano –una especie de Secretaría de Gobierno-, que dijo estar “monitoreando” el asunto.

La intención de la presidenta es seguir avanzando judicialmente hasta que sean consideradas las pretensiones argentinas; ahora quiere que EE.UU. se presente junto a nuestro país ante la Corte Internacional de Justicia para dirimir esta controversia entre ambos países. Estamos casi seguros que esta propuesta será rechazada.

Horas antes de que se hiciera pública la decisión de Griesa, pero que ya se conocía de antemano la decisión, el Gobierno había elevado una carta al secretario de Estado, John Kerry, para advertir que una medida de ese tipo sería violatoria de la soberanía nacional y que constituye acoso judicial. 

Como decíamos, el asunto que era judicial ahora es una cuestión entre estados y es por este motivo que la cosa se puede poner peor, ya no para el Gobierno sino para todos los argentinos.

En vez de centrar su conflicto en el juez Griesa, la presidenta ha tensado sus relaciones con los Estados Unidos, más desde que en la última reunión de la ONU, Cristina sentada muy cerca de Barack Obama criticó a su país abiertamente, con lo cual el clima se ha puesto tormentoso.

Todo este conflicto desacredita a la Argentina y además en este juego gradual de Griesa, tiempo más o menos, aparecerán las multas.

Es decir que al problema judicial se le suma el económico actual y las posibles complicaciones porque el enfrentamiento -ahora explícito- con Estados Unidos, nos ubica en una situación riesgosa en cuanto al mercado internacional y de capitales. Ya teníamos suficientes conflictos con nuestra economía como para enfrentarnos a un país poderoso, con el que mantenemos relaciones comerciales gravitantes para el país.

Que hay intransigencia de Griesa, es evidente. Pero también lo es la falta de pericia que han tenido nuestros negociadores y la constante de la presidenta de granjearse enemigos en cada asunto que le toca enfrentar, poniendo en jaque al país cada vez. Y a nivel global actitudes de este tipo, no suelen ser gratis.


Otros de esta sección...

Cuidarse del dengue

23 de Marzo de 2024 - 05:00
BuscaLo Clasificados de Pergamino y su región
Buscar en Archivo
Tapa del día
00:00
15:42
Errores:  0
Pistas:  38

Tu mejor tiempo:
12:07
Registrate o Ingresá para poder guardar tus mejores tiempos.

Nueva Partida
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Editorial
Funebres
Perfiles Pergaminenses
Lejos del pago
Farmacias de turno

LO MÁS LEÍDO