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Okja, la película para dejar de comer carne


 Seo-Hyun Ahn es Mija A su lado Okja (Netflix)

'' Seo-Hyun Ahn es Mija, A su lado, Okja (Netflix)

 

Mezcla comedia, drama y acción. Denuncia a la industria de la carne por su cruel trato a los animales.


 

Brutal. Y muy eficiente: el proceso por el cual un pequeño cerdito que pesó un kilo al nacer se convierte en 23 semanas en un enorme cerdo de 110 kilos listo para ir al matadero resulta tanto una proeza agroindustrial como una técnica, valga la paradoja, bestial. Ni hablar de lo que sucede luego, los pasos que lo convierten en impecables paquetes de seis salchichas envasadas al vacío que llegan a la góndola del supermercado al módico precio de $14.99. Sólo algunos pocos con estómago de acero pueden presenciarlo y luego disfrutar de un pancho. Ahora bien, ¿qué tienen que hacer estos datos en una nota sobre una película?

Tilda Swinton es Lucy Mirando, la villana del film.

Simple: Okja, el filme que Netflix pondrá desde este miércoles 28 a disposición de sus casi 100 millones de suscriptores de 191 países, dirigida por el coreano Bong Joon-ho y con actores de primera línea como Tilda Swinton (Oscar como actriz secundaria en Michael Clayton) y Jake Gyllenhaal (nominado a ese premio como actor secundario por Secreto en la montaña), propone una reflexión sobre cómo la industria alimenticia cría, mata y procesa a animales para que luego podamos comprar un kilo de pata muslo sin piel a $77,90 o un paquete de 12 hamburguesas congeladas a $159,98. Y todo dentro del envase de una película con toques de comedia, de drama, de acción y de distopía, con un tono algo naif, burlón, pero también emotivo y con algunos golpes bajos.

El argumento (muy resumido) cuenta la historia de una corporación que, con el loable pero falso fin de acabar con el hambre mundial, desarrolla un “súper cerdo”. Uno de estos ejemplares (Okja) es enviado a las montañas de Corea del Sur, donde se cría junto a Mija (la sorprendente Ahn Seo-Hyun ), una nena de 10 años, quien la adopta como mascota. Okja (que parece un hipopótamo con cara de manatí y que actúa, gracias a muy buenos efectos digitales, como un perro) crece hasta pesar seis toneladas y, en un momento, la compañía reclama la propiedad del animal para estudiarlo genéticamente y convertirlo en comida. A partir de allí se desarrolla una larga persecución que llega hasta Nueva York, a lo largo de la cual Mija busca reencontrarse con su mascota, ayudada por unos patéticos miembros de un Frente de Liberación Animal (sí, los ecologistas a ultranza tampoco salen bien parados) y perseguida por la cruel corporación Mirando, manejada por una paródica Swinton, la villana en cuestión, quien encarna a dos hermanas gemelas que representan el lado más salvaje del capitalismo.

Jake Gyllenhaal compone a un veterinario muy especial.

Algunos datos más al margen: aunque en ciertos sectores de la porteñidad parezca haber cada vez más veganos y/o vegetarianos, en el mundo la cosa va por otro lado. Ahora somos 7.500 millones de seres humanos en este bendito planeta y todos quieren comer. Carne, en lo posible: entre 1993 y 2013, la producción mundial cárnica pasó de 150 millones de toneladas a más de 250 millones. Hoy en el mundo hay unos 1.600 millones de vacas, 960 millones de cerdos. 24.000 millones de aves de corral y 2.100 millones de ovinos. Animalitos que, tarde o temprano, van a parar (es una manera de decir) al asador. Argentina lleva la punta a la hora de comer carne de vaca, con 54,1 kilos por persona por año.

Mija busca recuperar a Okja, "secuestrada" por una cruel corporación.

“Todos los personajes son patéticos, en realidad, menos la niña y el cerdo”, dice el director Bong Joon-ho. “Lo que quería mostrar es que generalmente hay dos maneras de tratar a los animales, una como mascota y la otra como comida. Lo que quería hacer con esta película es unir estas dos formas de ver a los animales”. Y sigue: “Tal vez por eso elegí un cerdo, porque es un animal generalmente asociado a la comida, pero son delicados, sofisticados, inteligentes”.

El cineasta, autor de Memoria de un asesino, The Host y Snowpiercer, y que visitó en 2013 la Argentina para asistir al Festival de Mar del Plata, admite que de vez en cuando come carne, “pero no recientemente. En 2015, en Colorado, haciendo la investigación para la película, estuve en un matadero, una planta enorme, y vi todo el proceso de cómo se matan los animales y los despedazan y los procesan hasta convertirlos en el producto que comemos. Después de eso fui vegano… por dos meses. Lentamente volví a comer carne: Corea del Sur también es un paraíso del asado, como la Argentina. Pero durante la realización de la película fui comiendo menos y menos. Ahora soy prácticamente un ovovegetariano. Como pescado, queso, huevos, pero no mucha carne roja”.

 "Trailer de Okja"

Fuente: Clarin.

 

 

 

 

 

 


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