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A cargo de la guitarra criolla y la dirección musical, el músico pergaminense integra un gran elenco que encabeza el actor Arturo Bonín. El espectáculo es un homenaje a Don Atahualpa Yupanqui a 25 años de su fallecimiento, con dirección general de Patricia Corradini.
El guitarrista pergaminense Arturo Zeballos, radicado desde hace varios años en la Ciudad de Buenos Aires, forma parte del espectáculo “La magia de los caminos”, un homenaje a Don Atahualpa Yupanqui a 25 años de su fallecimiento con dirección general de Patricia Corradini.
El espectáculo, que ya se realizó con éxito los viernes 1º y 8 de este mes, volverá a escena el próximo viernes, a las 21:00, en Clásica y Moderna, en Callao 892 de la Ciudad de Buenos Aires. También se anuncia una presentación para el martes 19, a las 19:00, en el Espacio Cultural Biblioteca del Congreso de la Nación “Auditorio Leonardo Favio”, en Alsina 1835, con entrada libre y gratuita.
A cargo de la guitarra criolla y la dirección musical, Zeballos integra un interesante elenco que encabeza Arturo Bonín (actor), Héctor Romero (guitarra flamenca), Carmen Mesa (baile flamenco), Inés López (baile folklórico y flamenco), Pablo Alexander (cajón flamenco), Marilí Machado (canto), Coreografía: Carmen Mesa y Diego Ríos. Como músico invitado participa Héctor Romero. Las imágenes y filmaciones son de Gustavo Milsztein. El sonido es de Demián González y la selección musical, adaptación y dirección general es de Patricia Corradini.
Según anunció Zeballos, las presentaciones continuarán en 2018 en Montevideo el 23 de mayo, también en el CC Kirchner y con posibles actuaciones en España, en los festivales de Granada y Sevilla.
Sobre el espectáculo
Este espectáculo se realiza en conmemoración a los 25 años del fallecimiento del poeta, músico y compositor pergaminense Atahualpa Yupanqui, el 23 de mayo de 1992, en Nimes (Francia).
Además de su cancionero, se representa parte de su obra en prosa, basada en distintos libros: Cerro Bayo, Aires Indios, La guitarra y Canto del Viento, rescatando así sus principales pensamientos con respecto al misterio de los montes, el viento, el río, los árboles, la pampa y la selva.
Atahualpa decía que "la guitarra" nace de la madera extraída de los árboles y que esos árboles custodiaron nidos y pájaros y por lo tanto ella conoce todos los misterios de los bosques. Por eso la guitarra para Yupanqui no era solo un instrumento, sino una compañera sabia y generosa que le revelaba o le preguntaba sobre los grandes misterios o enigmas de la vida.
La música tendrá en algunos momentos un aire flamenco, sin perder la esencia Yupanquiana.
Atahualpa contó una anécdota que, caminando por las calles de Málaga (Andalucía) se topó con un lustrabotas que cantaba "Los ejes de mi carreta" y le preguntó: ¿Dónde has sacado esa canción?, y el niño le contestó: "Es una canción malagueña que cantaba mi padre", lo que nos revela la universalidad de su obra. En Málaga, hay una calle con el nombre Atahualpa Yupanqui, en homenaje al poeta.
Todo el espectáculo está acompañado de imágenes filmadas y fotografiadas en el Cerro Colorado donde vivió Atahualpa con su mujer Nenette y su hijo apodado "Kolla".
Atahualpa cuyo nombre significa en quechua "el que viene de lejanas tierras para decir algo", con su prosa, poesía y música nos ha dejado su legado ineludible e inevitable, como dice en su poema "La mano de mi rumor": "Cuando en mis venas abreve la liturgia de la flor, tal vez algún labrador cansado de madrugadas, sienta en sus manos aradas la mano de mi rumor".
