Dos funciones de “La razón blindada”

Dirigida por el pergaminense Román Caracciolo, la pieza de Arístides Vargas, protagonizada por Julián Howard y Enrique Cabaud, es una cita imperdible con el buen teatro nacional. Las funciones serán hoy, a las 20:30 y 22:00 en Habemus Theatrum.

DE LA REDACCION. Esta noche, en la sala de Habemus Theatrum, Pinto 918, en dos funciones, a las 20:30 y 22:00, se presentará la pieza de Arístides Vargas, con dirección de Román Caracciolo y actuación de Julián Howard y Enrique Cabaud, “La razón blindada”, una cita imprescindible con el buen teatro nacional; un texto poético, influenciado por el surrealismo y la fragmentación; pleno de horror y de belleza; que sostiene una realidad sin lugar específico y que está conformado por sueños, juegos y memoria. Una puesta en escena basada en el sentido lúdico de la acción dramática.

A modo de entrevista, rescatamos estos párrafos de la gestación de la obra narrados por su director, el pergaminense Román Caracciolo: “el texto fue escrito en homenaje al hermano del autor que fue privado de su libertad por la última dictadura militar en nuestro país y confinado a una cárcel del sur en la que los reclusos estaban obligados a mantener contacto con otra persona sólo tres horas por semana. El autor propone mostrar los encuentros de dos personajes durante tres horas los domingos a la tarde. Los encerrados encuentran una manera de liberarse de una situación agobiante a través de momentos lúdicos en los que se distribuyen los roles arquetípicos de De la Mancha y Sancho. Ahora, sin la urgencia de combatir a la dictadura, el sentido de la obra puede ampliarse a cualquier situación de encierro extremo e incluso extenderse a la situación existencial del ser humano.

“Propuse a los actores Julián Howard y Enrique Cabaud recuperar el sentido lúdico de las acciones dramáticas y las palabras, sin buscar la comprensión lógica y psicológica -continua Román-. Son acciones sin utilidad práctica que se enmarcan en el proceso de la imaginación. Trabajamos sobre la superposición de personajes ya que actúan a los encerrados y a los que crean para cada uno. Incluso uno de los personajes es el que establece la comunicación directa con el público desde el encerrado. Estos planos de actuación van imbricándose sin transición. El texto será vertido de manera naturalista, sin buscar lo sentencioso ni grandilocuente.

“Durante el espectáculo los actores no saldrán del perímetro indicado. Cada uno tiene un espacio en los límites que expresará la salida a su lugar personal de reclusión”.

Sobre el director, poco nos queda por decir, más allá de que es uno de los grandes de la escena nacional que aquí se vuelve a unir con Julián Howard, su “viejo” compañero de “travesías” en aquellos Volatineros que dirigiera Francisco Javier y que tantas veces nos deleitaran en Pergamino con su “¡Qué porquería es el glóbulo!”.

Sólo nos resta esperar su presentación en Pergamino para seguir destacando las condiciones de teatrista pleno y seguro en aquel pibe que partió hace tantos años de esta ciudad para convertir su tarea profesional porteña en una carrera de talento y creatividad, sin olvidar jamás su cuna materna. De hecho, aplaudimos hasta hace pocas semanas su versión de “Criminal”, la primigenia obra de Javier Daulte.