Vecinos alertan sobre el estado de abandono del edificio Annan

Los pergaminenses reclaman una urgente solución a los problemas del inmueble ubicado sobre Merced 652. La mayor preocupación es por los cristales rotos que ponen en peligro a los transeúntes, sumado a la cantidad de roedores y los olores nauseabundos que emana del lugar.  El concejal Arturo Terrile presentó un proyecto para toma de posesión.

DE LA REDACCION. Hablar de Annan de Pergamino era sinónimo de progreso y reconocimiento nacional e internacional. Durante sus épocas de gloria la firma textil supo erigir el centro de su emporio que daba trabajo a más de 1.500 obreros en todo el país. Y una buena parte se fabricaba en el centro de nuestra ciudad, en el coqueto y moderno espacio ubicado en Merced 652 y que su construcción data de los finales de los años 40. 

Para los memoriosos, vale recordar también que allí, anteriormente, se erigió el Teatro Verdi, cuya acústica no tenía nada que envidiarle a la del Colón.

Casi desde la compra de los nuevos dueños (1991) esa meca del trabajo genuino y casi artesanal, se encuentra completamente abandonado, y cuya decadencia pone en riesgo la salud de los transeúntes cotidianos. Entre la mayor preocupación de los vecinos se encuentran las constantes caídas de los cristales rotos de algunos de los nueve pisos, el aparente derrumbe del antiguo comedor del lugar y la cantidad de roedores y los olores nauseabundos.

Arturo Terrile

Frente a esta situación, el Concejo Deliberante, reunido en Comisión, aprobó a principios del año pasado  sobre tablas y por unanimidad la toma precaria del establecimiento en caso de que los actuales propietarios no actúen para solucionar los aspectos más riesgosos, principalmente, los vidrios rotos. “Cada vez que azotan los vientos, muchos cruzan los dedos para que un vidrio no caiga encima de un vecino”, señaló el impulsor de la iniciativa, Arturo Terrile. El concejal en diálogo con LA OPINION indicó que “se ha abandonado este importante edificio cuya construcción data de 1938 y que fuese orgullo de nuestra industria textil en todo el mundo. Se ha transformado, por desidia de sus actuales propietarios, o de la ausencia del Estado, en un edificio que alberga alimañas de todo tipo, suciedad y olores nauseabundos en pleno corazón de nuestra ciudad”.

Además señaló que “este proyecto fue tratado por todos los concejales que en virtud de la importancia constituyó a todo el cuerpo en Comisión y aprobó por unanimidad la solicitud de comunicación para que el Departamento Ejecutivo inicie actuaciones e informe a este cuerpo las mismas, y en caso de que no haga lo que tiene que hacer su propietario, el pleno de los integrantes del Concejo aprobaban la toma precaria del edificio en salvaguarda de los transeúntes y los vecinos afectados por el abandono de su propietario”, además dijo que “luego de haber transcurrido más de 7 meses, en otro proyecto presentado por mí en noviembre pasado, insistí mediante la reiteración de otro proyecto que verificara la cantidad de denuncias al 147 efectuadas por los vecinos. Hoy en pleno enero dicha respuesta por parte del Departamento Ejecutivo brilla por su ausencia”. 

“Al menos pudieron solucionar la pérdida de agua que llevó más de diez años y que hacía intransitable el paso de personas en sillas de ruedas y personas mayores. Los vecinos son testigos de mis afirmaciones. Este 2017 por supuesto seguiremos insistiendo para que cada cual, atienda su juego”, finalizó diciendo.

Historia de Annan

Su nacimiento se debió a un visionario inmigrante sirio Isaac Elías Annan que había emigrado hacia la Argentina en 1901. Era un adolescente cuando decidió abandonar su tierra en busca de un mejor porvenir. El primer trabajo que realizó fue de vendedor ambulante en la Ciudad de Buenos Aires. Al año de haber llegado formó junto a dos compatriotas una sociedad cuya finalidad era comprar mercaderías a mayoristas capitalinos para venderlo a pequeños comerciantes en el interior bonaerense. 

Isaac viaja a la ciudad de Pergamino a cobrar a un “moroso”, y llega a un acuerdo con este último por el cual le entregaría una propiedad ubicada en Avenida de Mayo y Alberti a fin de saldar su deuda. Tiempo después se retira de la Sociedad, quedándose con la propiedad de Pergamino. Allí instaló su comercio de tienda y mercaderías llamado “El Siglo”.

En 1910 contrae matrimonio con María Rasuk con la que tuvo 10 hijos: Moisés, Alfredo, Florinda, María, Antonio, Angel, Mario, Lidia, Chela y Adolfo.

En los primeros años de la década del 30, Isaac junto a sus hijos fundó una empresa familiar de indumentaria que cerró sus puertas en 1982.

Preocupación en la ciudad

En el contexto de la investigación sobre las denuncias de abandono del edificio Annan, el diario LA OPINION salió a indagar sobre los abandonos de propiedades en Pergamino, aquellas que principalmente se encuentran en el casco céntrico de la ciudad. Muchos edificios y viviendas se encuentran en total estado de abandono debido a que son comprados a modo de inversión pero nunca se culmina con las obras y en la mayoría de los casos tampoco se inician. Sin embargo, los edificios en mal estado no se reducen solamente al casco céntrico, sino que se encuentran a lo largo y ancho de toda la ciudad. El principal foco de preocupación surge a partir de los reclamos de muchos vecinos que denuncian lugares con buena mantención de fachada, pero que en su interior o en los patios de las viviendas se concentran una gran cantidad de residuos que atraen todo tipo de insectos y roedores. Se ha podido verificar que hay edificios usurpados y mantenidos, sin embargo, aquellos que se encuentran en estado deplorable son asilo para ratones, mosquitos, así como también pastizales que alcanzan más de un metro de altura. Incluso, muchos de los propietarios no poseen sus impuestos al día y en ciertas ocasiones son de otras localidades y estos espacios quedan a la buena de Dios. 

Varios comercios y vecinos particulares se han quejado por cuestiones sanitarias, ya que en algunos lugares y con el intenso calor del verano, los olores nauseabundos son un factor molesto para todos ellos. Este no es el único factor que atrae la queja de los vecinos, vidrios rotos, humedad en las paredes, edificaciones muy antiguas con peligro de derrumbe ponen en riesgo también sus viviendas y comercios.

Hasta dónde y cuándo puede un Municipio mirar hacia otro lado y no atender los justos reclamos de aquellos que tan solo quieren vivir bien.