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Manuel San Vicente se “despidió del río” uniendo Corrientes y Barranqueras


 Manuel San Vicente es felicitado en la llegada del cruce con la embarcación de Prefectura de fondo  (SPORTCHACOCOMAR)

'' Manuel San Vicente es felicitado en la llegada del cruce con la embarcación de Prefectura de fondo. (SPORTCHACO.COM.AR)

A los 76 años, quien vivió durante una década en Pergamino, concretó esta travesía nadando 14 kilómetros por el Paraná. En el inicio superó las dificultades de una crecida y tras 2h. 35m. cumplió su cometido, siendo un ejemplo para las nuevas generaciones.

DE LA REDACCION. Un exconvecino, que dejó muchos amigos en su estadía en Pergamino y que siempre pregonó la práctica deportiva, especialmente la natación, Manuel San Vicente, concretó su “despedida del río”. El pasado 13 de febrero, con 76 años, unió a nado por el río Paraná, Corrientes con Barranqueras en 2h. 35m. Fue una travesía repleta de emociones para quien en 1998 ya había concretado ese cruce de 14 kilómetros aguas abajo. 

“Lo había cruzado con bastante éxito cuando estaba cerca de cumplir 60 años y nunca dejé de soñar una despedida del río, voy al gimnasio todo el año, tengo una buena condición física salvo algunos tropiezos, un cáncer malvenido pero bien curado y un marcapaso de por medio”, le comenta a LA OPINION vía telefónica. Su objetivo con este cruce, además de ser una satisfacción personal, “era hacerlo a modo de ejemplo para la gente joven y fundamentalmente para dejarle un hermoso recuerdo a mis nietos”.

Consultado por LA OPINION sobre cómo fue la preparación para concretar este desafío, explicó: “Fui durante todo el año pasado al gimnasio y a partir del 1º de noviembre comencé a entrenarme en la pileta de 25 metros del Chaco Golf Club, nadaba 4.000 metros todos los días excepto los lunes, al principio tuve una serie de inconvenientes con Prefectura Naval Argentina porque en Misiones se produjo un accidente en una carrera entre Posadas y Encarnación, Paraguay, donde desgraciadamente fallecieron seis nadadores por una fatalidad y por eso Prefectura había suspendido los cruces, pero me encontré con gente muy atenta y les expliqué cuál era mi intensión, que no era competir sino que se trataba de un gusto personal”.

 

Un inicio contra la corriente

En el inicio de la travesía San Vicente se encontró con dificultades. “Me tiré al agua en el Club Regatas Corrientes, que está sobre el Paraná y me encontré con la novedad que estaba muy crecido, el río tiene un canal de navegación que cruza en dirección del río Paraguay y hacia Corrientes, es un canal normalmente de 150 metros de ancho, pero me encontré que tenía 400 metros”. Y destacó: “Se hizo bravo, normalmente en el río nado a 50 brazadas por minuto y en esos 400 metros tuve que hacerlo a 70 lo que a mi edad no es simple”.

Sin embargo superó ese tramo que se presentó adverso y pudo cumplir su sueño. “Tuve que nadar un poco en contra del río, lo que resulta medio imposible, uno intenta nadar en contra del río pero la corriente te va arrastrando, hasta que pude cruzar el canal y tomar la corriente de la costa chaqueña. Luego entré a un riacho, crucé debajo del puente General Belgrano, ese riacho desemboca en el puerto de Barranqueras”. Así, 2 horas y 35 minutos después de haber comenzado el cruce llegó a destino, como había ocurrido hace 17 años. En aquella oportunidad empleó 1h. 40m. “pero tuve un canal de navegación de 120 ó 130 metros de ancho”, aclaró.

Acerca de las sensaciones que vivió cuando finalizó el cruce, quien también fue jugador, árbitro, dirigente y entrenador de rugby, expresó: “Las mayores sensaciones las tuve durante el cruce, se me vinieron a la mente todos los recuerdos de mis amigos, al llegar me traicionó un poco la emoción porque no esperaba tanta gente en la orilla saludándome y felicitándome”. Durante el cruce me acompañó Prefectura Naval Argentina -institución a la que San Vicente agradece especial- y una canoa que me dirigió, el guía fue el entrenador de toda la vida de mi hija menor que fue subcampeona argentina y es monja desde hace 18 años, y el remero fue uno de mis ocho nietos, lo que fue muy emocionante”. Y acotó: “Al llegar lo que sentí fue demasiado grande, me gustaría saber escribir para describirlo”.

 

Su paso por Pergamino

San Vicente es nacido en San Rafael, Mendoza, donde comenzó a practicar natación a los 5 años. A Pergamino llegó a principios de 1972 y permaneció hasta octubre de 1981. “Fueron 10 años y dejé muchos afectos”, expresó. En esa década “fui gerente de una empresa paralela a Lucini y después Omar Lucini me dio la posibilidad de tener mi propia empresa, luego llegó la parte triste cuando Lucini se quedó sin materia prima porque tenía una gran competencia de (José Alfredo) Martínez de Hoz que estaba en Acindar, así que a Lucini la arrastró esa situación y también a mi”. Así terminó su historia laboral en Pergamino y luego buscó nuevos rumbos en Resistencia, donde aún reside. 


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