Editorial

Acordar la deuda con el Correo, un grueso error político del oficialismo


El acuerdo preliminar entre el Gobierno y el Correo Argentino derivó en un escándalo político que unificó a toda la oposición contra el oficialismo. Lo que terminó en una convocatoria a dar explicaciones en el Parlamento y en la apertura de dos investigaciones simultáneas. Una, penal, en los tribunales federales de Comodoro Py; la otra, administrativa, en la Procuraduría de Investigaciones Administrativas.

Los dirigentes kirchneristas Martín Sabbatella y Gabriela Cerruti radicaron la denuncia penal contra el presidente Mauricio Macri y el ministro de Comunicaciones, Oscar Aguad, por “fraude en perjuicio de la administración pública” y presuntas “negociaciones incompatibles con el ejercicio de funciones públicas” a propósito de la negociación entre el Gobierno y el exCorreo Argentino, del grupo Macri. La causa la lleva el juez Lijo quien deberá investigar el caso, luego de que la fiscal general en lo Comercial, Gabriela Boquín, objetó el acuerdo mediante un dictamen que presentó ante la Cámara de Apelaciones del fuero. La segunda investigación, a pedido de la propia fiscal Boquín, se inició en la Fiscalía de Investigaciones Administrativas. Allí se analizará si hubo fraude a la administración pública o si quien actuó en representación del Estado nacional tenía la competencia de hacerlo. 

Lo que estimó la Fiscalía es que el acuerdo “equivale a una condonación” de la deuda del Correo Argentino y que debía, por tanto, considerarse abusivo, dado que implicaría una quita de más de 4.000 millones de pesos, además de que el exCorreo terminaría de abonar su deuda en 2033. Esto, según la fiscal, sería “más una licuación del pasivo que una verdadera propuesta de pago”.

Tanto desde el Gobierno como desde el grupo Macri, sin embargo, defendieron el acuerdo y negaron que se hubiera condonado la deuda, ya que además de la original por 300 millones se acordó abonar otros 300 millones de pesos en concepto de intereses.

La oposición en todo el arco, desde el peronismo pasando por el massismo y la izquierda, incluso sectores del radicalismo aliado, consideran que se está condonando más del 90 por ciento de la deuda al padre del presidente de la República, lo que genera un serio conflicto de intereses, que es necesario transparentar.

La polémica a estas horas es generalizada sobre el acuerdo entre el Estado y el Correo pero tiene una dimensión económica y otra política. Económicamente será la Justicia la que dirá si los números están acordes a la deuda o es un acuerdo ruinoso para la Argentina, como dice la Fiscalía. Los especialistas tienen dudas sobre el modo de calcular la deuda, aunque también es probable que el acuerdo hubiera merecido una revisión. Y esta cuestión la tendrá que resolver la Justicia, habida cuenta que es un conflicto que ya lleva quince años de idas y vueltas en tribunales. 

En el plano político, el tema es muy distinto y el efecto sobre el Gobierno quedó instalado como una jugada para beneficiar a la familia presidencial. Aun en las encuestas del propio oficialismo siempre surge que el macrismo “gobierna para los ricos” y los propios votantes de Cambiemos ya lo afirman. Porque unen este caso con el decreto que firmó Macri permitiendo a los familiares directos ingresar al blanqueo de capitales, cuando el Congreso lo había prohibido expresamente, entre otros, a pedido de Elisa Carrió. 

En un año electoral, estas cuestiones se transforman en más peligrosas aún, toda vez que la gran carta que pretende jugar el macrismo es diferenciarse del kirchnerismo en temas de corrupción y para eso plantearon una alta vara moral con la que iban a gobernar. Y la realidad es que un perdón de deuda a Franco Macri, un empresario al que se le conocen otros enredos similares con el Estado, es una mala señal del oficialismo. Tanto que la oposición se ha lanzado como verdaderos gavilanes contra el oficialismo tildando al macrismo de ser “lo mismo que el kirchnerismo pero de guante blanco”, una idea que pretende instalar el massismo y que al presidente y su equipo le molesta soberanamente.

Lo complejo del problema político que enfrenta el Gobierno es que una vez lanzada la idea de una condonación indebida de deuda, el imaginario colectivo asume una creencia que a veces ni la palabra autorizada de la Justicia puede cambiar. Más teniendo en cuenta que este segundo año de gestión macrista es también de ajuste, paritarias a la baja, aumentos de los servicios y una inflación que, aunque hagan cálculos optimistas, no cede en la medida que la gente pretende. De este modo, una novedad de estas características no hace más que generar malhumor social. Al tiempo que las redes sociales estallaron apenas se conoció la noticia, con la publicación de todo tipo de acusaciones cruzadas.

 

Y en este sentido es claramente un error político de proporciones plantear este arreglo por la deuda del Correo en este momento, cuando ya comenzó el año electoral y cuando es claro que todo lo que rodee al Grupo Macri será puesto bajo la lupa, cuestionado y criticado. Ya que la verdad es que cuando se trata de familiares, si se pretende poner una alta vara moral para gobernar, este tipo de cuestiones deben ser absolutamente transparentes, sea justo o injusto el acuerdo al que se arribó.


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23 de Marzo de 2024 - 05:00
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