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Violencia en el fútbol infantil, una problemática de difícil solución en el contexto en el que vivimos


 Erradicar la violencia en el fútbol infantil requiere del esfuerzo de todos La Liga propone un replanteo  (INTERNET)

'' Erradicar la violencia en el fútbol infantil requiere del esfuerzo de todos. La Liga propone un replanteo. (INTERNET)

La agresión a un árbitro por parte de un padre en un partido de la categoría 2006 puso en alerta a todas las partes que conforman esta actividad. La Liga de Pergamino resolvió suspender el certamen hasta después del receso invernal. LA OPINION consultó a técnicos de diferentes clubes para que aporten su mirada y experiencia. 


Un hecho de violencia en el fútbol infantil ocurrido el pasado fin de semana encendió las alarmas de todos las partes que conforman esta actividad: dirigentes, técnicos, árbitros, niños jugadores y sus familias. Un árbitro que debió suspender un partido de la categoría 2006, la única puntuable de las que juegan en “cancha chica”, fue agredido por un padre en cercanías del campo de juego con un hierro. En consecuencia, la Liga de Fútbol de Pergamino decidió suspender la fecha que debía jugarse ayer y propuso “parar” la actividad hasta luego del receso invernal para analizar la situación y buscar soluciones, tarea nada sencilla en tiempos en los que la violencia está “a la vuelta de la esquina”, en todos los ámbitos de la sociedad.

Los entrenadores del fútbol infantil viven semana a semana “desde adentro” este torneo y LA OPINION consultó a varios de nuestro medio para que analicen la problemática y aporten su experiencia. Todos coincidieron en que en una sociedad violenta, el fútbol, en este caso el infantil, no es la excepción. “Los chicos y los grandes vemos violencia constantemente en todos lados, en la calle, en las escuelas muchas veces contra los docentes y el deporte no es una excepción, desde mi lugar trato de inculcar una línea, que los chicos no se insulten, que no haya falta de respeto, pero muchas veces escapa a nuestras posibilidades”, expresó Rubén Riera, entrenador de Gimnasia y Esgrima.

“Vivimos alrededor de la violencia, los que trabajamos en el fútbol infantil buscamos inculcar lo contrario, el respeto, creo que la mayoría coincidimos en que todo nace de abajo y más allá de la formación que el niño reciba en la escuela”, manifestó Fabián Torres, director técnico de Tráfico’s Old Boys.

Agustín Giurlani, entrenador de la Escuela Deportiva Marista, dijo al respecto: “Los chicos viven la violencia a diario y de acuerdo al nivel social de cada uno, violencia física, verbal, en el hogar, entonces es muy complicado trabajar ante esto, hacemos todo lo posible”. Y agregó: “Los chicos miran un partido de fútbol y ven que hay violencia, toman como algo normal pegar una patada, empujar el rival, tratar de hacerle mal al otro, somos nosotros los que tenemos que tratar de inculcarles que lo que ven por televisión o escuchan no está bien”.

Torres considera que “siempre buscamos un culpable” y asegura que éste “no está en la Liga de Fútbol”. Explica como un problema adicional que “hay poca gente que quiere ser dirigente y que tiene compromiso social”, y adjudica la responsabilidad de estos hechos a “toda la sociedad, no un club, no hay un solo culpable”.

Para Riera es necesario mencionar la pasión que significa el fútbol en Argentina. “No ocurre lo mismo en otros deportes y esto tendríamos que reflexionarlo también, en el fútbol siempre hay un poco más de agresividad porque es una pasión muy grande para los argentinos, aunque está argumentación resulta escasa”.

 

¿Qué hacer ante la violencia?

Consultados sobre qué medidas han tenido que tomar en busca de solucionar hechos violentos dentro del campo de juego, que pueden llegar a replicarse en los espectadores, los técnicos consultados explicaron sus “recetas”. “Cuando un chico busca imitar o parecerse a quien practica un juego brusco y no alcanzan las palabra para frenarlo, en el Club Gimnasia y Esgrima el que agrede más allá de un límite o pega una patada desmedida lo sacamos de la cancha para hacerle entender que está mal, que es antideportivo y que puede causar una lesión. A veces no es fácil, pero si se insiste se logra el objetivo”, explicó “El Nene” Riera; mientras que Torres afirmó que en Tráfico’s Old Boys también ponen en práctica esa medida.

Por su parte, Giurlani explicó que retira de la cancha a su equipo ante la violencia física del rival. “En algunos encuentros, sean oficiales o no, ante la violencia del adversario y viendo que el técnico rival no hacía nada para disminuir la violencia, he retirado mi equipo de la cancha y hasta presentamos notas en la Liga manifestando que íbamos a seguir haciéndolo con la finalidad de que los chicos pasen una tarde tranquila”, dijo. Y manifestó que también tuvo “que suspender jugadores de su equipo por conductas incorrectas de común acuerdo con los padres, porque considero que es un trabajo en conjunto con la familia, la escuela y el club”.

Por su experiencia en la materia, Riera cree que hay que pregonar con el ejemplo: “Si la persona que está a cargo del equipo dentro de la cancha está tranquila, no le protesta al árbitro, no grita ni insulta, los padres se ubican solos y entienden que esa es la forma correcta, en cambio si quien está dentro de la cancha no mantiene esa postura contagia a la gente de afuera”.

