Los 80 de Raúl Lavié: "Soy más que un cantor de tangos"

"Yo siempre estoy pensando en el futuro, siempre miro para adelante", asegura Raúl Lavié.

Nacido el 22 de agosto de 1937 como Raúl Alberto Peralta, este cantante que muchos identifican como puramente tanguero, pero que abordó a lo largo de su carrera diferentes géneros, está -es muy notorio- físicamente impecable. Algo fundamental para esa idea que defiende de estar constantemente pensando en lo que vendrá mañana: "No me gusta mirar hacia el pasado. Los errores sirven para darse cuenta de que no hay que seguir cometiéndolos, claro. Pero no me quedo estancado en eso, no revuelvo todo el tiempo ese avispero. Y tampoco me vi nunca como el summum de nada. Cuando uno piensa que le puso la frutilla al postre, ahí empieza su decadencia".

"Más que un cantor de tangos soy un cantante popular -aclara-. Empecé con el tango, pero hice mucha comedia musical, estuve en El Club del Clan, canté boleros en México. Y reivindico esa heterogeneidad, esa amplitud de espectros."

Con ese espíritu, Lavié tiene en carpeta un disco homenaje al rock argentino y otro con temas tradicionales del folklore argentino que no tienen fecha de grabación aún, pero que seguramente verán la luz en el corto plazo. "Son todas iniciativas mías -revela-. No tengo coach, soy yo el generador de mi propio destino artístico, así como lo fui en el plano de mis relaciones afectivas. A veces, en contra de las opiniones de gente allegada, incluso. Y quiero que salga todo impecable. Soy un perfeccionista."

Todavía recuerda la época en la que llegó a Buenos Aires, con la misma convicción, pero ilusiones moderadas: "No sabía si venía para quedarme. Pero gracias a la oportunidad de Radio El Mundo me pude instalar. Creo que debería agradecérselo al director artístico de una radio rosarina que dijo que yo sabía cantar -señala con ironía-. Aquella Buenos Aires de la década del 50 era una ciudad muy linda, con otra fisonomía y otro estilo de vida diferente al de hoy. Tenía mucho glamour y se podía recorrer las calles sin problemas, sin miedo".

Después Lavié trabajó en televisión y en teatro, grabó muchos discos, se casó con Pinky (la segunda de sus tres esposas), se mudó a México por un tiempo y forjó amistades con celebridades como Mario Moreno (Cantinflas), Plácido Domingo, Anthony Quinn y Liza Minnelli. Mucho más de lo que soñaba cuando era un adolescente que se imaginaba dibujante. "Suelo decir que yo no elegí la música, sino que la música me eligió a mí. Tenía en mente dedicarme al dibujo hasta que a los 14 años empecé a cantar con unos amigos del barrio, pero simplemente como un juego más. Y ahí empecé a prepararme, a entrenar la voz cantando encerrado en el baño de mi casa. Con el tiempo fui creando un estilo propio que me siguen criticando, por la forma de frasear la música, de cambiar los tiempos. Muchos cantores de tango quieren imitar a Gardel, pero yo nunca quise ser un cover de otros cantantes."

Sobre la actualidad del tango, Lavié tiene una postura clara: "Es un género encerrado en el pasado -remarca-. Si uno bucea en los programas de radio, están apoyados en una época del tango muy linda, pero ya perimida. Creo que pasa eso porque no surgen continuadores del linaje de los grandes renovadores como Salgán, Fresedo, Pugliese o Piazzolla. Todos ellos crearon su propio estilo. Piazzolla fue el último revolucionario del tango. Hoy hay una gran carencia de figuras de ese nivel".

Fuente: (www.lanacion.com.ar)