 

Cuando ganar supera al juego

Buscar el triunfo ante todo y de cualquier manera sobrepasa muchas veces lo que debe tener como prioridad un niño que practica un deporte, en este caso el fútbol: jugar de manera recreativa. “Creo que nadie juega un deporte a ninguna edad para perder, sin lugar a dudas todos queremos ganar, pero hay formas y formas de lograr el triunfo; nosotros en Gimnasia y Esgrima tenemos pautas que vamos a respetar y si los padres no están de acuerdo tienen otras opciones en el caso de pretender un éxito deportivo.

“A los padres les aseguro un buen trato hacia su hijo, que su hijo va a jugar porque lo dividimos por minutos, para ser lo más justos posibles y lógicamente esto no lleva al éxito deportivo, entonces Gimnasia y Esgrima no es el lugar para los padres que pretender éxitos, que son los que más fácil se exaltan”, señaló.

“Cualquier deporte se practica para tener buenos resultados, pero los padres llegan a un punto que molestan a su hijo, pero yo lo veo con un poquito más de folklore siempre que no se pasen los límites del respeto ni al contrario porque hay casos en los que le gritan a los jugadores rivales en un nivel de exaltación importante”, agregó Torres.

Lorenzo Ferreyra, quien pasó por el fútbol infantil en Martín Illia, River Plate y Leandro N. Alem, analizó: “Hay muchos padres que piensan que su hijo puede llegar lejos, como si fuera su propia salvación; hay que dejarlo que juegue, hay padres que se vuelven locos porque sus hijos no hacen goles y llegan al punto que le dicen ‘te doy dinero si haces un gol’, yo lo he vivido y lo he tratado con los padres”.

Con relación a los padres y espectadores, Giurlani comentó que la Escuela Deportiva Marista pregonó la iniciativa de jugar sin alambrado: “Hace cinco años que estamos en la Liga y teníamos la idea de jugar sin tejido y lo pudimos hacer tres años hasta que algunos clubes solicitaron que Maristas también tenga tejido y nunca tuvimos un inconveniente. Soy de los que piensan que el tejido delimita y te da la posibilidad de insultar, gritar y demás”.

Ferreyra fue autocrítico y señaló: “Todos somos responsables de estos hechos de violencia, lo digo como padre y entrenador; siempre pregono el respeto hacia los chicos, los árbitros, en Infantiles hay que ser más docente que técnico, que el juego y la diversión sean la prioridad, y si se puede ganar mejor”.

Sobre la sociedad triunfalista en la que vivimos, expresó: “Una copa de fútbol infantil no te hace mejor técnico, los chicos se ponen contentos pero con el tiempo queda en el olvido, es mejor trabajar a los chicos para que hagan su camino en inferiores y si tienen la suerte de probarse en un club, mejor, ese es el triunfo de un técnico: sacar a un chico de la calle y que el día de mañana sea una persona de bien”.

 

En busca de soluciones

Erradicar la violencia en el fútbol infantil, como en el fútbol en general, se presenta como un objetivo más que complejo. Riera considera que es “muy importante” la capacitación que se está dictando en la Unnoba actualmente: “Puede ser muy útil, un arma importante para que muchas personas entendamos cuál es la función que tenemos al estar al frente de los chicos. Supuestamente en 2018 no podrá dirigir nadie que no curse esta capacitación”.

Por su parte, Torres apuntó a que la Liga tendría que estar un poco más abierta a los colaboradores y a la gente que hace años que está trabajando: “Podría escuchar un poco más para que todos trabajemos unidos, si desde la Liga se pregona la buena conducta, los premios y castigos, nosotros también podemos ayudar porque los que estamos en la cancha somos nosotros, si no estás en la cancha nos estás enterado de nada, si vos no convivís no podes tomar una determinación desde una silla, esto se hace entre todos”.

Giurlani solicitó poner énfasis en algunos clubes “que están funcionando con dos o tres personas que hacen las veces de dirigentes, que se ponen el club al hombro, y en algunos casos no pueden cubrir todo lo que tiene que ver con un club entonces ahí es donde creo que hay que apuntar para hacer una buena elección de quien está al frente de los chicos y estar al tanto de todo lo que ocurre en una institución”.

 

La cuestión reglamentaria

Las sanciones son una herramienta para combatir hechos de violentos en las categorías infantiles pero ¿son la solución? Como Liga de Fútbol se rige por el reglamento del Consejo Federal de la AFA, no puede aplicar el derecho de admisión, algo que sí ocurría cuando en nuestro medio los torneos infantiles estaban bajo la órbita de la Lifupe (Liga Infantil de Fútbol de Pergamino) -hasta 2013-. “Lifupe era una entidad que no se regía por ninguna asociación, entonces tenía un Tribunal de Penas y un régimen de sanciones con el que corrigió muchísimo el mal comportamiento del público cuando aplicó sanciones muy drásticas, pero a su vez tenía la facultad de no permitir el ingreso a los predios de las personas sancionadas, esto la Liga de Pergamino no puede hacerlo y la persona que hoy es sancionada el sábado siguiente puede volver sin problemas”, explicó Riera y aclaró que “no es un problema de la Liga”: “Hoy al que se comporta mal lo pueden sancionar pero al sábado siguiente va a la cancha y si es  un técnico dirige igual a su equipo desde atrás del alambrado, con la Lifupe eso no ocurría”.

Sobre el tema reglamentario, Giurlani amplió: “Puede haber variantes en lo que refiere a la forma de disputa, las dimensiones de la cancha, el tiempo de juego, en eso puede haber un reglamento interno que puede ser modificado, lo que no puede hacer la Liga es cambiar el reglamento de transgresiones y penas que viene del Consejo Federal de AFA. Este no solo aplica una sanción a un papá sino que también puede sancionar a un jugador de 11 años (categoría puntuable) de la misma manera que a un jugador de Primera División”.


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